La posibilidad de conocer personas a través de las redes sociales siempre está presente, en este caso nos llegan poemas de un joven autor, quien animosamente hace el envío para que puedan leer quienes asomen, por este espacio en la web. Disfrutemos la lectura de sus versos.
Oda maldita
I
Ustedes,
descomunales,
socavan
sus versos en mí,
tal
cual mantis hembra
engulle
a su símil macho.
Ustedes,
fastuosos
seres
inmortalizados,
enaltecen
mis manuscritos,
mis
paupérrimas estrofas.
Ustedes,
inalcanzables,
transmutan
toda lírica
antes
consignada.
¡Oh
magnos vanguardistas!
II
Un
alba espiritual,
una
orgía parisina,
un
paseo sentimental,
una
brisa marina.
¡Oh
miríficos vates!
¡Sus
majestuosas creaciones
son
dignas de aclamación!
¡Alabados
sean, maldecidos!
Me declaro
devoto
de su
inexistente religión.
Me
proclamo presumido
al
vislumbrarme sucesor.
¡Oh,
maestros, compadézcanse
de
este desdichado imitador!
III
¡Oh
poetas malditos!
¡Oh
ilustres simbolistas!
Iluminen
mi perspicacia,
erradiquen
mi trivialidad.
¡Oh
Baudelaire! ¡Oh Rimbaud!
¡Oh Verlaine! ¡Oh Mallarmé!
¿Cómo
alcanzar su grandeza?
¿De
cuántas vidas mías se precisarían?
¡Sálvenme,
resido en un planeta rancio!
¡Sálvenme,
soy un artista relegado!
¡Sálvenme,
mi soledad es absoluta!
¡Sálvenme,
se los ruego!
Falacia recetada
Somos
especialistas en fabricar enfermedades,
cuyas
curas mantenemos encubiertas
con
el fin de promocionar tratamientos inaccesibles,
inventados
por nuestro ego resquebrajado
que
busca incesantemente la superioridad del homo sapiens.
¡Ay,
jamás aceptaremos ser inferiores!
Es
lamentable materializar una pobre desesperación,
pero
es más lamentable emanar falta de autenticidad.
¡Roguemos
que nuestra miseria deje de aumentar!
Mentes
putrefactas
Pensamientos obscenos invaden nuestras
mentes,
durante siglos hemos intentado
mantenerlos ocultos,
pero ahora anhelamos experimentarlos
físicamente.
Y es así como dejamos de ser pudorosos
para mostrar
aquel lado vulgar que antes nos
avergonzaba
y que nos impedía abusar de nuestros
iguales.
¡Oh, ahora hacemos lo que nos plazca
sin importar la opinión del
perjudicado!
Asesinamos,
violamos,
ultrajamos,
asaltamos,
secuestramos,
sobornamos,
repudiamos,
fornicamos
hasta padecer
de infecciones
y contagiamos
a los demás
por mero placer.
¡El hombre de esta era nació
trastornado!
¡El hombre de esta era debería leer el
DSM-IV!
En el mejor de los casos, debería
tragárselo
hasta memorizarlo y ahogarse con él.
Tu
ausencia, tu presencia
Floreces
Mis cánticos gozan de cohesión
El cielo se oculta aterrado
El sol se muestra vigoroso
Y a su lado la luna tintinea
La atmósfera se cubre de un negro celestial
Seres deambulan por las calles
Yo permanezco erguido
Acorralan al Mesías
Me carcajeo
Un arcoíris surge en la oscuridad
Se forma un rostro melancólico
La masa empieza a sollozar
Lágrimas inundan la superficie
Encuentro una embarcación
Navego
Descubro archipiélagos de estupefacientes
Y un erudito se presenta como dueño
El rostro los consume
Muestro indiferencia
Tus frutos se desprenden
Mis rimas trascienden
Huracanes arrasan toda edificación
Vientos descomponen núcleos
Y un infante juguetea con su zorro
Los animales satisfacen plegarias
Inicia una nueva era glaciar
Arde, ¡cómo arde mi interior!
Clavo un bloque de hielo en mi corazón
Ángeles intentan salvarme
Yo me desangro
Perezco
Las tinieblas se muestran ante mí
Asesino al Anticristo
¡Soy el nuevo Rey!
Invado el paraíso
Hallo un desierto
¡A demoler el infierno!
Retorno a mi mundo
Desfallezco
Te marchitas
Stephan Enríquez (1994) es un joven poeta y narrador,
si se puede considerar como tal a alguien que solo ha ganado los concursos
literarios de su escuela y que aún no ha participado en algún certamen
nacional. Estudia Ingeniería Industrial, pero considera la literatura como su
verdadera pasión. Ha publicado dos eBook: Diminuta
Antología (Bubok, 2014) y Prosas
inmaduras (Bubok, 2014). Sin embargo, tiene en su haber dos poemarios
inéditos que planea publicar en formato físico.
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