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miércoles, 19 de septiembre de 2018

SOBRE "DE REPENTE, EL POEMA" DE HÉCTOR ROSAS PADILLA POR HERNÁN ANAYA ARCE







De repente, el poema.

Escribe: Hernán Anaya Arce.  

Todavía corre el riachuelo/ en cuyas aguas jamás se mojaron Jorge Manrique ni Heráclito/ pero yo sí….

Todavía corre el riachuelo que nos dejó su frescura/ en la piel como los besos de las brisas marinas….

La poesía de Héctor es como el río que fluye  de la vertiente más profunda, estos versos suyos nacen del interior de su alma como aliento suave   para expandirse por  diferentes causes de la pluralidad humana para solazarnos y convertirnos en parte de su experiencia poética.
                                                                                                                                             
          En este libro podemos encontrar  vivencias y sentimientos del autor donde nos muestra con un lenguaje sencillo,  nuevas formas y estilos de hacer poesía,  al inicio de esta obra podemos sentir la hondura humana, maternal, poética, propio de un gran escritor “palabras a una madre cañetana”  de esos recuerdos que confluyen en una hermosa prosa como dedicatoria. “…. Por convertir los pedregales en campos de tubérculos para que el pan no faltara en nuestra mesa….”  ¡Qué grande y asombrosa fue mi madre! Asombrosa por su manera de amar a sus hijos, como solamente las gaviotas aman al mar,… 

El poeta con estas frases logra inmortalizar el cariño a un ser amado “in memoriam” porque fue vital en su vida. Estrofas que impactan, que conmueven y se mimetizan con el lector y como trazo matinal logra perpetuar sus versos, no por la forma,  la ortografía ni la técnica de un literato, sino por la sencillez de sus palabras que ayudan al lector a pensar y entender lo que lee.

     De repente, el poema nace como el arco iris en la mañana, para mostrarse físicamente en un atractivo libro hecho de metáforas de mar y viento, pocos saben,  que el riachuelo se detuvo en el tiempo para dar paso a una hermosa portada y mostrar el torrente donde el autor desde niño supo humedecer su alma y que le ha inspirado algunos de sus mejores poemas.

    En Héctor, como se sabe, existe una formación verdaderamente poética ya que sus lecturas fueron numerosas y constantes alguna de ellas inspirados en los poemas clásicos como Li Tai Po, que escribe con mucha nostalgia y añoranza a su pueblo. La luna, / sobre mi lecho sus luces proyecta. / Me parece escarcha sobre la tierra. / contemplo la luna al levantar la cabeza, / y, al bajarla, añoro mi aldea natal. 

Igualmente el autor a pesar de vivir muchos años alejado de su país no olvida su humilde origen, a su gente ni a su caserío de Cochahuasí, en Cañete, tierra donde nació y transcurrió su infancia al contrario lo recuerda y lleva en su corazón y le dedica profundos versos. "morir en Cañete"

¿Por qué morir en Madrid/ como si no hubieran otros lares/ de tulipanes y poesía/ donde dejar este armazón de huesos?
¿O por que morir un jueves/ bajo un aguacero afrancesado?
¿Por qué no cerrar los ojos/ donde muero por morir/ y ansió que me sepulten/ bajo su cielo de membrillos?
Donde los caminos conocen/ mis pasos andariegos/ y la luna está al alcance/ de los amantes furtivos.
Donde las noches se tiñen/ con los higos maduros/ y el sol rueda por las villas/ como una naranja en llamas.
¿Por qué no morir en Cañete/ frente a esos manantiales/ que descubría/ en los ojos/ de las muchachas de mi pueblo?

 Los diversos poemas que escribe Héctor rosas en esta obra son muy variados  pero casi siempre relacionados con su gente, su pueblo y el campo, muy sutilmente le dedica versos con  características  geométricas y exuberantes a la mujer, también levanta su voz de protesta a la preocupante metamorfosis en la sociedad actual.

Desde la mitología griega, la figura femenina  está presente en la literatura “como diosas inspiradoras de las artes” lo cierto es que muchas mujeres se han transformado en musas para numerosos poetas.

"A Leonor" de Amado Nervo, destaca; Tus ojos son dos magos pensativos, /dos esfinges que duermen en la sombra, /dos enigmas muy bellos... Pero hay algo, /pero hay algo más bello aún: tu boca.

