El poeta en una exposicion de pintura en el C.C.E.
En las afueras de la Casa de la Cultura en Quito, Ecuador
CARTA DE UN POETA TRASHUMANTE
Ambato, Ecuador, mayo 30 de 2009
La vida es un viaje que corre el riesgo de tropezar.
Cada viaje abre cada puerta de tu corazón.
Viajar es huir de algo para poder olvidar, pero mientras viajes, no podrás olvidar.
Querido amigo poeta, un saludo cordial a la distancia.
Soy una especie de poeta trotamundos, de viajero incansable. Mi anhelo es recorrer todo Sudamérica, parte de Centroamérica y México. Y en este derrotero, visitar establecimientos educativos con el noble ideal de llegar con mis mensajes a la juventud y adolescencia, a través de mis poemas y cartas educativas. (Es mi mayor agrado y lo que más quiero).
Esta “loca aventura” me inspiran Trovadores y Juglares de la época medieval; aunque digan muchos que, para estos tiempos modernos de tecnología y cibernética, es sólo ya de locos, románticos y soñadores, que no conseguimos nada de beneficios económicos.
Tales personajes de la edad media emprendían su itinerario solventados por la Nobleza al cual ellos también pertenecían; en mi caso, es por cuenta propia; y a veces, con ayuda solidaria de amigos artistas e intelectuales que encuentro en el camino. El único apoyo son mis muestras literarias que ofrezco a estudiantes de colegios y escuelas que me permitan visitar.
Sé que ese fin no es nada fácil. Es un sacrificio; al punto que lograrlo sería una hazaña. Es también exponerse a múltiples riesgos; de un lado, que las autoridades educativas no nos permitan el ingreso a las instituciones que regentan (muchas veces por mala voluntad, mezquindad y egoísmo); y peor aún, por ignorar y desconocer la importancia, el valor y la esencia del arte; por otro, tensiones, preocupaciones por un posible agotamiento económico. Etc., etc.
Como comprenderá, del oficio de poeta no se puede vivir, menos volverse adinerado. Este propósito no persigue un fin lucrativo. Al contrario, es una satisfacción enorme, espiritual. Más aún, cuando se tiene la convicción que el arte no es ajeno al hombre, tampoco un pasatiempo vano, porque tiene profundas raíces con el ser humano y forma parte inseparable de la vida del hombre: embellece, sensibiliza y hace la vida más humana. Es decir, cuando los artistas, los poetas, toman el arte con importancia y compromiso social, pueden aportar al cambio del mundo.
Marino López Ruiz
“Tan poeta soy que me encanta rimar contra la corriente”
Ambato, Ecuador, mayo 30 de 2009
La vida es un viaje que corre el riesgo de tropezar.
Cada viaje abre cada puerta de tu corazón.
Viajar es huir de algo para poder olvidar, pero mientras viajes, no podrás olvidar.
Querido amigo poeta, un saludo cordial a la distancia.
Soy una especie de poeta trotamundos, de viajero incansable. Mi anhelo es recorrer todo Sudamérica, parte de Centroamérica y México. Y en este derrotero, visitar establecimientos educativos con el noble ideal de llegar con mis mensajes a la juventud y adolescencia, a través de mis poemas y cartas educativas. (Es mi mayor agrado y lo que más quiero).
Esta “loca aventura” me inspiran Trovadores y Juglares de la época medieval; aunque digan muchos que, para estos tiempos modernos de tecnología y cibernética, es sólo ya de locos, románticos y soñadores, que no conseguimos nada de beneficios económicos.
Tales personajes de la edad media emprendían su itinerario solventados por la Nobleza al cual ellos también pertenecían; en mi caso, es por cuenta propia; y a veces, con ayuda solidaria de amigos artistas e intelectuales que encuentro en el camino. El único apoyo son mis muestras literarias que ofrezco a estudiantes de colegios y escuelas que me permitan visitar.
Sé que ese fin no es nada fácil. Es un sacrificio; al punto que lograrlo sería una hazaña. Es también exponerse a múltiples riesgos; de un lado, que las autoridades educativas no nos permitan el ingreso a las instituciones que regentan (muchas veces por mala voluntad, mezquindad y egoísmo); y peor aún, por ignorar y desconocer la importancia, el valor y la esencia del arte; por otro, tensiones, preocupaciones por un posible agotamiento económico. Etc., etc.
Como comprenderá, del oficio de poeta no se puede vivir, menos volverse adinerado. Este propósito no persigue un fin lucrativo. Al contrario, es una satisfacción enorme, espiritual. Más aún, cuando se tiene la convicción que el arte no es ajeno al hombre, tampoco un pasatiempo vano, porque tiene profundas raíces con el ser humano y forma parte inseparable de la vida del hombre: embellece, sensibiliza y hace la vida más humana. Es decir, cuando los artistas, los poetas, toman el arte con importancia y compromiso social, pueden aportar al cambio del mundo.
Marino López Ruiz
“Tan poeta soy que me encanta rimar contra la corriente”
Para ver la acogida del poeta en las ciudades ecuatorianas, pueden hacer click en los siguientes enlaces:
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