Bibliotecario, poeta del 90, difusor de literatura, ganador del premio Copé, tallerista, etc. Son muchas las definiciones que pueden describir a Antonio Sarmiento., quien integrara Mammalia junto voces como Risso, De Saavedra, Beltrán, entre otros. Trabajó durante algún tiempo en nuestro distrito Villa El Salvador y ahora ya en su terruño en el Callao se va afianzando con el trabajo de talleres, cuentacuentos, ferias de libros, encuentros literarios y de autor, entre otras actividades que como creador tiene a bien visionar y que van dando resultados. Este post quiere compartir los poemas de Antonio para que el lector se acerque un poco más a nuestra poesía. Disfrutad de la lectura.
TONTAS CANCIONES DE AMOR
SEPARACIÓN DE CUERPOS
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Las patas de la niebla
desgarran el pellejo de una yegua negra
que sangra y patea
y relincha por el hocico del
relámpago.
Pero del vientre
de sombra y luz se yergue
una tolvanera
y
sentimos náuseas.
Hoy es el puente amargo que nos separa
En esta orilla
eres un animal
afiebrado
sobre una mesa de
disección
en la otra orilla
soy algunas bocanadas de humo entre
las flores
rabo de nube que desata una
lluvia amarilla.
LA VIDA EN SEPIA
Te conocí mucho antes
de las últimas lluvias de
agosto
pero nunca me di cuenta
de lo importante que eras
para mí
hasta que vi tu foto
color sepia, ajada en un
viejo anaquel.
Todo comenzó de nuevo a
macerarse,
los recuerdos empezaron a
fantasear en
tu compañía; el mar a la
espalda con su collar
de ostras palpitantes. El
fulgor del retrato
cambiaba de tono en cada
abrazo
en cada sonrisa, en cada
despedida
tú estabas allí con tu
recuerdo en vivo.
Con los años las personas
cambian
y la vida continua,
los mitos que antaño eran
hoy ya no son
pero hay algo en el tiempo
aunque
haga estragos mi corazón
el pico del reloj
no dejará de palpitar con
intensidad
y no será por ti
ni por tu recuerdo.
En su latido yo
reconoceré
de inmediato
lo que amo en ti:
tu vieja foto.
SEÑORITA
DE AVIGNON
Poner los recuerdos en
orden en latas ordinarias
con una inscripción en
tinta soluble que diga algo
anarquista como
"Primavera de tanques en Praga/
con bastón y cuello de celuloide",
o "fumando pipa en plena revuelta
estudiantil/
en mayo del 68", por ejemplo,
y colocarlos en la nevera
para que se conserven.
Pero si en lugar de ese verano
de las morsas escojo
otra imagen más sintética
y actual: "Señorita
de
Avignon, febrero del 94",
seguro que la memoria se
llenaría de esfínteres
con fémures de músico
recostado en
un oscuro canapé/
alrededor el bikini amarillo
torsos y brazos empacados
en una maletita de mano
confundiendo gestos y
aromas/ la parte con el todo
el todo con la parte/
imágenes que empiezan a calar
en la espesa habitación
en una calle del Rímac
un saxofón deletrea una
música en rosigñol
subiendo por un vientre
bajo royendo
como un agujero negro las
rosas
negras en el burdo canapé
y que me perdone tu santa
pierna
por haber proferido este
desvarío.
ANTI FILME
Cuando alguien te
besa
no es un simple beso
de amor
el que te da, es tu
piel que circula
en otra piel a millas
y millas de los ojos;
en un hoyo de años y
siglos, con la luz
de ese beso que
todavía no llega
a otra galaxia, con
los pelos y las uñas
creciendo en la noche
total. Es la
ocasión de ver a la
muerte caminar
en sincronía de
almas, con el mismo
balanceo de sangre y
el mismo ruido en
la puerta o en las
venas, con los escalones
que bajan y suben de
tu presencia.
Es la posibilidad de
futuras ausencias
el esplendor de un
adiós, la combustión de dos astros
resolviéndose en un
solo párpado, está
en juego la vida, el
aire con su sistema
de luces y
contraluces que se estrellan en silencio
con paisaje y telón
de fondo incluido.
Cuando alguien te
besa
es porque te están
filmando.
RÉQUIEM
El
traje
recién
estrenado
la
víspera
fue
guardado
por
ella
sin
una arruga
sin
una mancha
impecable
impoluta
y
al guardarlo
no
dejó de mirar el reloj
que
alargaba sus manecillas
apuntando
a una sucia luz
en
el desván: era
un
retrato al carbón
inmemorial;
lo
observó
con
gesto displicente
con
la cara levantada
de
dignidad
y
no se inmutó siquiera
cuando
allá en la penumbra
desmigajaban
las polillas
el
raso palpitante del vestido
hasta
iba a decir que era feliz
inmensamente
feliz
pero
la mano llegó más rápido
para
enjugarle la lágrima.
Antonio Sarmiento Anticona (Chimbote, 1966)
Ha publicado los poemarios: Metamorfoseo orgásmico (1994), Cantos de castor (1999), Ojo madre (2000), Tontas canciones de amor (2002), El junco y la tormenta (2004), La soledad de Sigfrido (2010), Tiempo tatuado en la piel (obra poética, 2015), La colina interior (2016), Sin piloto automático (2018); el libro de historietas Ángeles caídos (2002); las muestras líricas de su generación: Veinte cadáveres exquisitos (1997), Luz hecha a mano (2002); y los libros sobre estética: Técnicas de restauración poética (2008), Teoría de las micciones (2010). Con La colina interior obtuvo el Premio Copé Oro de la XVII Bienal de Poesía, 2015, organizado por Petroperú.
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