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domingo, 11 de noviembre de 2018

NUEVA PUBLICACIÓN DE ÁNGELES DEL PAPEL EDITORES; "OTOÑO EN DICIEMBRE" DE MIRTHA MANSILLA NIETO




OTOÑO EN DICIEMBRE

Escrito por: Paolo Astorga



Otoño en diciembre (Ángeles Del Papel Editores, 2018) de la poeta Mirtha Rosario Mansilla Nieto (Lima – Perú, 1971) es un libro que mezcla la ternura y dolor desde una perspectiva fresca e intensa. Y es que desde el título podemos mapear que la poeta quiere mostrarnos desde el juego de los contrarios, desde la paradoja, la temática implícita en todo el libro: lo funesto, la pérdida de lo amado, los recuerdos. Diciembre es la representación del calor, de lo vivo, del placer, sin embargo otoño es el símbolo de aquello que está muriendo, que se acaba, que se pierde. Entonces en esta paradoja, en esa dialéctica, se funda un libro donde las reminiscencias y lo íntimo cobran una fuerza inusitada.

La poeta inicia su discurso con una visión personal de lo amado. El poema El sillón rojo (p.9) es la imagen de la infancia, el objeto que con el lenguaje y los recuerdos cobra vida y se llena de amor, pero a la vez de nostalgia, de tristeza y cierta frustración, pues la poeta solo puede reconocer en esas imágenes el pasado, lo ya vivido, mas no el presente, nunca lo patente.

La imagen del tiempo es recurrente en estos poemas. Hay un discurso desde la perspectiva del paraíso perdido y además, una búsqueda incansable de una profunda ternura, aquella que nos rescata de lo sórdido, de la indiferencia o lo violento del tiempo que nos va desolando, que nos va terminando hasta desmoronarnos en el silencio. La poeta lo sabe por ello poema como Reloj de arena (p.12), asistimos a la presencia del tiempo y de los actos de lo cotidiano que luego se convierten en símbolo de aquello que se ha vivido y también de lo que se ha perdido. El poeta evoca lo sensitivo (tocar, acariciar, lo luminoso y lo oscuro) y el movimiento, para luego terminarnos con una imagen de lo inmóvil, signo patente de la pérdida.

Más adelante, la poeta ahora recuerda aquello amado que está más cercano a una maternidad perdida, a una serie de remembranzas donde los personajes femeninos sufren la muerte, el vacío y la soledad, pero también (y es aquí donde la poeta logra un lenguaje muy personal y bello), la ternura resistiéndose al olvido y al mismo dolor. Poemas como Anita (p.17) o el genial e intenso Un canto de amor a Evita (p. 18), nos muestran de una manera transida de amor y ternura el amor hacia aquello que duró muy poco, pero que marcó la vida. Sin duda nuevamente, es en ese último poema donde podemos mapear una maternidad frustrada donde el discurso poético intenta reconstruir los instantes para lograr nuevamente la unión de vida entre la madre y la hija.

Y es que los poemas de Mirtha se degustan con lentitud, se deben saborear con cada verso, con cada palabra. La poeta sabe muy bien que la poesía es ante todo lenguaje, palabras que transportan un secreto, una imagen, un instante significativo. Es por eso que a lo largo de la lectura de este poemario, el lector no quedará nunca indiferente o decepcionado. La poeta en su ánimo de dotar de vida aquello que ya se ha perdido en el tiempo, intenta de múltiples maneras la unión, el acercamiento, la reconciliación. Por momentos nos encontramos ante poemas donde hay un deseo por recrear el íntimo pasado y luego nos adentramos a una poesía más introspectiva, donde el deseo por reconstruirse, por liberarse de las ataduras del tiempo y sus desmoronamientos se convierte en el discurso principal. Retrato (p.27) es un poema que ejemplifica aquello que se plantea como una lucha contra el tiempo, un reconocimiento de la nostalgia, pero también el importante acontecimiento de reconocer la finitud de lo humano y encontrar allí, en esa imposibilidad de estirar los momentos, la belleza.

En suma, Otoño en diciembre es un libro exquisito, lleno de referencias a la infancia, la maternidad, el amor, la vida y el tiempo. Mirtha ha logrado un excelente trabajo de orfebre, ha sabido darle significado a sus múltiples estéticas: la del tiempo, la del barro, la sensitiva, la visual, la de las distancias y las cercanías. Aunque en este breve pero intenso poemario, el dolor es central, hay en cada poema una voz que se resiste, que se enfrenta e intenta renovarse en el discurso y mostrar la paradoja de lo humano. Sin duda un libro para disfrutar y hacerlo nuestro.




El sillón rojo


Hoy regresé en el tiempo y me vi parada frente a una casa que vestía blanco y negro. Lentamente empujé la puerta con la mano y me encontré en un salón decorado con paredes grises como fotos de antaño y en el aire un aroma conocido que ya lo había respirado, seguí despacio recorriendo el salón de cuadros finos con bordes dorados. Asomada desde una esquina divisé el cuarto de al lado, y en él, un sillón rojo que resaltaba entre el murmullo del pasado. Mi mente no entendía lo que estaba observando: dos niños con sus padres que jugaban y sonreían para un retrato que yo sostenía en mis manos.


Anita


Manitas mi niña decías
cerquita 
despacio decías
subida en tu sombra soñaba 

Manzana dulce por las mañanas
pollera adornada de cuentos
ojitos pequeños mamita
despacio decías 
Tita
Tita

Zarah en dulce diciembre


Tu voz arrulla mis sueños en dulce diciembre
mis manos aferradas al alba de tus días y en
mi historia el murmullo de tus labios al rose
tenue de tus caricias dormidas en mi espalda

Mi niña, te robas con dulzura mis abrazos y
en tu largo cabello negro la primavera se
recuesta para silbarte al oído un mil
te quiero



OTOÑO EN DICIEMBRE
Mirtha Rosario Mansilla Nieto
Ángeles Del Papel Editores
Septiembre 2018



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