De repente, el poema.
Escribe: Hernán Anaya Arce.
Todavía corre el riachuelo/ en cuyas aguas jamás se mojaron Jorge
Manrique ni Heráclito/ pero yo sí….
Todavía corre el riachuelo que nos dejó su frescura/ en la piel como los
besos de las brisas marinas….
La poesía de Héctor es como el río que fluye de la vertiente más
profunda, estos versos suyos nacen del interior de su alma como aliento suave
para expandirse por diferentes causes de la pluralidad humana
para solazarnos y convertirnos en parte de su experiencia poética.
En este libro
podemos encontrar vivencias y sentimientos del autor donde nos muestra
con un lenguaje sencillo, nuevas formas y estilos de hacer poesía,
al inicio de esta obra podemos sentir la hondura humana, maternal, poética,
propio de un gran escritor “palabras a una madre cañetana” de esos
recuerdos que confluyen en una hermosa prosa como dedicatoria. “…. Por
convertir los pedregales en campos de tubérculos para que el pan no faltara en
nuestra mesa….” ¡Qué grande y asombrosa fue mi madre! Asombrosa por su
manera de amar a sus hijos, como solamente las gaviotas aman al mar,…
El poeta con estas frases logra inmortalizar el cariño a un ser amado
“in memoriam” porque fue vital en su vida. Estrofas que impactan, que conmueven
y se mimetizan con el lector y como trazo matinal logra perpetuar sus versos,
no por la forma, la ortografía ni la técnica de un literato, sino por la
sencillez de sus palabras que ayudan al lector a pensar y entender lo que lee.
De repente, el poema nace como el arco iris en
la mañana, para mostrarse físicamente en un atractivo libro hecho de metáforas
de mar y viento, pocos saben, que el riachuelo se detuvo en el tiempo
para dar paso a una hermosa portada y mostrar el torrente donde el autor desde
niño supo humedecer su alma y que le ha inspirado algunos de sus mejores
poemas.
En Héctor, como se sabe, existe una formación
verdaderamente poética ya que sus lecturas fueron numerosas y constantes alguna
de ellas inspirados en los poemas clásicos como Li Tai Po, que escribe con
mucha nostalgia y añoranza a su pueblo. La luna, / sobre mi lecho sus
luces proyecta. / Me parece escarcha sobre la tierra. / contemplo la luna al
levantar la cabeza, / y, al bajarla, añoro mi aldea natal.
Igualmente el autor a pesar de vivir muchos años alejado de su país no
olvida su humilde origen, a su gente ni a su caserío de Cochahuasí, en Cañete,
tierra donde nació y transcurrió su infancia al contrario lo recuerda y lleva
en su corazón y le dedica profundos versos. "morir en Cañete"
¿Por qué morir en Madrid/ como si no hubieran otros lares/ de tulipanes
y poesía/ donde dejar este armazón de huesos?
¿O por que morir un jueves/ bajo un aguacero afrancesado?
¿Por qué no cerrar los ojos/ donde muero por morir/ y ansió que me
sepulten/ bajo su cielo de membrillos?
Donde los caminos conocen/ mis pasos andariegos/ y la luna está al
alcance/ de los amantes furtivos.
Donde las noches se tiñen/ con los higos maduros/ y el sol rueda por las
villas/ como una naranja en llamas.
¿Por qué no morir en Cañete/ frente a esos manantiales/ que descubría/
en los ojos/ de las muchachas de mi pueblo?
Los diversos poemas que escribe Héctor rosas en esta obra son muy
variados pero casi siempre relacionados con su gente, su pueblo y el
campo, muy sutilmente le dedica versos con características
geométricas y exuberantes a la mujer, también levanta su voz de protesta
a la preocupante metamorfosis en la sociedad actual.
Desde la mitología griega, la figura femenina está presente en la
literatura “como diosas inspiradoras de las artes” lo cierto es que muchas
mujeres se han transformado en musas para numerosos poetas.
"A Leonor" de Amado Nervo, destaca; Tus ojos son dos magos
pensativos, /dos esfinges que duermen en la sombra, /dos enigmas muy
bellos... Pero hay algo, /pero hay algo más bello aún: tu boca.
