JOSE CARLOS BOTTO CAYO
Peruano, nacido en Lima el 23 de marzo de 1968. Durante los años noventa fue colaborador del diario El Comercio en la sección de Culturales, lo cual lo llevo a visitar distintos países de America y Europa. Ha colaborado en diferentes publicaciones de varios países. Su acercamiento a la poesía viene desde los años ochenta, en la cual desarrollo su propio estilo.
En la actualidad es miembro fundador del colectivo cultural La Papa Cósmica y tiene el blog Tatuajes del Alma, que esta dentro de los blogs de el diario El Comercio. Ha publicado algunos poemarios llamados: Ángeles del desierto (2007), La nube de sueños (2007), Con la rebeldía y la anarquía de siempre (duetos con Daniela Medina) (2009), Sueños del alma (2009), Detrás del espejo (2010), Un día como hoy (2010), Sueños latinoamericanos (2011), Romancero (2011), Leyendas urbanas (2011) y Poemas para la dama del sombrero (2011). Asi como una serie de poemarios virtuales.
El Juglar
Los vacíos llegan
cuando las luces se apagan
recuerdos de una era
bajo la luz de las estrellas
Un tiempo detenido
en un país extraño
solo ventanas para ver
el mundo que alguna vez fue
Tantas partidas
amadas
en ese lugar lejano
donde los tiempos nunca pasaron
para verlo envejecer
Imágenes tan llenas de vida
que las historias de partidas
suelen ser como mentiras
de una nación desconocida
Yo no lo se
pero la presencia viva
recorre mis venas
ante tanta partida
Siento una tristeza
oprimiendo mi corazón
que no siempre sale
aunque sea de ocasión
Me perdí tus cabellos blancos
tu penosa enfermedad
los abrazos olvidados
y tu eterna amistad
Hay noches que te pienso
quizá todas lo se
y el sonido de mi mente
no me deja estremecer
Hoy las lagrimas nacen
con las canciones del ayer
que aunque haya nuevas
siguen siendo un padecer
Películas en lagrimas
siempre vuelven a ser
sintiendo el gran silencio
en este viejo padecer
Y aunque hoy soy feliz
momentos de tristeza
siempre escapan al atardecer
llenando mi mente
de un viejo oscurecer
Tengo mil lagrimas para dar
aunque a veces parezca un juglar
cantando versos al viento
para no revelar mi palpitar
en ese lugar lejano
donde los tiempos nunca pasaron
para verlo envejecer
Imágenes tan llenas de vida
que las historias de partidas
suelen ser como mentiras
de una nación desconocida
Yo no lo se
pero la presencia viva
recorre mis venas
ante tanta partida
Siento una tristeza
oprimiendo mi corazón
que no siempre sale
aunque sea de ocasión
Me perdí tus cabellos blancos
tu penosa enfermedad
los abrazos olvidados
y tu eterna amistad
Hay noches que te pienso
quizá todas lo se
y el sonido de mi mente
no me deja estremecer
Hoy las lagrimas nacen
con las canciones del ayer
que aunque haya nuevas
siguen siendo un padecer
Películas en lagrimas
siempre vuelven a ser
sintiendo el gran silencio
en este viejo padecer
Y aunque hoy soy feliz
momentos de tristeza
siempre escapan al atardecer
llenando mi mente
de un viejo oscurecer
Tengo mil lagrimas para dar
aunque a veces parezca un juglar
cantando versos al viento
para no revelar mi palpitar
Veinticuatro
A los desaparecidos
en el mundo
Juan desapareció una noche
tomado por las sombras
torturado por sus captores
como un Cristo en cautiverio
Trataron de doblegarlo
buscando mutilar su alma
como los fariseos del templo
en las épocas del Redentor
El era un hombre común
como el maestro Nazareno
que buscaba una revolución de amor
en un mundo de odio
Ellos vendaron sus ojos
como una corona de espinas
pateándolo y flagelándolo
en una pequeña celda olvidada
Juan fue torturado por días
en las sombras del cautiverio
sin una razón aparente
en un juicio sin jueces
Escucho la voz de un hombre
buscando respuestas sin preguntas
como el viejo Herodes
buscando un milagro del cautivo
Lo regresaron a su celda
para ser juzgado nuevamente
mientras un general se lavaba las manos
enviándolo al vuelo de la muerte
Hombres en la miseria
caminaron junto a el
desconcertados por su futuro
caminando a ciegas hacia el fin
Hoy muchos años
después
Juan regreso de las sombras
en la memoria de su vida
para guiarnos al camino
... Su camino de revolución
Juan regreso de las sombras
en la memoria de su vida
para guiarnos al camino
... Su camino de revolución
El hombre y el bar
Estaba en el bar
mirando las paredes
tomando vasos de olvido
vomitando recuerdos vacíos
Desde la entrada
podía sentirse su presencia
un hombre en huida
cercado como una fiera
Prisiones mentales
capaces de acorralar
tomaban su garganta
aliviada por los vasos de olvido
Hombre una vez sereno
caído en la eterna lucha
buscando salidas
asfixiando membranas ya idas
hombre y bar
binomio maldito de embriaguez
lucha desencarnizada por la sensatez
que las almas pierden en batalla
Vaso y hombre
suicidio seguro para la razón
cerebro exprimido en licor
que deja aflorar lo mas oscuro
Un hombre y una silla
en un bar en tinieblas
luchando por la sensatez
en una batalla perdida
mirando las paredes
tomando vasos de olvido
vomitando recuerdos vacíos
Desde la entrada
podía sentirse su presencia
un hombre en huida
cercado como una fiera
Prisiones mentales
capaces de acorralar
tomaban su garganta
aliviada por los vasos de olvido
Hombre una vez sereno
caído en la eterna lucha
buscando salidas
asfixiando membranas ya idas
hombre y bar
binomio maldito de embriaguez
lucha desencarnizada por la sensatez
que las almas pierden en batalla
Vaso y hombre
suicidio seguro para la razón
cerebro exprimido en licor
que deja aflorar lo mas oscuro
Un hombre y una silla
en un bar en tinieblas
luchando por la sensatez
en una batalla perdida
El hombre del gabán
negro
El hombre del gabán negro
camina en las tierras del destierro
mirando las flores negras
que el mundo dejo a su paso
Sin un destino claro
pasa por el mundo
predicando el destino dromedario
de aquellas almas que cruzaron su vida
El hombre del gabán
usa gafas de oro
tapando una historia de desamor
que lo arrastra a las tierras vacías
Las historias sin retorno
dejan marcas
como latigazos de ceniza
que cortan la esperanza
El hombre del gabán
tiene la piel gris
oscurecida por la pena
de un amor imposible y quebrado
La tierra misteriosa
crece a cada paso
dejando oír el murmullo
de los aquelarres celestiales
El hombre del gabán
se detiene en el camino
cansado del largo viaje
toma un sorbo de agua
y viaja al encuentro de su destino