Hace unas semanas atrás fui invitado por Leoncio Luque a leer en el colegio donde es docente. Allí recibí de sus manos es libro de Noble Katerba. De aquel grupo de poetas mantengo constante comunicación con Johnny Barbieri y Leoncio Luque, apenas una semana atrás conocí a Pedro Perales y con Roxana Crisólogo hemos charlado unas veces via facebook.
Este grupo se reune casi siempre que pueden, es decir el grupo entero. Pues algunos de ellos residen y trabajan fuera del país. Pero mantienen comunicación siempre.
La foto que pongo a continuación fue tomada en el evento realizado en La Casa de la Juventud de San Luis. Donde se presentó un libro y un cd de unas amigas venezolanas integrantes de Poetas del Mundo, al cual también pertenecen los Noble Katerba.
Aquí os dejo con algunos poemas de los 4 Noble Katerba antes mencionado.
ROXANA CRISÓLOGO
EL AGUSTINO
lo que yo llamo cielo y es tierra
y todas las noches ocupa un espacio distinto al de los cielos
y se extiende sobre un paño de noche elegante
y vive como las fogatas de los castillos conquistados allá arriba
y deja escapar anillos de luz simples bocanadas de gente
innumerables miles no podría contar cuántas veces
me perdí en el cielo yo que creí que pisaba tierra
empecé a enumerar sus escalones desvanecidos
con tanta facilidad por la gente que al pisarlos
los duplica los triplica y pienso que es la velocidad
-alucinaciones de estómago vacío- de trabajo
mecánico y a tiempo completo sin vacaciones
con vacaciones -sin goce de haber- o sólo el caos en un mundo que no es
cielo ni tierra entre tierra y cielo cielo y tierra
hay un lugar común de seres indiferenciables que bien
observo
con este cucurucho que quiere -intenta- ser mi único
microscopio o mirador oficial sin asomarme a la ventana
del micro aunque la gente grite Me ordene
cordura razón para no mirar nuevamente
verme
indefenso en un mundo que no podría domeñar solo
Ese día casi toqué el cielo
porque su olor a tierra sudada o lo que sea se impregnó
en mi chompa en mis cabellos quedó un poco del polvo
abigarrado
de su alimento mi lengua también saboreó
la acidez segura de sus suburbios celestes y no dejé
de parpadear cuando quise contar cada lucecita suya
en la inmensidad -ya me estaban tragando-
Si no fuera por estos golpes
torpes ininterrumpidos de chofer por esa voz ronca
de vaso vacío
(solo) que desde arriba me recordó que simplemente estaba
abajo
JOHNNY BARBIERI
SEIS
Veintidós flores han crecido en el jardín del horror con el miedo de JuanCuatro caballos han muerto sacrificados uno tras otro por el amor a los niños / pobres como JuanLos ojos azules de Juan han desaparecido robados por un ladrón de Dvorak / para venderlos en un mercado de baratijasDos gatos se han servido de la cena de Juan y la noche ha crecido por dentro hasta hacerse un manojo de lumbre para iluminar el abismo por donde / caigo todos los días Los vuelos de las aves son flechas que Juan va tirando con destreza hacia el / horizonte donde nace la vía lácteaTrescientos veinte cuerpos fueron apuñalados en un tranvía que va al sur en presencia de Juan y Juan ha llorado por todos y la luz se ha hecho monótona / desde entonces a los ojos de JuanUn hombre pobre como Juan palidece en un rincón de la noche donde la / náusea exhuma memorias casi inaprensiblesDoce gotas de agua mojan el miedo de JuanUn ladrillo edifica la historia de JuanJuan hijo de Rená vive entre nosotros y está creciendo a nuestro lado
LEONCIO LUQUE
CUÉNTAME
cuéntame
cómo deshojas esos cabellos de velámenes
cómo hallas
el origen de tus ojos
en mis ojos
cuéntame
cómo puedo ser ofrenda en tus ojos
tallada a fuerza de flautas
cuéntame
cómo puedo vivir en el tiempo
convertido en piedra cansada
y cantar una canción
ene. Acantilado de tus ojos que son
amplios como molino
cuéntame
cómo puedo descubrir la medianoche
y encontrar a tu medida
ese cuerpo y
permanecer colgado
en tu mirada
a la distancia
en que ulula el amor
cuéntame
todo
lo que no sé de ti
mujer de vigilia
escuchando el viento
cuéntame
todo todo
mi amor no ha cambiado
pero ahora observo tu sombra
y te sigo
como a un reloj de arena
acabándose en mis manos
PEDRO PERALES
TROMBA DE CENIZA
Otra vez tú perdida, tú tan lejos
Gerardo Diego
Pensé que llegarías con el peso de la tarde a la una
Y treinta.
Pensé treinta minutos después que vendrías atada de
Floresta y sorprendida por las aves
A encontrarme bajo este puente de columnas y
De niebla tormentosa.
Pensé cuarenta minutos después
Que una marejada de extenuación y de memoria
Te había extraviado.
Pensé que un sueño apabullante te había
Elevado a los altares del corazón
y que todo había sido un sueño.
Pensé en recorrer acalorado los caminos
Presentidos a tu lado para rescatar
Tu imagen y salvarme.
Pensé indefinible en la restauración de la sombra
Y quise entre estas mismas sombras abrazarte.
Pensé en una llameante guirnalda de flores
Y de hiedras que venían enredando
Tu cintura y tus brazos.
Pensé arrodillarme en dirección a donde solías llegar
Y orar aturdido hasta el amanecer
De un nuevo día.
Pensé en lapidarme de recuerdos. Extraviarme,
Aturdirme, evadirme, concluir con una serenata
De cantos de nostalgia.
Pensé en convertirme en un atado de fuego.
Acabar arrastrando por aguas infinitas.
Pensé árbol bendito ser nube, agua, carbón y hierba.
Quise como fuerza torrencial inundar todos los parques
Todos los patios de arena.
Pensé en ser devorado por milenarias aves de rapiña.
Trotar como caballo bronco en pos de una inusitada
Pradera.
Pensé en desaparecer en medio de las aguas
Y reaparecer como una tromba de ceniza