El chileno Pablo Neruda tiene una extensa obra poética dedicada a la mujer. Podemos hablar, por ejemplo, de "Si tú me olvidas", donde confiesa: “Mi amor se nutre de tu amor, amada / y mientras vivas estará en tus brazos / sin salir de los míos”.
El uruguayo Mario Benedetti,
refiere; Una mujer desnuda y en lo oscuro/ tiene una claridad que nos
alumbra /de modo que si ocurre un desconsuelo /un apagón o una noche
sin luna /es conveniente y hasta imprescindible /tener a mano una
mujer desnuda.
El Premio nobel Octavio Paz le escribe al amor relacionado con la
naturaleza y dentro de ella hace referencia a la musa… y tus ojos de azúcar
quemada, / sitios en donde el tiempo no transcurre, / valles que sólo mis
labios conocen, / desfiladero de la luna que asciende/ a tu garganta entre tus
senos.
El peruano Héctor Rosas Padilla no puede ser indiferente al amor y en su
poemario. De repente, el poema. Le dedica algunos versos a la mujer. Es
indudable que el sexo femenino ha inspirado en la poética del autor y mediante
sus versos hace lo imposible para darle vida y existencia a la creación
de Dios. Declama, "Mujer"
Yo amo todo lo que se contempla a lo largo de tu cuerpo/Y amo también
cuanto hay de prodigioso en tu alma. /Amo tu pelo, tus labios menudos, tus
senos/ Que no conocen de crepúsculos ni de la fatiga de mis manos.
Fragantes como los jazmines y hechos para mis deseos. / Pero, sobre
todo, yo amo lo que nadie glorificó/ bajo las sábanas: tu desnudez que es la
desnudez del cielo en verano.
Y lo que nadie advirtió en ti yo lo amo también/ porque te hacen única
en mi universo: los colmenares/ que surten tu dulzura para con todos/ y los
panes inagotables que emergen de tu alma.
Yo ame, y amo todo de ti, hasta tus pies y tus dientes/ y seguiré amando
todo lo que me ofrece tu cuerpo/ y todo lo que te rodea y amas como yo amo tu
sana locura.
Héctor, en estas líneas, no solo resalta la dulzura y belleza de la
mujer, sino expande sus virtuosas acciones. Para el lector; el autor nos
muestra las hebras más sensibles de su humanidad y para coronarla rescata
versos diseminados en el universo, con el sentido de darle trascendencia
a sus escritos.
Los poetas, en su estilo cotidiano……escriben sobre injusticia social,
donde tocan temas que afectan al género humano y destilan en su poesía
denuncias y protestas en favor de los humildes y muchas veces en favor de sus
derechos. Pablo Neruda, “las masacres”, Es un poema lleno de
sufrimiento y de dolor, nos muestra la eterna injusticia de quienes están en el
poder.
-Pero entonces la sangre fue escondida/ detrás de las raíces, fue
lavada/ y negada/ (fue tan lejos), la lluvia del Sur la borró/ de la tierra/
(tan lejos fue), el salitre la devoró en la/ pampa: / la muerte del pueblo fue
como siempre/ ha sido: /como si no muriera nadie, nada, / como si fueran
piedras las que caen/ sobre la tierra, o agua sobre el agua.
De repente, el poema, abre un espacio para la poesía social, como
manifestación del yo, donde el escritor traslada al lenguaje su experiencia humana,
expresa también un sentimiento de profunda reflexión ambos como manifestaciones
realistas y testimoniales de lo que pasa en nuestro país. Héctor Rosas
Padilla, “que te hicieron país”, un poema desbordado en lírica que
muestra la angustia y la indigencia del hombre marcado en las impurezas de
un sistema:
Qué te hicieron país que hoy he caminado con mi angustia/ por tus
avenidas de la indigencia/ y no pude dejar escapar mi dolor/ al verte hundiendo
las manos en el vacío de los tachos de basura/ escupiendo tisis / rezando a un
Dios ensordecido/ por los rugidos de los automóviles y las peroratas/ de la
corrupción/ Qué te hicieron país que hoy he buscado tu sonrisa/ más allá
del júbilo de los paraísos dorados.
"De repente, el poema". Una obra escrito de latido ha latido, buscando las
diversas maneras de expresar en forma urgente; los vértices de la poesía.
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