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viernes, 28 de junio de 2019

3 POEMAS DE NIELSON RODRÍGUEZ





Hace unas semanas pude compartir la esa de lectura con Nielson, joven voz que tiene en su haber un poemario interesante. Gusta de trabajar en base a obras pictóricas y su poesía gira en torno a la creación de poemas sobre pinturas. Su poesía aún está por descubrir, sigamos la pista a este joven autor. Dejamos esta breve selección de 3 textos suyos para la lectura de nuestros seguidores.


La abismal experiencia de lo deleznable

“Soy el alucinado que se enerva
 coronado de cruces
 ante un mar de amebas acechantes”[1]


Los eunucos sonríen en las direcciones de los vientos
su falta está suplida por la fuerza de su unión con la carne astillada
ellos derraman sudores abigarrados
                                      son aguas en donde diluyen
                                                                        su sangre los eucaliptos

a solas entre las criaturas exploro los sentidos
habito el claustro de seres intermitentes
que flotando escapan del cuadro a poblar los malecones
ojos bocas brazos dientes estrellas olas espirales
las cruces se equilibran
para rompen el marco de la realidad

Hay momentos en los que tus labios
hablan el lenguaje de la madera
                                       que se ensambla con las raíces
                                                                              oscuras y artificiales                                                                                             

En este mundo las almas son tan deleznables como los cuerpos
como cuando se viaja por el túnel multicolor de los sesenta
y el animal terrenal te coge del sentido para tirarte contra la arena
Estaba bordeando el Medio Oriente
en una combi te trasladas al fondo abyecto profundo
en esta hondonada de pueblos exóticos y corruptos
descubres un bestiario de seres mutantes y crueles
pero voy por el desierto bendito por la Browning 22
siempre está la bandera contra el norte
hasta el norte frente a las escaleras pedregosas de Nepal
suelo fértil en naturalezas muertas

Las peregrinaciones del asceta del Perú
se graban en la piel del tiempo
el camino de regreso envuelve mi rostro de nostálgica tierra
pero me cubre del sol la vieja combi
furtiva por naturaleza
estas tierras se calientan como el verano en mi Shangri-La
con el pincel carmesí se sonroja la tarde
que me halla en los infiernos del mundo

la noche escupía sus demonios
como el miedo le enseñó a hacerlo
en soledad siendo víctima de su propio reflejo
ahora se te ve desde tu isla frente al horizonte
está tranquila la tarde cortada por el rubí
y los rastros de los seres intermitentes.


[1] Alucinación I. 1995. Óleo sobre lienzo. 98 x 79 cm. José Miguel Tola de Habich


Expresionismo peruano

Estamos atrapados en este mundo
caminando ciegos y cabizbajos
ante los latigazos del día,
la noche abre sus altísimas puertas
y extiende una mano áspera
para arrancarnos el grave peso de vivir.
Entonces subimos una escalera de cemento
a bordar nuestros nombres en el cielo,
las estrellas coronan la cabeza
de nuestro dios de piedra
y su sangre es purpureo vino.

Silenciosas calles encierran la nocturna demencia,
abrazados recibimos la llegada del sol,
que incendia nuestros cuerpos
que nos expulsa a las riberas bajo los puentes,
a construir la esencia de la noche
entre aspiraciones de cosmos
esa tibia belleza que nos redime
como el ardiente olor de tu cuerpo

Porque el día es solo esperar la noche
y ver bajar a la Virgen María de su nube
a mostrarnos el camino oscuro de la revelación.
Hoy expulsamos los abismos
porque decidimos conspirar contra la muerte.
Este mundo nos arroja contra el pavimento
pero su lejano inicio contiene su próximo final
mientras tanto me destruyo soy incendio
y el delirio es este humo incontenible.


Cantos a lo ignoto


Eres como un caballo galopando al infinito
porque vuelas y dibujas una estela de confusión en nuestros rostros.
Nosotros somos animales perdidos que no hallan su lecho de muerte

Así la vida va contando los segundos hasta la nada
hasta ser una estatua de lamentos y recuerdos opacos
que jamás debió nacer

Paloma de la noche
no dejes de cantar
no dejes de ahogar a las bestias entre tus fauces
no dejes de creer en tu pacto con la tierra
tú serás antorcha irradiando nuestro sendero
y un extraño Dios para los incautos
pero tus palabras y tus hechos
serán las historias que nos asalten entre sueños.

No seas el caudal del río que se desboca
como el remolino más allá de la mirada
sé el mar por donde llegan las ramas de los nidos
y por donde se van las cenizas de los muertos.

Corcel del día ave de la noche
eres todas las estaciones del tiempo
y llevas todas las formas del espacio.
El eterno fuego donde vemos danzar los sueños.
El viento sureño que viene a despertarnos.



Nielson Rodríguez (Lima, 1994). Bachiller en Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Docente, escritor y editor de textos de literatura. Ha publicado junto a Cristhian González la plaqueta de poesía hecha a cuatro manos Astrolabio, primer libro de la serie "Instrumentos de navegación". Ha publicado recientemente Locus Amoenus. Antología de poesía joven sanmarquina. Actualmente está preparando su primera plaqueta de poesía  individual, textos en homenaje a una serie de pintores peruanos.  

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