Compartimos algunos poemas de Carolina O. Fernández, gran poeta con una trayectoria literaria ya reconocida. Ganadora de concursos literarios y activista en la defensa de los derechos de la mujer. Con una vigencia literaria marcada, la poeta nos ofrece sus textos para compartirlos a través de este blog. Esperamos lector que pueda disfrutar de su poesía.
*
Una madrugada de verano entre las calles
enjauladas de la capital, madre extraviada posó
errabunda sobre el techo de una vieja casa y yo arribé a esta pequeña
estrella parecida a un globo de helio con sabor a aguaymanto y capulí.
Soy Nadie.
Y
tú quién eres?
Vivimos en un barrio sencillo abierto a
los ojos de un eidolado mundo lleno de árboles y piedras que se veían como un gran horizonte lunar. Y había
una cruz luminosa que se miraba a la distancia y acompañaba las oraciones a la
estrellita del sur. Mamá siempre estaba trabajando porque padre se olvidaba del
nido y yo acompañándola me acostumbré a
su silencio, y su silencio por las
noches se convertía en el cantar de los
grillos, y el cantar de los grillos en
una proclama intermitente. Mamá decía que podían anunciar desgracia y yo
rogaba al sol y a papalindo (así le llamaba la vecina que a veces nos cuidaba)
que no ocurriese nada malo. Algunas noches de luna llena, cuando se iba el mal humor, recostadas sobre el césped,
veíamos las estrellas y viajábamos al interior de ellas. Mamá hablaba de la
inmensidad de la creación, yo le contaba lo que veía al interior de los claros
de la Luna, aprendí a deletrear las nubes pequeñas y redondillas y a descubrir
los fantasmales sueños cuando tomábamos el tren al mediodía y volvíamos bien entrada la luna. Todos cuentan que cuando mamá sonríe
alumbraba el horizonte. Y es verdad, yo aún anido en su sonrisa.
LA GOLONDRINA
Nombrar
lo que se lleva dentro
el árbol
hojarascas
mi corteza
En la memoria abundan paisajes
no aman teñirse el cabello
Desprenderse
Desgajar la palabra
astral
la unidad cuántica
y anudar
besar los ojos
(no los anteojos)
Al abrir la ventana
se abre el velo
quebradizo de mis labios
En las hayas una luz
tan oscura como mi piel
brinco de un barranco a otro
hasta arribar al piélago
Sumerjo mis ímpetus
en oleado canto El Pacífico
ruge
Soy una golondrina que saluda al mar
Para llegar a mí y empezar
me arranco los ojos
pestañeo sangre
balbuceo canto a las montañas
Para llegar a mí
y descubrir la orilla
arrancarme los albatros
más allá del misterio
lograr la escollera verde
viajo por dunas
oceánicos vientos nutridos de coleópteros
o enmudezco ante el cantar
de la escritura que zozobra
Madre no debió abandonar
el balcón de aquella puerta azul
sobre la montaña más alta
No debió escuchar a papá
así yo no habría
venido a esta cima
No estaría con mi canto
a riesgo de extinguirse
en la penumbra de este
pequeñísimo globo azul
a punto de estallar
Y las calles de París
en fosforescente lengua
entorpece a la guardia vieja
y la Tour de Eiffel
La ciudad himno
himno al amor art nouveau
Christian Dior y carburante
en los pulmones
del tercer mundo
Comuna de París
Kristeva
Ollé y Verástegui en París
barricadas en los Campos Elíseos
yo ofrecía cigarrillos con mi poncho rojo
barricadas en P
y los mandatarios no renuncian
y tu amor y mi amor sin máscaras
Máscaras de la diablaba en París
en los carnavales de Málaga y Venecia
Nombrar el mundo
o lo que llevamos dentro
sin antifaz
Mi cuerpo
es decir mi país
es un campo de batalla
Todo el tiempo ha sido
un campo de batalla
una república oscura
de flores que rehúyen
caudillos de vanidad
entumecida en los lavaderos
profundos de la tierra
Mi campo
mi país
gramatical
traición olvido
estupor
tantas veces un poema ignorado
como el yanantin que nivela
los cerros para construir juntos
la
madera de un hogar
o para sacar el clavo de mis ojos
Mi casa
mi país
es el qhapac ñan transitado
de noche en media Luna
Como en
tiempos no idos
el Sol irradia ceques
hacia las montañas de las urbes
Ofrenda de los ayllus
a las comunidades no sometidas
en la huaca de mi barrio
Pero no tengo casa ni país
sino
un agridulce manzano
que resuena en mi oídos
A la bella niña de Ampato
Una madrugada nació la niña entre sábanas de arena
y el lenguaje indomable de pájaras cantoras
y el lenguaje indomable de pájaras cantoras
a los cuatro sostuvo entre sus alas una cajita de zapato
con wawas recién nacidas
con wawas recién nacidas
Estrella migrante como su madre
pájara cantora
su lenguaje sabe a hierba sabe a canto
su lenguaje sabe a hierba sabe a canto
arma radios y parlantes
compone canciones electrónicas
compone canciones electrónicas
onda musical que se expande
en la órbita interespacial
del fuego de sus ojos
en la órbita interespacial
del fuego de sus ojos
Descubre desajustes cuánticos
entre las palabras y los actos
Descifra sin decirlo los enigmas de la bella niña de Ampato
da clases de runasimi matemática ortografía
entre las palabras y los actos
Descifra sin decirlo los enigmas de la bella niña de Ampato
da clases de runasimi matemática ortografía
Atraviesa acequias
temporales agrios y fronteras
aires risueños para sembrar y cosechar uvas
temporales agrios y fronteras
aires risueños para sembrar y cosechar uvas
duraznos y aguacate
y aunque quieran destruirla quemarla
y aunque quieran destruirla quemarla
arrancarla como a Charllotte Salomon
Máxima Acuña Hipatía o
Berta Cáceres
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no matarán su lenguaje indómito
ni su sonrisa al interior del Sabancaya
ni en esta pequeña casa a punto de estallar
ni su sonrisa al interior del Sabancaya
ni en esta pequeña casa a punto de estallar
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