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martes, 21 de agosto de 2018

2 POEMAS DE JULIO BARCO






Hace algunas semanas esperaba la llegada  de los poemas de Julio Barco. Finalmente llegaron. Julio ha estado de viaje, publicando, leyendo y dando a conocer sus textos en diversos lugares del país y fuera de él.
Miembro fundador de TAJO, junto al querido amigo Antonio Chumbille y dos jóvenes valores. Julio Barco ha compartido la literatura en mercados, plazas, avenidas y demás lugares donde no llega facilmente. Su poesía avanza firme en el camino de las letras. Dejamos a nuestros lectores un par de poemas del autor para que degusten sus versos.
Recomendamos contactarse con el autor para que pueda indicarles donde conseguir RESPIRAR, su reciente libro de poesía.




 Entre patas
                      música
                       amigas
                        refulgir por amor a la vida
                      beban & crazy música  forever
                       Yo chillo:

                                        
Quién escribirá el próximo Wherter y hará que todos se suiciden
Quién hará el próximo Woodstock y llenará de utopías cuerpos
Repletos de nicotina y canabis
Quién pondrá el hombro, quién buscará al muchacho que tiene cara de Samuel
y tiene tiempo para jugar
 ¿dónde el epitafio de mi lengua?
Quién mi muerte quién mis zapatos quién mis orejas
Quién fornicará con la luz apagada & el tiempo caballo en contra
Quién cerrará su facebook
Quién usará corbata
Quién bajará a su ego del coche
Quién tendrá tiempo para no pensar
Quién hablará de política sin encenderse
Quién masticará con la boca abierta
Quién despedirá de la vergüenza
Quién será payaso de matiné
Quién se meterá a un baño sin libro en la mano
Quién amará a una sola muchacha
Quién dejará de creer en películas y canciones
Quién jugará botella borracha
Quién arrodillará a una muchacha explicándole lo idiota de lo relativo
Quién desatara lo desatado
Quién dirá “no quiero vivir como Delgado, ni morir como Adán”
Quién dejará la idea del poema y hará el poema
o hará el amor & no la guerra
Quién podrá caminar sin neurosis
Quién fumará hoy ácido ribonucleico enamorado
Quién apagará la computadora
Quién le dará un abrazo a los que lloran sin huir a escribir su novela
Quién le dirá al poeta que siga adelante
Con vasos comunicantes e insuperable aplomo
Quién les dirá a todos que se calmen y vivan y no se escondan
de la luz desbocada
Quién será la luz desbocada
Quién leerá la Divina Comedia en toscano
Quién será el próximo Che Guevara
Quién lavará sus viejos sueños con lejía
Quién dejará de pensar lúdicamente
Quién encauzará la simetría de la mente
Quién encauzará el yo de la época
Quién electrofisiológicamente te hará el amor
Quién atravesará la hoja como un desierto aniquilado estrujado de inquietud
Quién dilucidará la ciencia & la realidad
la realidad & la hiperrealidad
& el cóncavo agujero del pensar en el pensar
& la lengua de la realidad, ¿quién
excelentísimo por su cantata la impulsará de un extremo a otro del planeta?
el asfalto & el sonido hueco del hartazgo
quién a la flor le dirá mentiras
quién desatará la flor de su ínsita vicisitud
Quién se automegainternará en sí mismo
Quién saldrá de su laberinto
Ensimismado dentro de su mímismo dentro de su lengua dando girando en círculos sempiternamente
Quién le regalará abejitas a la depresión
Quién besará tus grandes ojos fijos

Quién hará el amor está noche
Quién sujetará su lengua por el sudoroso planeta verde
Quién no irá a robar bancos con adictos a la poesía de Oquendo de Amat
Quién llorará bajo la lluvia de Andahuaylas
Quién abrazará a su madre
Quién hablará con la gente del tiempo y de la política
Quién muchacha te escribirá un poema
Y de las muchachas que silban en el puente
Quién será tierno como una cuchara
Quién será uno entre los unos
Quién le dirá a Verástegui que deje de ser tan Verástegui
Quién dejará de usar máscaras
Quién le dará fondo al sentido
Quién escribirá el nudo borromeo
Quién le dirá a Rosamel del Valle que siga cantando
Quién te hará el amor en Cusco esta noche
Quién será tierno como una cuchara
Quién descubrirá la metempsicosis del lenguaje
Quién te hará el amor
quién será el gato mayor


Del  libro Respirar



CONCIERTO EN UNA CABINA DE INTERNET



 Animal expulsado de la música
 Rodolfo Hinostroza
 


Otro día vivo.  Y no comprendo nada.
Vuelvo a encontrarme conmigo mismo
                                hoy
arañando estos cuadernos
            inútil la belleza si no permanecemos
  en paz y caminamos ardiendo en la flor.
                No sé cuántos tramos de locura
      -y sentimientos
 encontrados en los ojos trémulos de los muchachos
          entendí. Todo me trajo al caos.
          Y amé mi caos como un animal.

