Cuando la cultura Chincha estaba en su esplendor, habían familias que se llamaban así mismas Tribus, todas ellas con un nombre que las diferencie del resto. En aquella zona de nuestro país fue que se asentó con fuerza una tribu, que hasta el día de hoy sigue existiendo, ahora ya no como una tribu y tampoco viven todos juntos, pero si de aquella tribu han quedado muchos hijos que con el tiempo han ido esparciéndose en Ica, formando familias como en cualquier hogar del Perú.
Mi padre tenia el apellido de una de aquellas tribus, "ANICAMA".
Mario Espinoza Anicama, Ica (1943), es uno de los descendientes de aquella tribu, al igual que lo fue mi padre y su familia. "Podemos ser familia", fue lo que me dijo cuando lo conocí. Lo somos, desde hace mucho tiempo mi estimado Mario, lo somos.
Aquí les ofrezco dos poemas de este gran poeta que ya ha publicado muchas obras como : Los vientos malditos (1971), Las huellas del mundo(1981), Luz polarizada (2000) y La curva del silencio(2007).
Precisamente de este libro os dejo tres poemas para que disfruten de su lectura. El autor es asiduo asitente en los Viernes Literarios de Juan Benavente
LUMBRES
Vírgenes graduadas de placer
colgando de los dientes
que regresan de un festín.
Rumiando angustiadas su milésima parte
con sus delicias devoradas, por su miel.
Trasnochadas musas de alto vuelo
con la lumbre penetrando en su cubil,
gracilmente proclives al misterio
van danzando rendidas a los pies.
La realidad prosigue dando vueltas
sobre fúlgidos sonidos del Edén
buscando empedernida el péndulo voraz
a la vuelta de un camino
equivocado... pero igual.
VESTIGIOS
El destino renace
de cúbito dorsal
bostezando.. pujando... ahuyentando
su misterio.
Y el hueso incandescente
se atreve a sonreír,
a llenarse de calcio pensativo,
a beber el aguacero desde el vientre
en plena red metálica de grillos.
La justicia irrumpe
con su bronca fe
y chorrea por sus párpados delirio.
Inevitablemente nadie llega a socorrer
a la sintaxis llena de ostracismo.
MATIZ
Me atrevo a veces a devorar
de un solo sorbo mortal la dicha
entre impulsos transversales que se agitan
con sus garfios trotamundos en alta mar.
Génesis confusa de heridas tácitas,
de amor inconcluso en mi frente oscura.
Hoy quisiera hallar mas virgen
la esperanza...´
aunque ya no tenga mucho
que esperarla virgen.
Bebo el delirio de la dulzura,
en el hueco de sus manos taciturnas,
hundiéndome en el río de sus lágrimas
como grano fresco de la tierra fecunda.
¡Oh! criatura diseñada por Dios
con el pulso humano de su diestra
hasta cundo voy en busca de tu albor
desvelándome el cóncavo trajín de mi senda.
dios lo tenga en su rebaño en este 2024 que lo llevo a su reino poético, para cantar con dulzura los cantos Anicamas.
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