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viernes, 27 de noviembre de 2009
PREMIACIÓN Y PRESENTACIÓN DE LIBRO COPÉ
jueves, 26 de noviembre de 2009
CASA DE LA LITERATURA
ALEJANDRO ROMUALDO
sábado, 21 de noviembre de 2009
PRESENTACIÓN DE ANTOLOGIAS VILLARREALINAS
viernes, 20 de noviembre de 2009
LECTURA EN EL AGUSTIROCK
jueves, 19 de noviembre de 2009
WILLY DEL POZO
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Presentación del libro de poemas “Balada de la piedra que canta” (Dragostea, 2009) de Juan Pablo Mejía.
INGRESO LIBRE
martes, 17 de noviembre de 2009
HÉCTOR ÑAUPARI
lunes, 16 de noviembre de 2009
ACERCA DE "UNO ROJO", ÚLTIMO POEMARIO DE ANDREA CABEL
El Uno Rojo es el retrato de la muerte adherido al casco de un soldado que se acerca sigiloso a una plata infestada de silencio, en Normandía o en Sicilia. Es también la conversación de dos amigos tratando de hacerse fuertes caminando bajo la garúa. Dos amantes encerradas en un baúl también bendicen su nombre, entre la felicidad que les permite sollozarse mutuamente. Luego, donde dos se encuentran, bajo el contorno metafórico del nombre UNO ROJO, se vuelven uno en la melancolía, la comparten, la digieren y la convierten en soledad, como hace Andrea Cabel en su pequeño poemario.
Tarea difícil es contener la melancolía en secretos habitáculos, cuando esta es marina y abovedada como lo entiende Andrea. Quizás esto sea posible si adoptamos la forma estética de la miniatura. Para ello, debemos asumir que este libro es una pequeña caja hermética y transparente (una caracola que contiene el mar, por ejemplo) con la fuerza suficiente para evocar la totalidad a través de lo mínimo, siempre simbólico, siempre valioso.
Unas armas posadas en el polvo, antes aves de la mortandad y ahora pequeños pájaros color de tierra, son la primera imagen difusa que nos entrega el libro. La guerra familiar ha sido, al fin y al cabo, la primera experiencia del abandono: “Los padres no existen, son viejas armas de guerra, / excusas falsas para evadir la sensación de estar solos”.
Pero el yo lírico que se va construyendo asume un nuevo escenario para el desasosiego y el número adecuado del exceso y la impaciencia (el once). El estómago es como la casa y la cama, un espacio que sintetiza la partida. El estómago la digiere mal, la casa la deplora con una ventana abierta, la cama se expande hasta alcanzar la ausencia. El corazón no existe cuando Andrea habla de esta ausencia visceral y cósmica. El estómago es el espacio de refugio del alma, el kókoro y representa el trazo nervioso y cada vez distinto de nuestra humanidad.
La realidad de la desolación se proyecta en los objetos, como ocurre en “Los deseos y las piedras”. Las actividades cotidianas pierden el poco sentido que tenían o se exacerban a tal magnitud simbólica que resultan insoportable. Mientras que el mundo distante acoge a quien se ha ido (para ella siempre habrá alguna sorpresa o algún recuerdo entre papeles o lunas descoloridas) la que se queda debe estrellar sus deseos contra las rocas. Comerlas o arrojarlas a voluntad da lo mismo. Ningún reclamo alterará las orillas oscuras del continente separado. “(…) es huérfano el corazón del miedo”, se menciona; el fluido que lo alentaba, el cuerpo que le correspondía y el universo líquido que permitía la seguridad uterina ha abandonado gota a gota la concavidad milimétrica del vientre. La destrucción y las llamas lo cubren todo.
La geografía puede ser también la del extrañamiento. La inmediata respuesta es habitar el recuerdo y reconstruir escenarios, ambientes, tiempos y refugios. La explosión ha sucedido y es necesario permanecer cubierto. El soldado cava una trinchera entre las ramas y espera la llegada de su asesino, pero también de todo aquello que lo hizo feliz. El yo lírico se desplaya entre las hayas y la ria de Bilbao, y quizás del otro lado del mundo, desde la “isla de un lago” altiplánico. La emoción se torna bucólica, porque el pasado es reconfortante (incluso el del pasado no vivido, el relatado, el que desde siempre puede ser percibido por los años o los árboles o en las paginas de un álbum de fotografías) las actividades mas simples tenían otro significado cuando ellas se encontraban y cuando devotamente, “esperar era verte a los ojos (…)”.
