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domingo, 8 de diciembre de 2024

"LIBERACIONES. EL SENTIDO DE TU UNIVERSO" DE KATHERINE ESTRADA AGUIRRE

 

 



Katherine Estrada, poeta y gestora cultural, además de editora, nos presenta este libro publicado hace un par de años, con una temática interesante sobre un tema poco tratado en la poesía peruana y lo hace de una manera impecable, verso a verso, poema a poema nos refiere a aquello que ella conoce, como es tener presente en su vida a alguien con habilidad diferente. Ya en el prólogo Violeta Barrientos, nos devela el contenido con magistral pluma. Leamos algunos poemas de este libro.


SUEÑOS

 

Obviaré mis interdiarias pesadillas,

tus clavados libres desde la azotea.

Enrejaré mis aprensiones,

síntomas que incineran día a día

mis sentires.

 

Me esfuerzo en alcanzar la amnesia

sobre aquellos sueños de trascendencia,

los que me juré a los veinte más tres.

 

Tambores de guerra marcan hoy mis pasos,

no te me escaparás, turbulento infante…

Extraeré mis más insurrectas raíces,

travestiré mis más extrañas aspiraciones,

Sacaré fuerzas de este gran amor

hasta estallar.

 

Hoy que ya me anticipo a tus lágrimas,

aguardo tu reposo sobre las tijeras:

corte sin máquina, por favor.

 

Retomamos nuestra rutina

cabreando minas a partir de las nueve,

mientras escucho tu deletreo

de tres placas en movimiento:

AGV 131

RQJ 988

A3C 388

 

DELIRIUM NORMALIZADOR

 

Pirexia, hiporexia,

me retratas desde un iris acuoso y perspicaz.

¿Me estás hablando? ¿Te conectas?

¡Ardes, hijo mío!

39 grados en tus manos: registras nuevas palabras,

40 grados en tu vientre: ¡hilvanas frases coherentes!

¿Es esto un espejismo, una ilusión?

 

Se evapora la nube de tu mirada,

buscas mis dedos, los atenazas,

juro que soy yo quien está delirando.

 

Fragmentas tus muletillas,

en reposo me tarareas con claridad

el estribillo de un rock en español,

renuncio en este minuto a ser una madre especial.

¿Acaso ya me empezarás a juzgar?

 

Llevamos horas a corazón abierto,

saboreando tu normalidad en MAYÚSCULAS.

 

Surten efecto los paños, el paracetamol,

el piso cobija tu convalecencia,

se apacigua la calentura, dejas de hablar,

rehúyes nuevamente a mis abrazos.

 

Beso tus sienes,

36 grados axilar,

formas cojines en fila, gruñes.

Te reconozco, sol mío

 

BAJA EN LA ESQUINA

 

Hoy he sentido tantas ganas de llamarme María

—Salomé, Magdalena o De Betania—

de caminar descalza

por las veredas desgarradas de esta feroz ciudad,

no volver a subir a ese tibérico auto alfombrado,

con tipos que blasfeman hacia el norte y hacia el sur.

 

No contenerme de escupirlos,

abandonar mis zapatos o ¡retar a usarlos!

huir muy lejos, sin voltear.

 

Sé que mi familia entenderá y bendecirá

mi peregrinaje.

Me supondrán descendiendo por la Cordillera Negra,

la que fecundó la mitad de mi existencia.

 

Los lobos insomnes se quedarán acá,

ajenos a los paralelos y meridianos

de la compasión.

 

Alcanzaré los Andes centrales

con la meta de elevarme todo lo que resista

mi voluntad.

Me reuniré al amanecer con felinos

que laman mis frescas heridas sobre las antiguas,

llamaré a hogares sin puertas ni ventanas,

armaré un lamparín de hueso de res,

acompañaré a una pastora en su primer día de clases.

Dirigiré mis versos al cielo todas las noches

sin importarme el qué dirán,

anularé mi género o lo transformaré en arma,

convenceré a quien me oiga

de que esta vida es la gran oportunidad

de rechazar mendrugos,

para la próxima vez vestirnos con sedas de araña.

