No se si he leído poco a Raul Heraud o es que estos 6 poemas que aparecen en Catarsis bajo el nombre de Tu eres el poema, son los mejores que ha escrito, o quizá es un poco de ambas cosas, he leído poco a Raul y estos son los mejores poemas que ha escrito.
Los textos que conforman esta muestra son sin duda una huracán que nacen en el verso del poeta, arrasan con palabras sílabas frases y finalmente juntas todas en una dimensión de la psicología van hacia afuera y dan enteramente su significado, no hay pelos en la lengua, tampoco bozales, ni oídos tapados que nos libre de los versos que se disparan directamente al lector. Aquí no necesitamos ser hipócritas y decir, " ah que lindos poemas", porque los poemas nos dejan esa sensación de decir "wow, que poemas" porque así es y seguirá siendo Raul, un poeta que no se calla las cosas, una persona que dice todo lo que se tiene que decir, alguien que apoya y no se apoya en los demás, un hombre que analiza la situación y la comprende y que nos dice de frente las cosas, sin temores ni dudas a el que dirán los demas de lo que ha escrito.
Inevitablemente, se podrá decir que este poema y estos versos, somos nosotros, soy yo, eres tú, el autor, un loco poeta, algún personaje que por ahí ronda, en realidad estos poemas somos todos nosotros y tampoco lo somos.
A leer señores.
Poema en una habitación
Dejar la vida en un poema es terminar como un sapo abierto desde el cuello hasta los testículos, es meterse sin asco un plomazo en la cabeza, es escupirle la cara al buen dios, es amanecer en la calle muerto como un perro, dejar la vida en un poema es comenzar a ponerle flores a tu tumba, es despertar llorando con la mirada perdida y temblando de miedo, dejar la vida en un poema es desangrase a solas, de madrugada en una habitación oscura, escuchando una canción de Cohen, mientras todo lo que amas se va a la mierda.
Una mañana me encontraste plomeado y triste en plena calle, me miraste feliz, yo tenia esa cara de niño malo, fingía inocencia mientras despreocupado tarareaba una canción de moda, yo me quedé mirando como el día nos abrazaba, nos dimos un beso tan largo que pude sentir la soledad de tu alma, tus cicatrices no eran como las mías, eran de vidas pasadas, emanaban pus cuando recordabas con nostalgia tu niñez, durante esos años fuiste la luz que necesitaba, el ave frágil a la que solía amar, tenías siempre un crucifijo en las manos, le rezábamos al buen dios, antes de que me marche y todo se vaya a la mierda me hiciste una promesa, dijiste que un día volverías a sacarme de esta bolsa plástica negra, un día bajé por esa calle como un ángel, vamos te dije, tu dejaste todo, arrojaste mis poemas al mar y nos fuimos cantando esa canción que tanto nos gustaba, esa que terminaba siempre con un final feliz.
Con el perdón de los entendidos, escribir no es como cualquier arte, para escribir se necesita haber comido mierda durante mucho tiempo, tener mil lobos hambrientos en las cuencas de los ojos, también poseer algún mal incurable, para escribir se necesita perder el control, salirte de tu eje, descarrilarte hasta morir en algún hueco desconocido, vomitado hasta dar asco, se necesita sentir en la carne más que el común de la gente, odiar hasta cometer un asesinato y amar con si fuera el último acto de tu vida, también se necesita ser un poco hijo de puta, un egoísta confeso, un animal insoportable y extremadamente solitario, se necesita estar mal de la cabeza, zafado hasta deponer tus huesos antes que la palabra, trastornado al punto de creerte un ser todopoderoso, para escribir se necesita también un toque de oído, un coro de súcubos comiéndote el cerebro, se necesita haber muerto alguna vez, mentido mas de mil veces, para escribir se necesita con toda certeza contemplar la agonía, la belleza dejarla para los blandos hacedores de sueños, en verdad, para escribir no basta con todo lo anteriormente dicho, para escribir poesía se necesita, además, tener dos huevos enormes y un corazón a prueba de todo.
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