Las cursivas de las paginas 11 y 14 nos señalan un discurso alterno, que nos presenta un arte poética implícita: “(…) flor de caligrama, cuerpo de pétalos, ceremonias donde hundes y sales multiplicando la materia en llamas (…)”. La intención metatextual se pierden en la mención del caligrama. La imagen es concreta, no artificiosa. Ella, la persona amada, no se expresa en un caligrama, simplemente lo es. Ella es poesía que se lava los dientes por las mañanas, objeto y pasión de la ceremonia escritural, personaje, actitud, sombra y palabra dibujada. Ella es como el cuerpo y la finalidad del poema: “anestesia y abismo”.
La quinta estancia es la de “Saudade”. En ella, el monólogo y el llanto disimulado en un modo de revelación y la “realidad mal cocida” vareliana es, en los versos de Cabel, “la materia agria de estar sola”.
La conciencia en cursiva persiste en su juego (parece un bocado de la teatralización que ya se acerca) El adormecimiento corporal es una invitación al ensimismamiento; pero ofrecer el cuerpo magullado también implica admitir la posibilidad de una “llama recién nacida / diaria/ resuelta (…)”; una posible mirada que vivifique lo acabado del cuerpo doliente, las piernas fragmentadas en ventanas. El yo lírico no se arriesga, pero acaricia la idea (y la herida): “quién deshace el incendio y se hace rectángulo, garganta, puerta”.
La parte final del poemario, “La eternidad de una esquirla –una obra sin telón” (sin inicio ni final) nos brinda la sensación de inmediatez y de infinitud. La esquirla es el resultado de la violencia, nos la recuerda en cada fragmento eternamente perdido y latente. Se introduce con dolor en la piel de los combatientes. Los que sobreviven a la guerra pueden vivir con ellas hasta el infinito y apreciarlas como un recuerdo encarnado que se palpa en el propio cuerpo.
Esta alegoría reelabora el sentido renovador que puede adquirir una herida abierta. “A” y “B” son afectadas. Ambas han padecido el combate y están mutiladas para dar afecto. “B” parece aspirar a “A”: requiere dejar marcas que hagan posible el encuentro. Ambas parecen recrearse, rearmar sus cuerpos devastados. “B” parece observar el “paisaje de vainilla”. “A” percibe que en compañía de “B” la luna no es más oscura y llena de polvo.
Ambas han sido reunidas en soledad, han padecido el ataque; ahora son un colectivo solitario, como los soldados huérfanos del UNO ROJO, desasido, que busca encontrarse secretamente: “una caja fuerte para guardar nuestra piel desnuda, para que nos e pierdan nuestros números. última canción de fuego”.
“A” parece ser la maestra de “B”, una discípula aplicada en coser la piel de sus heridas abiertas pero los retazos de piel resultan ser escasos. Cosen y descosen en el espacio secreto del baúl; reconstruyen su sensibilidad hecha harapos. Esa piel que las hace ser perseguidas, es la misma piel que las vincula de forma especial, “A” parece recrear a “B” con sus propios residuos, con su propio barro y sus propias palabras. “B” parece encender el apagado paisaje de “A” y ser su palabra precisa y mágica. Se convierten en voces que descubren (nos descubren) su naturaleza mínima y describen minuciosas su extrañamiento.
La conexión entre ambas es sensual y a la vez dolorosa. El intercambio de percepciones, la unión plena de sentidos, el amor corporal entre “A” y “B” parece acelerar la destrucción: “B dice: vuelve, absorbe mi respiración, dime que sangro a disposición de tu boca, escúchame (…) atroz, es atroz /un corazón aterrado que no quiere abandonar la tierra (…) es atroz amarte como lo hago”
Finalmente, luego de breves silencios, los que observamos la escena comprendemos que la persecución que sufren las aísla, pero también las reúne. En a breve intimidad, surge otro sentido de la explosión y la esquirla. La brevedad del encuentro amoroso e impedido es también explosión y la esquirla no es recuerdo doloroso que corrompe la carne sino desfogue de la contención: placer. “B” es para “A” una pequeña esquirla que recuerda otro tipo de explosión, esta vez eufórica. Ambas planean destruir las barreras o no destruirlas, da lo mismo: “a dice: no importa cuánta puerta cerrada o ventana abierta, b dice: no importa esa reja que me deja sin flores (…) tu risa que desaparece y aparece como la brisa, en todas partes)
Este breve poemario nos permite tomar en cuenta la maestría con que la autora, como en su primera producción, “Las falsas actitudes del agua”, escoge minuciosamente fragmentos de realidad vinculados por la memoria, para hilvanar, por medio de imágenes y figuras ligadas estéticamente al surrealismo, una regularidad histórica cargada de tensión emotiva que ahonda en la temática amorosa y en sus variadas representaciones. Podemos afirmar que el interés de Andrea en dicha temática mide y va más allá de las nociones de cuerpo, personalidad, sensación y género a las que nuestro medio nos mantiene acostumbrados.