 

Aspirando al don de convertir los charcos en ríos,

retornaré hasta donde desemboca el mar,

tarareando que la justicia no es más un sueño.

 

Entonces, ¿por qué este triste silencio?

 

Uno me percibe y dice:

mira, si prefieres, bájate en la esquina.

 

Me marcho.

Hasta hoy continúo armándome de valor,

para olvidar el camino de regreso.

 

AYAHUASCA (ÍCAROS)

 

Regreso a esa casa color aserrín,

me arropo a lo bonzo,

bebo del líquido amargo

del que alguna vez despotriqué.

Me acoge el falso piso,

no estamos solos,

Maestro, esta vez quiero verlo todo

Shhh…bebe hija, bebe.

Sucios mantos arcoíris,

de la risa pasamos a la náusea,

aprehensión.

Una bocina externa

me recuerda mis pendientes,

surgen luces sicodélicas y rezo.

Hoy quiero tener el valor

de dejarme transportar.

 

¡Es demasiado! —les reclamo.

Logro ver sus sonrisas y me cantan.

Yo que siempre me he protegido

de la embriaguez,

he dejado de ser la ama de mis sentidos.

Una joven llora perlas a mi lado,

un hombre de barba clama

por un febril retorno,

y entre olor a palo santo y tabaco,

me surge una voz sin género:

« Es tiempo de seguir luchando,

de buscar el futuro, que está en tu corazón ».

 

Mi amor me había contado de imágenes,

una hermana de muertos que le guiaban,

a mí un remolino de palabras me avasalla,

rayos y plantas cubiertos de diálogos,

¿será Mamá Quilla? ¿acaso Pacha Mama?

Todas tus lágrimas se volverán alegrías.

 

Pregunto por tal, por cual,

por idos, por venidos, por venir,

me relata sobre sus pasiones,

también sobre sus calvarios.

 

Horas de revelaciones, me atrevo,

pido entrar en la mente del autismo…

 « te ofrezco agua de estrellas que sana,

calma, calma, corazón, agua del cielo ».

Gracias, Maestro,

Gracias, Planta,

Gracias, Mañana.

 

YARINACOCHA

 

En tus pupilas, bello Shaolín,

ingreso al celoso bosque,

navegando sobre la generosa laguna,

veo decenas de aves decididas

a nunca más emigrar,

ellas que han surcado casi todos los cielos de la Tierra,

me confiesan que ahora

solo concilian el sueño escuchando ícaros,

formando imágenes con las estrellas,

sobre nubes níveas.

Entre árboles de color verde esmeralda,

parpadeas una lágrima,

pequeño Shaolín,

dando inicio a la danza de la lluvia,

y siento miedo de pisar la arena de tu retina.

De pronto veo shihuangos

—mis compañeros de viaje—

bebiendo de tus ríos,

en medio de una sensual danza tribal,

y al fin me ánimo a hundir mis pies

en tu fuego,

ahogando en mi lenguaje

 —y en mis entrecortados latidos—

el hermoso nombre de tu laguna madre:

Yarinacocha

 


Katherine Estrada Aguirre (Lima)

Comunicadora social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es autora del libro Intrarrevolución (Hanan Harawi, 2016) y Liberaciones: El sentido de tu universo (Madrépora. La Purita Carne, 2022). Editora, gestora cultural y representante literaria.

Organizó el Festival de Poesía de Lima hasta el año 2022, y distintos eventos a nivel nacional. Actualmente lidera el sello La Strada de su editorial Perú Tambo Editores, y prepara su tercer libro.

 

martes, 3 de diciembre de 2024

"MÚSICO DE FUEGO / NINAPI HARAWIQ", LIBRO DE POESÍA DE NORA ALARCÓN

 

Músico de fuego / Ninapi harawiq, libro de poesía de Nora Alarcón, Hipocampo Editores, 2023.

