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jueves, 13 de agosto de 2009

ARTÍCULO DESDE PUNO


EL SALMO DE LUIS ZAMBRANO ROJAS

Fernando Chuquipiunta Machaca

Desde la aldea celestial, donde vive el sacerdote Luis Zambrano Rojas, paraje pintoresco de exuberante sortilegios, al interior de su gran laberinto espiritual, nos llega entre manos su más reciente producción poética denominada: “En el nudo del Tiempo”.

Este encomiable libro se distingue claramente a qué lugar pertenece el padre Luis Zambrano Rojas, y no sólo social, sino humano, lo cual significa que tiene en sus versos ciertos sentimientos de dignidad y de justicia social, que los otros no tienen. Por ello, en él se genera una lucha implacable por cuanto en su lenguaje dócil, presenta la confiabilidad en la que se desenvuelve la sociedad actual, evitando toda visión relativista de los avatares, al que se suma el modus vivendi como signo, de irreverencia en esta época globocolonizadora.


Sin embargo Luis Zambrano Rojas tiene en el nudo del tiempo un aliado en Dios, que está con los pobres y desposeídos, no sólo como acompañante pasivo, para consolar y justificar luego las injusticias de la tierra, sino como un Dios activo, armado, que lucha por ellos y contra los que actualmente detentan el poder gubernamental. Dios es el arma fundamental de Luis Zambrano Rojas. En el confía. En él ve la posibilidad de reivindicar su situación de desamparo y postración. No ve a Dios como el opio del pueblo, sino como un armamento capaz de desbaratar los planes del enemigo.


De modo que Luis Zambrano Rojas se ve acribillado sin Dios, vencido, sin el arma necesaria. Allí radica su angustia. Cómo resistir tanta desolación sin que Dios aparezca. Sin que saque la cara enfrente de todos. La neutralidad no es una posibilidad. Zambrano Rojas se revela contra la natura de la vida, en esta guerra desatada dentro de la opresión de los pobres, donde se ve el espectro de las adversidades simultaneas entre si.

En suma, la poesía del legendario aeda Luis Zambrano Rojas es reflexión. Se detiene, analiza bajo la lluvia del invierno, muestra su historia de la divinidad con mucha ternura, donde se reflejan sus travesías oníricas, sobre todo nos llega su poesía y nos estremece al más allá del común denominador, dando ánimos a nuestra esperanza, hasta llegar en un inmenso cariño por la fe, que hace de su poesía, un espejo de bronce. Según Thomas Stearns Eliot, el poeta no inventa nada: rinde evidente la realidad que nos rodea. En Luis Zambrano Rojas se refuerza esta misión.
PD: este artículo ha sido copiado tal cual fue enviado a mi correo personal

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