Muy pocos autores en estos días trabajan su poesía en torno a lo religioso, en el Perú se podría decir que casi no se toca. En general en la lengua española es muy poca la poesía de tipo religiosa que pueda llegar hasta nuestras manos (perdón si me equivoco). Si bien es cierto que la poesía de tipo religioso tiene en Sor Juana Inés de la Cruz y San Juan de la Cruz a sus exponentes mas conocidos en letras hispanas. Es así que Porfirio Mamani Macedo con su nuevo producto literario "La luz del camino" toma la rienda que estos dos autores en su época impulsaron en las letras hispanas.
Porfirio estuvo de vuelta por Perú y compartió con los amigos un momento poético, leyó sus poemas, bromeó y se tomó fotos con las amistades. Pero sobre todo nos dejó este nuevo hijo suyo. A pesar que su estancia fue breve, nos sentimos felices e haber podido pasar un tiempo con él y apreciar la poesía que sale de su alma, oyéndola de su propia voz. Su estancia fue breve, es cierto, pero su poesía queda hasta una próxima visita del poeta, amigo y blogger.
Por lo pronto podemos leerlo en estos poemas que a continuación os dejo a vuestra lectura.
LO QUE SOMOS
En la mirada guardamos lo que somos.
Un lirio, una piedra, un árbol,
todo aquello que deleita nuestros ojos,
aquello que en el fondo del camino
encontramos y guardamos.
En la mirada se refleja lo que somos.
Un abismo que se mueve,
y de sombra a sombra en la oscuridad doliente goza.
Un árbol que azotado por el viento,
resiste desde el fondo de la tierra con su corazón latente.
En la mirada guardamos lo que somos.
El canto de un ave solitaria
que sin nido, busca una rama, una roca.
El ruido feroz invade las ciudades,
las calles y las noches infernales.
En la mirada se refleja lo que somos.
Un río de cristalinas aguas
irrigando va el vientre de la tierra.
Hay otro río oscuro y profundo
de llagas y lamentos cubierto.
En la mirada guardamos lo que somos.
La lluvia aplaca la sed
de los caminantes que buscando iban agua.
La lluvia y el torrente sin piedad
derrumban casas y jardines.
En la mirada se refleja lo que somos.
La voz alienta los pechos
de los cansados caminantes en su largo recorrido.
Otra voz silenciosa trama,
la caída de los caminantes.
EL LLAMADO
Alguien toca tu puerta para entrar.
Muchos son los caminos, las voces;
pero solo hay uno y una voz.
¡Qué los falsos sueños no te pierdan,
que los falsos ecos no te alejen de ti!
Alguien toca tu puerta para entrar.
Vigila la noche y el día;
que dormido no te encuentre,
cuando suene la voz del desierto o de la noche.
No te confundas al mirar la sombra del que llama.
Alguien toca tu puerta para entrar.
Un ruido turbulento y suave,
distrae tus desorientados ojos,
otro ruido de luces infernales,
te arrastra con deleite a su morada.
Alguien toca tu puerta para entrar.
Aférrate al silencio del árbol y la roca,
a la luz de las estrellas, del sol y de la luna..
Busca en silencio lo que eres,
no la apariencia que pretendes reflejar.
Alguien toca tu puerta para entrar.
Frágiles tus ojos y tu cuerpo y te abandonas
al torrente e inhóspito camino,
aquel donde cenizas y lamentos quedan,
no lo que sentir pretendes mientras ríes. N o te pierdas.
Alguien toca tu puerta para entrar.
No te pierdas, sigue el silente camino,
el de aquel sueño que no se borrará jamás,
porque ahí está la Luz eterna que nos guía.
Junto a un olivo, siémbrate para siempre.
NUESTRO AMIGO
Es el amigo que buscamos.
Su nombre es infinito como el tiempo,
su abrazo grande como el aire,
sus ojos inmensos como el cielo,
su amor eterno como su palabra.
Es el amigo que buscamos.
En la sombra lo encontramos,
en las calles que con sudor andamos,
en los suburbios y palacios
en los bosques y jardines.
Es el amigo que buscamos.
Tiene una casa muy grande,
como un corazón abierto,
que irradia en las noches de tormento,
paz para todo peregrino que lo busca.
Es el amigo que buscamos.
Siempre nos espera en el albor del día
en la lumbre de la noche,
detrás de cada puerta,
en cada uno de los pasos que con temor damos.
Es el amigo que buscamos.
Sea invierno, sea primavera
sentimos que su voz nos llama.
Es él quien abriga nuestro cuerpo del tormento frío,
es él quien guía nuestros pasos en la noche.
Es el amigo que buscamos.
Nos entrega su amor y su ternura.
Cuando solos vamos por camino incierto,
es él quien va a nuestro lado,
en silencio avanza por el buen camino que seguimos.
PD: En la foto el autor Porfirio Mamani y blogger en la CASLIT el día de la presentación.
Porfirio cuánto me hubiese gustado saludado en Perú con el amigo Michael, un abrazo y felicidades por el libro.
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