    El poemario "Músico de fuego / Ninapi harawiq", de Nora Alarcón, nos sumerge en un hermoso y singular viaje poético, porque es capaz de transportarnos a través del páramo andino por caminos de herradura que unen a los pueblos olvidados como una serpiente también trazada por el mítico camino inca Qhapaq ñan. Estos poemas, plenos de ritmo y música, recrean la vida y las virtudes de los arrieros que recorrían esa maraña de caminos, cumpliendo una labor extraordinaria de comunicación y logística. Una poesía que trae a la memoria la peripecia cotidiana de los arrieros, ese retrato cultural de vivencias en desaparición, así como también la drástica disminución de las bestias de carga, elementos esenciales de aquel antiguo oficio.

    En "Músico de fuego / Ninapi harawiq" la nostalgia rescata para el registro las imágenes que pronto ingresarán al olvido del tiempo, consecuencia natural del desarrollo tecnológico de la vida moderna. Por eso mismo, este libro es un tributo a la riqueza lingüística y cultural del quechua, así como a la lucha por su preservación y revitalización. N. del Ed.

 

 Un poemario dedicado:

                                    A los legendarios arrieros de Carmen Alto

                                    que recorrieron las rutas del Sur

                                    la gran red de caminos del Inca: el Qhapaq Ñan

 


NINAPI HARAWIQ

 

Ninapi harawiq

Violin waqachiqkuna

P’ampakunayki uchkupa patanpi

 

Harawikuna tullu ukhukunaman yaykun

 Velakuypi upyanku

Qopakunata kaq qawarinku

Qallpamanta ch’usaqkama

 

Uchpakuna qawapayaq

Wik’uñapa qaranpi charangoykita saqerqanki

Jaqay pukarapi ninaurukunawan k’anchachisqa

T’uksikuq ñawiyuq

 

Mujunapa

                Maymi rinanta

                                   Tarpurqanki

                                                   Pachapantakuna

 

Yuyaykunapa wiñay waynan

 Puriq uywaqatiqpa llimp’iriq ñan

 Killapa jawarisqan takiyninpi

 

 

MÚSICO DE FUEGO

 

Músico de fuego

orquesta de violines

frente a tu sepultura

 

las melodías penetran huesos

beben el velorio

reinventan escombros

desde el polvo a la nada

 

espectador de cenizas

junto a la piel de vicuña dejaste tu charango

en aquella fortaleza alumbrada de luciérnagas

con ojos de puñales

 

sembraste

                    el rumbo

                                    las semillas

                                                    los horizontes

 

orquídea de la memoria

resplandor en la ruta del arriero

en su canto bajo la luna

 

MOLLE

 

Mollem kayman karqa

Mana paramanta ayqerinaypaq

Chaynapi chirapa qocha jaypanaypaq

Nogal charango

 

Chakananchikunam altarnikikunapa qayllanman

                                                                chayamunqa

Jina imayna takiyninchippas kaptin

Manaraq wiñay pacha rakinaruwanchikaptinchik

 

Kuyakuyqa qosqay ukhupim Aquyllakipa qaqa patanpi

Ñanpa tukuynimpim sutikita qaparini Uyarikuwaqchu ñannin puriq?

Ichachu paqchapa

Anqayllillanta uyarinkipas

 

Qatun yayay Juan de Dios Alarcón alforjanwan

Waqtapi roqusqa, wik’uña ponchuyuq

Caballopa puyukninmanta mandolinanta waqarichinqa

 

MOLLE

 

Tendría que haber sido un molle

para no huir de las lluvias

y alcanzar el pozo del arcoíris

charango de nogal

 

nuestros catafalcos llegarán ante tus altares

a pesar de nuestros cantos

antes de que la eternidad nos separe

             está el amor en mi pecho

                               el precipicio del infortunio

                                                      en el tramo final grito tu nombre

¿lo escucharás peregrino?

 o tal vez sólo oirás el eco de una catarata

 

mi abuelo Juan de Dios Alarcón con su alforja

sombrero a la pedrada poncho de vicuña

desde la altura del caballo hará llorar su mandolina

 

Q’EPIQ UYWA QATIQKUNA: WIÑAY KAYPA UCHPAN

 

