La guerra es uno de esos males que parecen no acabarse nunca, es una de esas formas de vida que a algunos les parece muy interesante, leyendo el libro de Jorge Ureta, recordé los primeros capítulos de la novela de Julio Verne, "De la tierra a la Luna", donde los socios del Gun Club se aburrían al extremo debido al momento de paz que se sucedía, es mas en capítulos siguientes cuando necesitan crear su cohete en unas coordenadas que se ubican en México, uno de ellos quiere hacerle la guerra a los mexicanos. Pues hay muchos hombres que no solo en la ficción piensan así y es entonces cuando se suceden las guerras civiles, guerras de tribus en el África, guerras entre naciones y hasta guerras santas.
Muchos ven las noticias y se enteran de los muertos, de los heridos, mutilados, desaparecidos y hasta los torturados, es en ese momento que nuestros corazones se sensibilisan y hasta nos duele ver imágenes o enterarnos de como muere la gente, pero que hacemos? Estos poemas de Jorge nos hacen la misma pregunta, nos dan ciertas bofetadas, nos recrimina, y nos sensibilisan, nos apenan y nos hacen reflexionar, el 11 de setiembre, guerras y hambre en África, muertos en sudamérica, desaparecidos en diversas partes del mundo, son el punto de partida para conformar este poemario.
Entonces leamos, sensibilicemos nuestros corazones, meditemos y tratemos por sobretodo de no guardarnos estos textos solo para nosotros, sino que al contrario compartamos con los demás, con quienes necesitan leer estos versos.
ESTÁN MUERTOS
Están muertos y no se dan cuenta
Están momificados y no lo perciben
Están sin respiración y no lo sienten.
Muertos tras la guerra
Momificados por la intolerancia
Sin respiración por la desdicha.
Están partiendo al cielo
O quizás al infierno
están volando al limbo
están transportándose hacia la nada
Están muertos y ya nadie los recuerda.
YO VENGO A OFRECER MI CORAZÓN
No hay nada perdido
tu corazón está para sacrificarlo.
Tu sangre se va por la regadera
No es tan fácil.
Una y mil puñaladas
La sonrisa del pueblo se pierde.
No hay documentos que te recuerden
Te vas despacio.
Darás todo, sin esperar nada
No hay nadie cerca, ni tan lejos.
No hay satélites que pueda detectar este dolor
Tu voz se escucha en nuestras almas.
Nadie sabe como detectarte
No hay nada perdido.
Tu corazón está para salvarnos
nosotros aveces lo rechazamos.
No hay documento que te identifique
Tu sangre nos salva.
Nuestra suciedad te daña
Nuestro olvido te acuchilla
... y la voz de Mercedes se escucha.
A LOS NIÑOS LIBANESES
El cielo se ve oscuro
Las hadas han caído
Los sueños han despertado
El pan está duro.
..........gemido.........
M
A
M
A
¿Dónde estás ahora?
Se escucha un estallido
Los juguetes están disparando.
Sus rostros están húmedos
Sus ojos, ¿dónde se han ido?
Son querubines en el cielo.
El mago juega con sus sueños
Su mejor amigo es un arma.
Ensangrentado está aquel rostro
No es de un terrorista
No es de un rebelde
Es de él...
Un pequeño cuerpo
Un futuro ángel
Un pobre inocente
Un niño, ¡NIÑO!
Niño Libanés...
NO HAY
No hay alegría que dure toda la vida
No hay niño que sea siempre niño
No hay mariposa que haya sido siempre mariposa
No hay tristeza eterna
No hay vida eterna.
No hay un ladrido que dure una existencia
No hay tonada tan duradera como la muerte
No hay paz eterna
No hay muerte eterna
No hay algo perdurable
Tu amor cambia y el mio se renueva.
Grito ¡Paz!...¿ Por cuanto tiempo?
Dime por cuanto tiempo seguiré siendo pobre
¿La pobreza es eterna?... ojalá que no.
No hay amor eterno... no, Julieta
No hay tristeza eterna... no, Romeo
¿el amor vencerá al tiempo?... no lo creo
¿Qué es el tiempo?... no lo sé.
No hay llanto que inunde un cuarto
No hay una herida que sangre siempre
No hay muerto que no se haga polvo
No hay verdad eterna... No.
No hay fin para este poema
No hay fin de la escritura
Espero nunca mueran las letras.
LA FUERZA EQUIVOCADA
Jorge Ureta Sandoval
Editorial Apogeo
2012
No es tan fácil.
Una y mil puñaladas
La sonrisa del pueblo se pierde.
No hay documentos que te recuerden
Te vas despacio.
Darás todo, sin esperar nada
No hay nadie cerca, ni tan lejos.
No hay satélites que pueda detectar este dolor
Tu voz se escucha en nuestras almas.
Nadie sabe como detectarte
No hay nada perdido.
Tu corazón está para salvarnos
nosotros aveces lo rechazamos.
No hay documento que te identifique
Tu sangre nos salva.
Nuestra suciedad te daña
Nuestro olvido te acuchilla
... y la voz de Mercedes se escucha.
A LOS NIÑOS LIBANESES
El cielo se ve oscuro
Las hadas han caído
Los sueños han despertado
El pan está duro.
..........gemido.........
M
A
M
A
¿Dónde estás ahora?
Se escucha un estallido
Los juguetes están disparando.
Sus rostros están húmedos
Sus ojos, ¿dónde se han ido?
Son querubines en el cielo.
El mago juega con sus sueños
Su mejor amigo es un arma.
Ensangrentado está aquel rostro
No es de un terrorista
No es de un rebelde
Es de él...
Un pequeño cuerpo
Un futuro ángel
Un pobre inocente
Un niño, ¡NIÑO!
Niño Libanés...
NO HAY
No hay alegría que dure toda la vida
No hay niño que sea siempre niño
No hay mariposa que haya sido siempre mariposa
No hay tristeza eterna
No hay vida eterna.
No hay un ladrido que dure una existencia
No hay tonada tan duradera como la muerte
No hay paz eterna
No hay muerte eterna
No hay algo perdurable
Tu amor cambia y el mio se renueva.
Grito ¡Paz!...¿ Por cuanto tiempo?
Dime por cuanto tiempo seguiré siendo pobre
¿La pobreza es eterna?... ojalá que no.
No hay amor eterno... no, Julieta
No hay tristeza eterna... no, Romeo
¿el amor vencerá al tiempo?... no lo creo
¿Qué es el tiempo?... no lo sé.
No hay llanto que inunde un cuarto
No hay una herida que sangre siempre
No hay muerto que no se haga polvo
No hay verdad eterna... No.
No hay fin para este poema
No hay fin de la escritura
Espero nunca mueran las letras.
LA FUERZA EQUIVOCADA
Jorge Ureta Sandoval
Editorial Apogeo
2012
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