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domingo, 21 de septiembre de 2025

4 POEMAS DE WALTER CIER PINO

 


 

Desde hace varios años el distrito de San Martín de Porres nos aporta editoriales, escritores y poetas para el medio literario capitalino, algunos de ellos ya han sido mencionados en nuestro blog y otros vendrán pronto. Una de esas voces es el amigo Walter Cier Pino, poeta y cuentista infantil, pero además un gran maestro origamista, arte que le permite viajar por diferentes ciudades, ingresar a colegios y generar el interés de los más jóvenes en esta bella forma de expresión artística.

Pero lo que nos convoca hoy, no son los libros infantiles, ni sus trabajos y proyectos de origami, sino  la poesía escrita por él. Amablemente nos ha enviado unos textos para que podamos compartir con los lectores de nuestro amable blog.

 

HERMANOS

 

Yo tengo un hermano en días de lluvia con sol o sin el.

Mi hermano comprendía mis temores.

Sabía de mi soledad.

No importa si ahora no lo abrazo

Solo importa su presente.

 

Hermano, tengo un secreto que contarte.

He mirado al cielo y he visto las estrellas con tu presencia omnipresente.

Hermano, tengo tu soledad en

 mis bolsillos, tengo tu cariño en mis manos.

Hermano lindo, quizás nunca te lo he dicho pero tú compañía alivia los temores que me angustian, esos que corroen el alma.

Hermano tu eres mi presente y, sobre todo, mi pasado, ese que construimos en ese hogar falto de todo menos cariño y amor.

Lo más hermoso, de mi vida, sin lugar a dudas, son mis hermanos, que con sus temores y angustias abrasan el alma solitaria de este ingrato corazón.


NO TE PUEDO AMAR COMO AMAN LOS POETAS

 

No te puedo amar como aman los poetas

Lo mío es otra cosa

Los poetas escriben canciones y poemas bonitos que a más de una la hacen sonrojar y suspirar

Lo mío es otra cosa

El poeta escribe a su amada, “…la noche está estrellada y tiritan azules los astros a los lejos”.

Y la niña mimada cae rendida a sus pies

Otro escribe:

“Tu solo recuerdo enciende mis sentidos, verte es saborear el néctar de la vida”.

Yo te amo como un loco, con extravío, como diablo y ángel a la vez.

No debo escribirte bonito, ni escribirte siquiera, mis sentidos se nublan y mi ser se enciende, tu paso es suficiente para empezar el desvarío.

No se puede describir lo que siento, ¿se podrás juntar el fuego y el agua?, ¿se podrá tomar el aire y convertirlo en piedra?

 


POESÍA 1

 

Amo la lluvia, el silencio y los días grises

La brisa que rosa mi rostro, la noche estrellada y, sobre todo, el grito silencioso cuando hacemos el amor

 

Amo la penumbra

Los parques solitarios

Los autobuses vacíos

A las personas sin hogar

Amo tus uñas clavadas en mi espalda

 

Amo la mar brava

Los cuadros mal pintados

El estrecho cuarto del vagabundo

La voz silenciosa del mendigo

Amo los espasmos de tu vientre

 

Amo el abrazo del amigo

La garua mañanera

El ocaso

La pichanga del domingo

Tu rostro, jadeante, en mi pecho

 

Amo a la mariposa, de alas negras

El sueño que nunca llega

El insomnio diario

La corta vida de la oruga

Tu silencio eterno después del amor

 

Amo el susurro del río bajo el puente

La oscura noche sin luna

El negro café mañanero

Tu sonrisa triste

Tus manos entrelazadas a las mías

 

Amo a la anciana que vende en la esquina

Al perro sarnoso que nadie quiere

Andar descalzo en la penumbra

El insomnio que me aterra

Tus regaños por la mañana.

 

 

PRESENCIA

 

Ante tu inerte tumba dirijo mis

oraciones

Una flor marchita acompaña tu tumba y

unas rebeldes lágrimas riegan tu lápida.

 

El dolor no merma

las sombras cubren mi pesar

tu presencia danza ante mis ojos

tu cantarina voz la escucho en

cada canto de pájaro, en cada

sollozo de niño, en cada palabra

de anciana.

Converso contigo, como en esta oscura mañana,

y apreto con mis manos la nada

la rabia contenida en mi pecho explota

El tiempo pasa, inexorable

tu ausencia todavía duele como en la última despedida

Madre, madrecitalinda, vienes otra vez,

como el mar a besar la playa,

Vienes, te abrazo, te vas, pero te quedas en el aire.

Tus muñecas amarradas a la cama me estremecen,

lloro tus llagas, acaricio tus manitas,

Por qué, mil veces la misma pregunta, por qué.

En mis noches de locura todavía espero visitarte y

sorber un café contigo.

 

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