Ama nunayman ayawakapa sapay kaynin yaykumuchunchu

Manataq mana nisqa rimaypas pitapas suyapayachunchu

Jatun wasipa k’uchunkunapi ñutu allpachasqa warma kayniy

Icha paqarin willkaykuna takisqayta manaña uyarinqakuchu

Jinallataq manaña Tusuqcha caballoypa atakanwan pampa

                                                                          waqtasqantapas

Jinaptinqa manañapas kanqachu piña toro pukllaykuna

Manataq pallqakancha loco toropa yawar pukllaynin

Manataq molle aqanwan chinkaypaq machasqa vacasuwakuna

 Manataq sumaq satankakunapa kamikuyninkuna

Jinallataq manaña kanmanpaschu machasqa awqanakuqkuna

Ch’isiyaq inti k’anchaypi

Yaqapaschá manaña pipas yuyarinñachu Santa Teresa jawaq

                                                                                          patapi

Tayta Basilio Auquita fusilpa t’oqyayninwan wañuchisqankuta

Chaymi kay yuyakuyniykuna pisipasqa rikch’akuwan

Qarmenqa campana waqtasqata uyarispa

Belenmanta q’ayakuyta waqtachkanmanpas jina

Jinallataq san pedropa weqawninpi sallallallaq llavekunata

Chay antapa qapaynin

Wiñaypaq ripukuy munasqayta arwichiptin

 

ARRIEROS: CENIZAS DE ETERNIDAD

 

Que la soledad del sepulcro no invada mi alma

ni la palabra callada espere a nadie

en los rincones del caserón empolvado de mi infancia

tal vez mañana mis nietos no oirán mi canto

ni escucharán los cascos de mi caballo bailarín Tusuqcha

entonces tal vez ya no habrá ferias de toros bravos

ni corridas sangrientas de toros locos de Pallqacancha

ni abigeos alucinados por la chicha de molle

tampoco las blasfemias de las lindas satancas

ni ebrios belicosos en las tardes de sol

quizás ya nadie mencione que en la plazoleta

de Santa Teresa fusilaron a don Basilio Auqui

entonces mis recuerdos parecen cansados

oyendo el campanario de Carmen Alto

que repica un llamado de Belén

y el tintineo de llaves en la cintura de San Pedro

cuando el olor del cobre

enreda el ansiado viaje a la eternidad

 

TIJERASWAN DANZAQ

 

Ruk’anaykuna yawarinankama rachkani

Llakisqa chin kaypa takiqninmi kani

Qanchis allqokunatam ovejakunapa aqallininkunawan

                                                                               uywani                                        

Morochokupa pajaychantam llaqllani makiy sayayta

Takikunatam qellqani juk kukuchipaq

Paymi sapa tuta puñunay wasiman yaykumun

Jinaspam tutayaypi kulli rimayllita qaparin

                                  chaypim uña sullk’ay chutarayan

Pusuqusapa t’aqsana suqunanwan miyusqa

Pachapa mamanpa uqllaqrisqan

Juk qhari warma

                pusaq wawqipanikuna

                    juk chawpi wawqe sispa wawqentin

Suni chukcha warmi wawakunawan junta puñuna wasi

Juk puyñum llakikuyniyta pakarparin

              Takiyniypa rirp’uyninmi

                                  Uyarisqa kayta munapayaspan

                                           Re menor nisqanpi

Charango arpa violín mandolina

Guitarrawan pampakuna uchkukunata taspirin

Tullukunawan kuyakuykuna

Wasiqespichiywan toro pukllaypa takiyninpiwan

 

EN LA DANZA DE TIJERAS

 

Toco hasta que sangren mis dedos

soy músico de mustio silencio

alimento siete perros con las vísceras de las ovejas

fabrico un charango morochuco tamaño de mi mano

y escribo canciones para un fantasma

que visita cada noche mi habitación

grita cada verso violeta en la oscuridad

                                                   allí yace mi hermanito

envenenado con su biberón de espumoso detergente

abrazado por la madre del tiempo

un niño

               ocho hermanos

                                     un medio hermano y primo

una habitación llena de niñas de largas trenzas

un porongo oculta mi tristeza

                                es un espejismo mi melodía

                                         anhelando ser escuchado

                                                   en re menor

melancólico concierto de charango

 arpa  violín  mandolina  guitarra

 sacuden sepulturas

                 huesos amores

                              techa de casas y toriles

 

THAMAYKACHAQ YARAWI

 

