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domingo, 25 de mayo de 2025

"LA CASA Y LA HOJARASCA" DE JUAN CARLOS LÁZARO

 

 


Juan Carlos Lázaro fue un poeta, reconocido por su trabajo, sus versos y la calidad de sus textos, además es conocido por ser editor y periodista, justamente dirigió la revista Sol & Niebla. Pero su trayectoria literaria data de la generación del 70, quizá un poco menos difundido que sus pares generacionales, aunque con importantes seis libros en su haber; Las palabras (Editorial Lumen, Lima 1977), Gris amanece la urbe del hambre (Lluvia editores, Lima 1987), La casa y la hojarasca (Taller editorial Eco, Lima 2001), Entre la sombra y el fuego (Ediciones Copé, Lima 2008), Catorce poemas recontados y una elegía a JRR (2009) y junto a Héctor Rosas Padilla publicó el poemario a dos voces Andanzas, travesías y naufragios (Sol y niebla, Lima 2009). Fue además ganador del Premio Copé de plata el 2007 con el libro entre la sombra y el fuego".

En nuestras manos tenemos su poemario "La casa y la hojarasca" desde donde extraemos 3 poemas para letura de nuestros seguidores.

 

La casa y la hojarasca

La hojarasca y el agua detenida
son todo lo vivo y lo real
de este patio y de esta casa.
El resto son fantasmas.
Que lo diga sino el centinela rojo
que dormita en el torreón de la esquina
y que sueña con la próxima batalla.
La sombra del general
se mueve tras las persianas.
Con él van su kepí, sus charreteras,
su sable, sus botas, su capa.
En su recámara crepuscular
a la luz de una vela escribe
con mano trémula: “A la patria…”
El caballo blanco relincha,
agita su cola en el aire
espantando a una mosca lunática.
Una criada vestida de luto, pálida,
prepara la mesa para la cena
a la que sólo acuden
entre candelabros dorados
el pasado, el polvo, la nada.
El resto son fantasmas.

2
 
A la luz de la luna escalaré la pirámide 
insólita piedra en la que mis padres tallaron mi alma.
Escucho sus latidos y sus gritos.
Tu nombre es esa oda a los pájaros nocturnos
que nos vieron desnudos bajo los árboles
mientras me ofrecías tu sexo
y una manzana.
 
Casi un nocturno
 
He aquí una muchacha de tersa piel mestiza
que viene a hacer el amor con los árboles 
que enraiza sus pies en el Edén y cuyas gráciles manos
semejan el denso plumaje de los pájaros;
he aquí una muchacha cuyos senos minúsculos 
huelen como los odres de vino rojo y antiguo,
que se estremece en su lecho de paja
al paso del viento celeste del otoño,
que canta la más intensas romanzas de amor
en el atrio de piedra de las catedrales,
que traga ciruelas y otros frutos,
que lava su vientre hundido
en la orilla neblinosa de los ríos.
Los signos ilícitos de la noche
brillan como lunas llenas en sus ojos
y el roo de sus labios arde
como un incendio en los bosques.
 
 
La casa y la hojarasca
Juan Carlos Lázaro
Taller Editorial Eco
junio, 2001


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