Mira mi mano ahora. Cruzamos estos puentes.
                           Te digo: mírala y deja que
           te quiera hasta mañana.
El Planeta es azul como un diente de león
               recién soplado.       El universo sonríe cuando tu sonríes.
      Yo nunca supe nada.
             Me vi escribiendo de pronto. Me vi
 siendo el Río Dios enamorado de su música.
             Nos vamos a quedar por mucho tiempo juntos.

 Sé algo de la cancha de la sopa de tal vez
       dormir apretujados después de trabajo
    Con la tibieza perdida durante el día. Cierro
         mi casaca y te amo. Me pierdo por estos parajes.                                   Caminaré un poco
                      tras el alba, prenderé un pucho y
                      miraré los oscuros parques .
                      Eso me ayudará a comprender.  Despejar
                      La mente. Cruzaré la tierra seca. Intentaré
                      no enredarme con mi luz. Hoy se termina
                     Y nace el mundo.  Pelaré una fruta.
                      No puedo hacer nada más por ti.
 
Titubea el invierno en las ramas del alerce
           y en una caja de fósforo
         yo dejaré mis juguetes en el suelo
        y me uniré a las cosas  concretas. 
                                                                                            Yo sé eso.
 Caminar es cantar el mundo. Todo se aclara. Rezo
                sin Dios alguno para ti.
          Extraño el aire: ya no respiro.
    La convulsión es otra.          Mis vecinos compran
                        crujientes tomates en el mercado.
       Mis vecinos escriben poemas consultando
          al diccionario de la real academia de la lengua
                  Yo miro una ventana.
Crecen las flores amarillas, zumba la vereda, los autos.
                                             La realidad y su locura. 
 Canto, bailo, me deslizo  
                       y el fuego arde conmigo,
          yo ardo entonces
                                            en los labios del solsticio.
Me senté a ver las cometas volando desde el cerro y
            grite tu nombre.
          Tu nombre, eterno verano,
                          como la cometa que deja volar aquella niña
       que ama los mangos.

     Los bambús acuáticos se inclinan
              cuando mi gata salta.
                                        Soy un hombre
cualquiera enamorado y prolongo
             lentamente su vida a la extinción.
    Me voy a morir y no comprendo el mundo.
    
 No sé que siento, siento
              tantas cosas y cambian durante
             todo el día aspiro a la quietud. Esta es la certeza.
              Y la soledad: la única experiencia
                        real. Eufemismos: no existe la armonía. La música.
         Quiero vagar por todo el orbe como un diente de león soplado.
 
Tangible como un plato de aguadito.
                     Aquí tengo mis cosas.
     No hay monedas solo versos intensamente bruñidos
                     Con la intensidad de un animal agitado.
                     Vivo en un segundo piso en un planeta llamado Tierra.
                    No comprendo nada. Leo por internet
                     La ruta de los astros.
                     Este mundo me destruye
    & soy un animal   cualquiera  expulsado de la música,
                      oliendo los  fulgidos nísperos desportillados
                      buscando arroz con sillao por las noches.                                                        El arrebato se me da por
                            diástole-sistóle
                                                       ininterrumpidos por tus ojos.
     Mientras miras ociosamente tu desnudez en la lluvia de plumas lilas. 
                              Casas de cemento
                                         NADA es tan concreto como oírme a mi mismo sonriendo. 
                                   Para esto es necesario
                evitar el trabajo de los días, y los léperos del caos
sus olas
                 El incendio de mi corazón punk
                      Implorar tu amor frente a un campo de olmos viejos
 como un tecleo salvajemente amado,
                                   en los ebrios paisajes de tu lienzo
                                  y acá me hallo exacto a  mi viaje, a mi respiración                        a mi ser ansiosamente vivo. 





Del libro Arde
(o La balada de los dientes de león)



Julio Barco (1991) Autor de los libros "Me da pena que la gente crezca" y "Respirar". Actualmente vive en Seremsa, El Agustino. 
Contacto con el autor: juliobarcoavalos@gmail.com