Yarawi

Llakipi llaqllasqa k’ullu Q’epiq uywa qatiqpa k’irin

Qhapanapawan campanariopa rumin Inkapa ñanninkunapa jawanpi

Mana reqsisqa takichaqpa ruwasqan willakuy

 

Mayupa patanpi takipayani

Yantapa q’osñinmi kuywiy jina nasquwan

Paqchakunam kuska takispanku nunayta mayllanku

Ichapas allpata llamkanay kanman

Ama wañuyniy uyanchanaypaq

Orqupa qhepanpim puyukunaqa pakakukuspalla tusunku

Wayra-param jamuchkanña

Mana juchayoq ñawikunam mamankuta maskhanku

 

Yarawi

Chanrakunapa sapin intipa k’anchayninpi

Manchapa phiñanakuykunam rimanakunata maskhanku

Llullu killam puriyniyta kallpanchan

Chaymi kuyani ritamapa takiyninta

Wifalakunam callekunapi taspirikunku

Q’osñipa ruparichisqam ñawiykuna jawarikunchu

Nina urupa qhawariyninwan munanayasqa

Chay kañakuyqa charangopa sapallan kaynintam urmachin

Wayra-parapa chawpinpi

                           Waysallpukuna

                                              Yuyakuy

                                                            Pachapantakuna

 

Vinoqa waranqa mach'aqwaykunapa umantan kutirichiwan

Imayna takisqaymi kamachin

Kunkay llañurichiyta

Wataywasiy upallachiyta

Layqapa qaran chustuyta

Pantasqaykunata muchuchiyta

Wañuchisqakunapa yuyariyninta yupaychayta

Rawraq ninapa chawpinpi puriyta

Takiy takiysiwayta

Jinaspa uchpamanta kaq imatapas jatarichiyta.

 

MÚSICA ERRANTE

 

Música

madera tallada en el dolor

herida del arriero

piedras de templos y sus campanarios

sobre los caminos del inca

historia forjada del compositor anónimo

 

a la orilla del río brindo una serenata

el humo de leña me acaricia de trinos

las cataratas hacen una sinfonía que lava mi alma

quizá debería labrar la tierra

y no ser testigo de mi muerte

sigilosas danzan las nubes tras la cordillera

se avecina una tempestad

ojos inocentes buscan a sus madres

 

música

raíces de sonidos a la luz del sol

terribles indignaciones buscan palabras…

la luna en cuarto creciente inspira mi viaje

entonces amo la melodía de las retamas

las banderas se agitan por las calles

febril mis ojos anulados por el humo

seducido por miradas de luciérnagas

la fogata fulmina la soledad del charango

entre tormentas

                         las rosas

                                    la memoria

                                                   los horizontes

 

el vino me devuelve la cabeza de mil serpientes

mis notas musicales resuelven

alzar mi voz

silenciar mi prisión

despellejar la piel de los hechizos

castigar mis desaciertos

honrar la memoria de los asesinados

caminar entre hogueras

compartir mi canto

y reconstruir las cenizas

 

 


NORA ALARCÓN

(Ayacucho, Perú) Artista multidisciplinaria, licenciada en Periodismo y magíster en Comunicación y Marketing. Ha publicado los libros de poesía Alas de viento (2000), Malvas (2013), Ninata Rawrarichisun/ Revivamos el fuego (2015), finalista del Premio Nacional de Poesía Quechua de la Universidad Nacional Federico Villarreal (2014), Pacha Achikllaq / Aurora del tiempo (2018), Chaska poesía (2020), Músico de Fuego / Ninapi harawiq (2023) y la antología Bellas y suicidas (2010). Obtuvo el primer lugar en el VIII Festival de Compositores José María Arguedas (2011) y ha ganado en otras cuatro ocasiones el Festival Nacional de Compositores del Huayno Ayacuchano La Guitarra de Oro en la categoría rural-quechua. Ha sido antologada en Harawinchis: Poesía quechua contemporánea (1904-2021) así como en diversas antologías, impresas y digitales. Su obra ha sido traducida parcialmente al inglés, alemán, chino mandarín, portugués, polaco y francés.