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viernes, 16 de octubre de 2020

"SOMBRAS EN DEMOLICIÓN. ANTOLOGÍA PERSONAL 2002-2018" DE PAUL GUILLÉN

 



Compartimos con alegría el nuevo poemario del escritor Paul Guillén: "Sombras en demolición. Antología personal 2002 - 2018". En este libro el autor hace una revisión de sus poemas a través de más de una década de escritura poética, que ven la luz en México por Mantra Edixiones. 

El libro se presenta el día de mañana sábado 17 de octubre vía virtual. No se pierdan la transmisión.



LOS ULTRASóNICOS GATOS

 

Los ultrasónicos gatos han venido a posarse en tus ojos

Y si esos gatos andan peleando todo el día, debo decirles:

¡Basta, son muy malos no los quiero más!

Pero los ultrasónicos gatos vienen de otro planeta

Y saben que pueden dominarme fácilmente

Y yo les digo que los amo con todo mi corazón,

   aunque no quiera

Los ultrasónicos gatos gobiernan el mundo

   y no nos hemos dado cuenta

Alabados sean los ultrasónicos gatos

   que me miran desde la ventana

Si siguen sonriendo me da miedo

   y voy a tener que abrazarlos muy fuerte

Como si ellos fueran unos simples lacayos

   y no los divines del universo

Uno, dos, tres… los ultrasónicos gatos se han ido a otra galaxia

Me han dejado solo. Los echaré de menos. ¡Ultrasónicos gatos!

 

 

Tiempos de guerra

 

Digamos que hay diez millones en esta ciudad,

unos viven en mansiones, otros viven en agujeros:

con todo, no hay lugar para nosotros, querida, no hay lugar

W. H. Auden

 

 

el atoq cristalino canta en la cima del cerro su clavecín claro y clamoroso. cabeza de cantáridas. cardos cabecean sus crismas sus clavículas y corazas. cadencioso fluir desde la cornisa claveteada agujereada y amarillito, amarilleando flor de retama. cáncer de tu carne. clavos que oropelean cohetes y pólvora. el atoq en el cielo circuncisa sus colmillos sus cactus de calcáreas catastróficas sus canciones de cuculíes y calaminas   

 

Beirut es nuestra jaima.

Beirut es nuestra estrella.

 

mar de amatistas. macizo de mastuerzos que se bifurcan en mandrágoras el atoq con su mancha celeste es el pasaje entre el río celestial y el mundo mágico el atoq junto a las llamas del cielo marea sus marítimos bemoles y se atraganta de tubérculos que cuando cae a tierra vomita por todos los campos es así como los campesinos cultivan papas camotes ocas ollucos mashuas el atoq de nuevo está cantando cristalino

 

Beirut es nuestra jaima.

Beirut es nuestra estrella.

 

la guerra es un cerdo untado con melcocha que se nos resbala

la guerra es una larga palabra que rechina en los dientes

la guerra es decir “lo siento, te engañé. nunca lo volveré a hacer”

la guerra es ver tu programa favorito en señal abierta

la guerra es caminar cinco kilómetros en un ataúd

la guerra es la manera cínica de decir “te lo dije”

la guerra es un latino en un barrio de travestis

la guerra es un poema sobre una yegua de jade que arremete

la guerra es la poesía sin el canto del cenzontle

la guerra es como un gorila aporreando la máquina de escribir

la guerra es esto y no aquello

la guerra es un soldado ciego sin manos

la guerra es el grito del niño negro, la mujer roja

y el hombre azul

 

La guerra es el poder.

Todo lo que deseas se esfuma.

 

los estudiantes en las barriadas están cargando sus baldes de agua por las noches beben cañazo y fuman inca y no se cansan de bailar al son de sus ojotas ¡ay! jovaldo, jovaldito, ¡ay! manuelcha, manuelito, como la pajita te volaste, como el vientecito te has ido. el atoq censa las esteras y los días de hambre apenas un mendrugo en la barriga del mundo. el atoq se revuelve junto al cóndor y el sapo como la pajita te volaste y regresas

 

pogromos y tantras te deum

ajedrez jaezado de jacintos

revólver de estrellas

bayo caballo de trojes

pantera pandémica de pan

Beirut se nos incendia

y el atoq cae desde el cielo

profundo y cóncavo cielo

la guerra está en nosotros

la guerra está con nosotros

 

