El día de hoy compartimos algunos textos de una joven voz, Stephany Calderón. aún sin títulos publicados en su habe,r pero con buen paso y avance en los círculos literarios, la joven poeta nos ofrece estos versos para poder ir conociendo su trabajo y ver el avance que realiza conforme sus escritura va madurando. Deseamos a Stephany que persista en la poesía, y desde este recinto le abrimos camino en el medio literario.
Zero balas
He pensado en ello
una vez más.
Sólo tengo mis viejas y oscuras palabras
que elijo cada vez que
dejo derramar el néctar de la vida.
En lugar de eso
aparece una interminable nebulosa,
un extraño tedio
una incontable, incontrolable
desastre triste.
Yo estaba viviendo en el otro lado.
El brillo de mi corazón salvaje
cruzó esa línea
sin mí.
Maremágnun
Mitad de ningún éter
Hueco inadvertido e invisible.
Pus pus renovada.
Transformo y destransformo costras.
Neptuno believe
in me
Rompo trompeta
Rompo dedos
Rompo palabra
Rompo silencio
Una estrella,
La maldita estrella en un tobogán infinito.
El tiempo se pasa de largo
Y mi polvo es tan corto.
Y mi mujer es un monstruito castrado.
Y mi monstruito no sabe escribir ‘monstruito’.
Remedio celestial
Guardado en el lugar menos pensado.
Callado, sin amigos, sin memoria, sin olimpos, ahí
te quiero ver.
Calato frente al espejo con la insuficiencia en
piel.
La palestra es una bailarina improvisada, loca
y valiente que hace reír cuando se caga de
miedo.
Vengo
para estar
Vibra huracanada
nada
tengo la cabeza saturada de
inspiración receptora y pasiva
del momento atáquico.
Este debería ser el poema más tierno del mundo
y sin embargo….
En el sentimiento del mundo de personas únicas
en el mundo
de corazones grandes
dadores de todotodo
exudando vida, exudando amor
seres jamás vistos por los luceros
de esta vieja oscuridad.
No he hecho caso al feeedback negativo
¿Qué haremos, cronopio transformado?
la ternura se acaba a veces y se pone más edad
y al mundo le saca lengua
y el dedo medio con mucha seriedad
¿Qué es lo que pasaría si no hubiera radio en
los micros?
Las nuevas leyes represoras otra vez.
Mi sacrificio, el amor
mi amor
mis amores
¿Cuántas veces he dejado de ser la que era,
la que nunca fui?
Desde la enredadera de mi alma,
saco este ramo de flores hecha con palabras
otro pedazo de mi pequeña
y nueva posibilidad.
Ceguera
repetida
Te entregué mi corazón
para que aprendamos a amar
pero nuestras locuras se asustaron
y el amor se fue espantado a un lugar
que no es el mar.
Tú, mi promesa rota
mi ciego empalme a la realidad balbuceada
en tu discordancia,
mi azúcar inconsciente que se equivoca
y al segundo se olvida.
Te perdone una, dos, tres veces
en un solo segundo
pero tu garganta ciega seguía hablando.
Yo tuve que callarte la mirada con mi silencio.
Tuve que renunciar a la posibilidad
de lo que había dejado de aceptar en serio.
Yo te iba a tomar entero,
yo iba a decir que sí.
Iba a arriesgar el 100 por ciento
de mi soledad y mis alas
por tu alma de colores necios
y locura imposible.
Yo iba, yo me fui.
Tú fuiste el ángel que después del samaqueo
de reflexión golpeada
te fuiste a aprender solito.
Agarraste tu tarea sin entender
y cruzaste la calle del retorno a tu anterior
luz
cuando no me conocía.
Y aun conociéndome ahora
esa luz no podrá ser la misma.
Mi luz agachó la cabeza y se puso a escribir
para llenar el hueco
que había construido para que te quedarás.
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