El chileno Pablo Neruda tiene una extensa obra poética dedicada a la mujer. Podemos hablar, por ejemplo, de "Si tú me olvidas", donde confiesa: “Mi amor se nutre de tu amor, amada / y mientras vivas estará en tus brazos / sin salir de los míos”.

El uruguayo Mario Benedetti, refiere; Una mujer desnuda y en lo oscuro/ tiene una claridad que nos alumbra /de modo que si ocurre un desconsuelo /un apagón o una noche sin luna /es conveniente y hasta imprescindible /tener a mano una mujer desnuda.

El Premio nobel  Octavio Paz le escribe al amor relacionado con la naturaleza y dentro de ella hace referencia a la musa… y tus ojos de azúcar quemada, / sitios en donde el tiempo no transcurre, / valles que sólo mis labios conocen, / desfiladero de la luna que asciende/ a tu garganta entre tus senos.

El peruano Héctor Rosas Padilla no puede ser indiferente al amor y en su poemario. De repente, el poema. Le dedica algunos versos a la mujer. Es indudable que el sexo femenino ha inspirado en la poética del autor y mediante sus  versos hace lo imposible para darle vida y existencia a la creación de Dios. Declama, "Mujer"  
  
Yo amo todo lo que se contempla a lo largo de tu cuerpo/Y amo también cuanto hay de prodigioso en tu alma. /Amo tu pelo, tus labios menudos, tus senos/ Que no conocen de crepúsculos ni de la fatiga de mis manos.

Fragantes como los jazmines y hechos para mis deseos. / Pero, sobre todo, yo amo lo que nadie glorificó/ bajo las sábanas: tu desnudez que es la desnudez del cielo en verano.

Y lo que nadie advirtió en ti yo lo amo también/ porque te hacen única en mi universo: los colmenares/ que surten tu dulzura para con todos/ y los panes inagotables que emergen de tu alma.

Yo ame, y amo todo de ti, hasta tus pies y tus dientes/ y seguiré amando todo lo que me ofrece tu cuerpo/ y todo lo que te rodea y amas como yo amo tu sana locura.

Héctor, en estas líneas, no solo resalta la dulzura y belleza de la mujer, sino expande sus virtuosas acciones. Para el lector; el autor nos muestra las hebras más sensibles de su humanidad y para coronarla rescata versos diseminados en el universo, con el sentido de darle  trascendencia a sus escritos.

Los poetas, en su estilo cotidiano……escriben sobre injusticia social, donde tocan temas  que afectan al género humano y destilan en su poesía denuncias y protestas en favor de los humildes y muchas veces en favor de sus derechos. Pablo Neruda, “las masacres”, Es un poema lleno de sufrimiento y de dolor, nos muestra la eterna injusticia de quienes están en el poder.

-Pero entonces la sangre fue escondida/ detrás de las raíces, fue lavada/ y negada/ (fue tan lejos), la lluvia del Sur la borró/ de la tierra/ (tan lejos fue), el salitre la devoró en la/ pampa: / la muerte del pueblo fue como siempre/ ha sido: /como si no muriera nadie, nada, / como si fueran piedras las que caen/ sobre la tierra, o agua sobre el agua.

De repente, el poema, abre un espacio para la poesía social, como manifestación del yo, donde el escritor traslada al lenguaje su experiencia humana, expresa también un sentimiento de profunda reflexión ambos como manifestaciones realistas y testimoniales de lo que pasa en nuestro país. Héctor Rosas Padilla, “que te hicieron país”, un poema desbordado en lírica que muestra la angustia y la indigencia del hombre marcado en las impurezas de un sistema:

Qué te hicieron país que hoy he caminado con mi angustia/ por tus avenidas de la indigencia/ y no pude dejar escapar mi dolor/ al verte hundiendo las manos en el vacío de los tachos de basura/ escupiendo tisis / rezando a un Dios ensordecido/ por los rugidos de los automóviles y las peroratas/ de la corrupción/ Qué te hicieron país que hoy he buscado tu sonrisa/ más allá del júbilo de los paraísos dorados.

"De repente, el poema". Una obra escrito de latido ha latido, buscando las diversas maneras de expresar en forma urgente; los vértices de la poesía.




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