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domingo, 12 de noviembre de 2017

"CAMINO A GRIMANEZA" DE PEDRO PERALES



De que puede hablar un hombre enamorado, en sus momentos de reflexión, con los amigos, o como es este caso, cuando escribe. La respuesta sería más que obvia. La musa.
Pedro Perales ha titulado este poemario "Camino a Grimaneza" y es un rumbo amoroso que recorrer junto al poeta, quien le escribe a su esposa amada. enamorarse y enamorarla cada día más.
En sus versos Pedro abre el corazón no al lector sino a la musa, los lectores se vuelven cómplices de este oleaje de amor que Pedro desprende de sus sentidos como quién respirar del cabello de la amada o de su fragancia que deambula alrededor del poeta dictándole los versos de este libro.

Leamos los poemas de "Camino a Grimaneza" que el poeta representante de la generación de la década del 90, nos ofrece. no olvidemos que Pedro Perales es además miembro del grupo Noble Katerba, junto a otros buenos autores como Crisólogo, Luque, Barbieri, entre otros.


SÓLO A TUS OJOS

Cuando la piel se pierde una cuerda de miel 
late
una esmeralda de pasión cruza el firmamento
y nadie como tú
para ver la curvatura de la embriaguez
y la sequedad que perece en el amor de lince
que otea mi reseco nombre
Sólo a tus ojos como luciérnaga brillo
y mi delgadez cruza los cerrojos del tiempo
no se me ocurre otro vaivén otro deseo intenso sólo sé de
tus ojos
y de que en ellos muere la tarde


NADA TE HA CALLADO

Nada ni el tiempo, ni las formas difusas de aplacar la
lluvia, ni el mentir sereno del verdugo,
ni el juego de naipes de un florido estallido de floripondios y
caléndulas,
Nada es tan importante como tenerte aquí solidificada en 
piedra, en madera, en cristal de sal, verte aún vaporosa en
la lírica exploración de tu playa.
¿Luces celeste, azul, naranja guardas todas las imágenes
de naipes y cubos, eres simetría perfecta de ciudadelas
sumergidas en copos de arenisca, nada palidece tu
ausencia?¿ Por qué los gritos y conjuros?¿Por qué las ciudades incendiadas 
después de pisar los maderos
cenizos?
Sólo tú sabes el misterio, y procuras imaginarme 
escribiendo estas cuartillas al hilo con una pluma de 
epopeya y un deseo bendito por volverte a ver, como 
aquella vez en que todo fue sacudido por cada letra de tu 
nombre y las historias se hicieron pequeñas hasta ser
ocultadas en los resquicios de los tejados.
Nada podrá aplacar tu amor fantasmal, tu beso de estrella
de mar, el dulce surtir del firmamento en tus grandes ojos 
de buey, Nada amada mía, ¿Qué saben asteroides y copas
de fango de nosotros? Nada porque nada puede con tu 
nombre, y yo ahora sorprendido estoy girando la rueca y
fumando una pipa de mimbre. ¿Sofoco el tiempo? ¿De
cuántas formas puedo seguir inventando el tiempo?
adivinan ese par infinito que somos los dos. sí, los dos
perdidos mirando el mar, abrazando una fronda bautismal
que emerge del agua y de mis palabras.
Nada y todo eres tú, observa mis manos que aún no han
madurado la tierra prometida, pero que aún se bañan en la 
verdad de un cuenco de lejano asombro.
Te beso siempre en medio de la eternidad.


FORTALEZA DE TIEMPO

¿Acaso las horas no son poca para eclipsar el prematuro
cilicio de tu ausencia?
Tus manos más claras que nunca se entierran en estos 
tardos pabellones de tierra fértil
Amada amatista áurea ¿Dónde tus íconos, tus líneas
torrentosas que nublan estas palabras?
¿Dónde bella recreando estos plácidos amaneceres
salpicados de murmullo y rocío?
El año de la pesca ha empezado, surgen  hábitos de vida en 
torno a las redes hemos madurado como el higo enjuto
recreados de espesa raíz,
abraza mis años mis tortuosos giros de oráculo, mis 
palabras simples, mis horadadas palabras escritas en hojas
secas de palma,
Soy yo el anciano parlante que se profundiza en el sueño y
en esas alejadas tierras marcadas por el hambre y las 
luchas,
Te ofrezco el pasto escarlata donde se ha regodeado
tantos insectos seductores
La noche que nunca se acaba el beso denso que no tiene
espacio y causa eco,
Ponme en tus manos como esa semilla caldeada por el sol
y bañada por la luna, colócame en tu corazón de mango y
liana,
surca ese extraño laberinto de roca vaporosa,
en donde la estirpe madura y tus ojos me aprisionan.




Camino a Grimaneza
Pedro Perales
Fondo de Cultura Peruana
octubre 2010


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