  

Les Aveugles de Sophie Calle Seguido De Una Glosa

Sobre Portrait Of A Blind Poet De Juan Ojeda 

 

Camina por una calle del Perú y haz la misma pregunta o camina por la foto de Óscar Medrano y pregúntale a Celestino Ccente: ¿Qué es la belleza? La belleza no podría ser otra cosa que una garganta afónica de tanto gritar por la libertad, de tanto gritar que nos dejen en paz, de tanto gritar que somos inocentes. Pregunta de nuevo Sophie: ¿Qué es la belleza?, y no puedes mejorarla como frase, pero eso es la realidad: chocar con la belleza de una manera horripilante. Esto de la realidad me tiene confundido. ¿La realidad de quién?, ¿la realidad de todos o la tuya? ¿Cuál es esa realidad? ¿Cuál esa belleza? No te detengas en las calles podrían robarte la cartera o la inocencia. ¿Qué significa la belleza en las calles peruanas del Perú? Esa contradicción, esa repetición, ese exceso. Para qué escribir, sino encuentras belleza ni realidad. Entonces, cómo soportar el mundo cada día. No me vengas con lo de Keats. Hablemos del Perú y su tristeza, antes que de su belleza. La garganta ya no soporta más de gritar contra la pobreza, contra la pereza y contra el dolor. ¿Osos perlados o despreciados? ¿Cómo no gritar de una vez y para siempre y ser un glacial en la mente de los demás? Eso me suena conocido. Eso es la belleza: retornar al fluido de las palabras. Un retorno al origen, donde caminabas de la mano de tu abuela, guiándola por la ciudad, aunque ella conocía de memoria todas las calles: tienes cinco años y ya conoces toda la belleza y la realidad en una sola mujer.

Juan ahora yo te digo: En el mediodía negro sentados en una plaza solo ves la bruma de neblí y el lucro de la umbría en la vacía fuente. Esto es como estarse sentado tres mil horas esperando, pero ¿esperando qué?: alguna señal, algún designio que nunca llega. Solo un dolor en el pecho y en la frente. Ese sudor venático que no te deja tranquilo y te abisma en una nave sin ojos, un río de oro y unos párpados sin retorno. Escucha es el mago pútrido cantando en tenaz patio sonoro. Es una canción que te transporta a un árido y ebrio abismo. Acritud del poeta ciego para no ver la realidad y la belleza de una princesa quechua.

 

 

 

La historia del Perú se resumirá

a cómo se destruye un poeta

 

 

a José Pancorvo

 

Peire Vidal canta o florece entre los campos de almendros y el viejo grita desde su escritorio Papiols Papiols lets to the music! Y tú cantabas en la Alameda, donde arreciaba el viento y el tren pasaba haciendo ese ruido catastrófico - tú cantabas como el viejo Loomis - y yo escuchaba como salían de tu boca - esas sílabas - ese fuego - y esos gallinazos - que revoloteaban - cerca de la Catedral de Lima - y a un paso de convencer - a la gente - en volvernos asaltantes - escuchamos el rumor de los ciegos - que se aproximaban como marejadas de hielo - decidimos asaltar a los cerdos de la banca - y todos los bares abiertos - y cerrados - caminaríamos por las calles - para encontrar una moneda - y así no sentirnos tan solos - o desvalidos: Yo, Pierre Rivière, habiendo degollado a mi madre, mi hermana y mi hermano…



  

Paul Guillén (Ica, 1976). Es poeta, ensayista y editor. Bachiller y Licenciado en Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde ejerció la docencia en la Escuela de Posgrado. Tiene una Maestría en Escritura Creativa por la Universidad de Texas en El Paso. Actualmente es candidato a Doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Pittsburgh. Ha publicado los poemarios: La transformación de los metales (2005), Historia secreta (2008), Ese algo que nos es esquivo siempre (2012), El espectador invisible (2015), Hospital del viento (2017) y Sombras en demolición. Antología personal 2002-2018 (México, Mantra ediciones, 2020). En el campo de la crítica literaria ha dado a conocer el ensayo Poesía y psicoanálisis. Falo/Escritura en Enrique Verástegui (2015) y ha sido editor del volumen Ángel con casaca de cuero. Lecturas sobre Enrique Verástegui (2019). Dirige el blog y editorial Sol negro y la revista de crítica literaria Poetika1.


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