domingo, 15 de noviembre de 2009
PRESENTACIÓN DE LIBROS Y RECITAL
NUEVA PUBLICACIÓN "TENDIDO DE SOL MADURO"
Julia del Prado Morales nos ofrece este poemario. Con una marcada presencia marina. "Mare Nostrum-Mare Magnum"; la primera parte del libro nos ofrece poemas que siempre están vinculados al mar y sus habitantes. Llevándonos a observar el amor y la vida con seres marinos. La segunda parte llamada "Tendido de sol maduro". Que da nombre al libro nos ofrece poemas muy intimos, familiares, personales. Algunos dedicados a familiares (abuela, hijos y más). Julia del Prado quien radica en Huacho, siempre está dispuesta a mostrarnos sus textos. Es así como tiene un blog donde se pueden leer sus haikus y poemas cortos, además de sus relatos y disfrutar de imágenes de sus viajes.
Ahora nos toca deleitarnos con algunos poemas de la primera parte del libro. Servidos lectores. Disfrutemos de "Tendido de Sol Maduro", edición de la autora, noviembre 2009
De los caballitos de mar
Cómo responderte hoy
de este nuestro mar
si hay caballitos de mar
que acojo en mi casa
me cuentan historias
Cómo responderte hoy
su lenguaje no me es ajeno
esos hombres orientales
cazan ballenas
y también delfines
hasta sus ecos
de esa mar / lobos de afuera
de esa mar / de adentro / lobos.
Tarde de mar
Ayer tuve mar
tarde de mar
Vino la garza blanca
se posó cerca
sentí su pluma
paseo sutil
sobre mi cuerpo
No me dijo:-¡Adiós!
sólo pronunció un hasta luego.
Cantan las ballenas
Cantan las ballenas
no sólo en Nueva Zelanda
sino en los mares del Sur
dejan su canto
dentro de los pianos
y de las guitarras
teclas cuerdas
arpegio de última ola
Herman Melville
el viento las trae.
viernes, 13 de noviembre de 2009
PRESENTACIÓN DE LIBRO
UN HOTEL EN LIMA
PRESENTACIÓN DE REVISTA
jueves, 12 de noviembre de 2009
JOSÉ MIGUEL HERBOZO
Toda autodestrucción es una forma de blancura
martes, 10 de noviembre de 2009
NUEVA PUBLICACIÓN "ESTAMPAS DE LA TIERRA"
lunes, 9 de noviembre de 2009
FERIA DEL LIBRO ZONA HUANCAYO
Un saludo cordial:Nos es grato escribirle para extenderle la invitación a la inauguración de la Feria del Libro Zona Huancayo, este martes 10 de noviembre a partir de las 11:30 en el auditorio 'Manuel Baquerizo Baldeón', en el Centro Comercial Real Plaza.La Feria del Libro Zona Huancayo es un evento de gran envergadura que se llevará a cabo por primera vez en nuestra ciudad, e irá del 10 al 22 de noviembre en el Centro Comercial Real Plaza. De esa forma, se estará instaurando una eficaz plataforma cultural durante los trece días de duración de la feria.Adjuntamos, asimismo, el programa con las actividades culturales de la feria.
Atte,
Dirección cultural de la Feria del Libro Zona Huancayo.
Rogamos su difusión.
Juan Carlos S. Revollar
martes, 3 de noviembre de 2009
NUEVA PUBLICACIÓN "DETRITOS"
A PROPOSITO DEL ARTE DE LA DESTRUCCION DE RAUL HERAUD ALCAZAR
transmutar.
que revela la vida.
Poeta y Ensayista
Noviembre de 2009
En la foto figuran el poeta Raúl Heraud y el autor de la nota en Cuba