Antonio
Chumbile se abrió las venas y dejó que fluyera la concatenación de sus tripas,
pulmones, mariposas negras y buses donde la gente llora y avanza. Su poética es
una búsqueda de la Utopía, de la otra Tierra. La urbe le duele, raspa. Sufre,
pero no cae: le queda el sudor, el amor. Con un verso afilado, rabioso -por
momentos bálsamo-, Toño traza la de
siempre, la de todos los días, lo de todos. Aquello que nos une, nos hermana.
Consigue ser salvaje y coral. Destrabador. Su poesía es el dolor hecho
puño, arma. Y a nosotros solo nos toca salir a volantear estos poemas, sacar
las mesas y desayunar al borde de una mañana eterna.
TAJO
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