Desde hace varios años el distrito de San Martín de Porres nos aporta editoriales, escritores y poetas para el medio literario capitalino, algunos de ellos ya han sido mencionados en nuestro blog y otros vendrán pronto. Una de esas voces es el amigo Walter Cier Pino, poeta y cuentista infantil, pero además un gran maestro origamista, arte que le permite viajar por diferentes ciudades, ingresar a colegios y generar el interés de los más jóvenes en esta bella forma de expresión artística.
Pero lo que nos convoca hoy, no son los libros infantiles, ni sus trabajos y proyectos de origami, sino la poesía escrita por él. Amablemente nos ha enviado unos textos para que podamos compartir con los lectores de nuestro amable blog.
HERMANOS
Yo tengo un hermano en días de lluvia con sol o sin el.
Mi hermano comprendía mis temores.
Sabía de mi soledad.
No importa si ahora no lo abrazo
Solo importa su presente.
Hermano, tengo un secreto que contarte.
He mirado al cielo y he visto las estrellas con tu presencia omnipresente.
Hermano, tengo tu soledad en
mis bolsillos, tengo tu cariño en mis manos.
Hermano lindo, quizás nunca te lo he dicho pero tú compañía alivia los temores que me angustian, esos que corroen el alma.
Hermano tu eres mi presente y, sobre todo, mi pasado, ese que construimos en ese hogar falto de todo menos cariño y amor.
Lo más hermoso, de mi vida, sin lugar a dudas, son mis hermanos, que con sus temores y angustias abrasan el alma solitaria de este ingrato corazón.
NO TE PUEDO AMAR COMO AMAN LOS POETAS
No te puedo amar como aman los poetas
Lo mío es otra cosa
Los poetas escriben canciones y poemas bonitos que a más de una la hacen sonrojar y suspirar
Lo mío es otra cosa
El poeta escribe a su amada, “…la noche está estrellada y tiritan azules los astros a los lejos”.
Y la niña mimada cae rendida a sus pies
Otro escribe:
“Tu solo recuerdo enciende mis sentidos, verte es saborear el néctar de la vida”.
Yo te amo como un loco, con extravío, como diablo y ángel a la vez.
No debo escribirte bonito, ni escribirte siquiera, mis sentidos se nublan y mi ser se enciende, tu paso es suficiente para empezar el desvarío.
No se puede describir lo que siento, ¿se podrás juntar el fuego y el agua?, ¿se podrá tomar el aire y convertirlo en piedra?
POESÍA 1
Amo la lluvia, el silencio y los días grises
La brisa que rosa mi rostro, la noche estrellada y, sobre todo, el grito silencioso cuando hacemos el amor
Amo la penumbra
Los parques solitarios
Los autobuses vacíos
A las personas sin hogar
Amo tus uñas clavadas en mi espalda
Amo la mar brava
Los cuadros mal pintados
El estrecho cuarto del vagabundo
La voz silenciosa del mendigo
Amo los espasmos de tu vientre
Amo el abrazo del amigo
La garua mañanera
El ocaso
La pichanga del domingo
Tu rostro, jadeante, en mi pecho
Amo a la mariposa, de alas negras
El sueño que nunca llega
El insomnio diario
La corta vida de la oruga
Tu silencio eterno después del amor
Amo el susurro del río bajo el puente
La oscura noche sin luna
El negro café mañanero
Tu sonrisa triste
Tus manos entrelazadas a las mías
Amo a la anciana que vende en la esquina
Al perro sarnoso que nadie quiere
Andar descalzo en la penumbra
El insomnio que me aterra
Tus regaños por la mañana.
PRESENCIA
Ante tu inerte tumba dirijo mis
oraciones
Una flor marchita acompaña tu tumba y
unas rebeldes lágrimas riegan tu lápida.
El dolor no merma
las sombras cubren mi pesar
tu presencia danza ante mis ojos
tu cantarina voz la escucho en
cada canto de pájaro, en cada
sollozo de niño, en cada palabra
de anciana.
Converso contigo, como en esta oscura mañana,
y apreto con mis manos la nada
la rabia contenida en mi pecho explota
El tiempo pasa, inexorable
tu ausencia todavía duele como en la última despedida
Madre, madrecitalinda, vienes otra vez,
como el mar a besar la playa,
Vienes, te abrazo, te vas, pero te quedas en el aire.
Tus muñecas amarradas a la cama me estremecen,
lloro tus llagas, acaricio tus manitas,
Por qué, mil veces la misma pregunta, por qué.
En mis noches de locura todavía espero visitarte y
sorber un café contigo.