Aprovechando que este martes estarán en la lectura los poetas Rodolfo Ybarra, Rubén Quiroz, Hector Ñaupari y José Pancorvo, aquí les dejo un poema de cada uno de ellos. No se olviden de ir al TerraPoesía este martes.
RODOLFO YBARRA
Una tormenta está por acabar. Otraseviene.
Miro sorprendido la naturaleza retorcida del ser.
Niego mi pertenencia la árbol genealógico.
Desciendo del yo execrado y viperino.
Desciendo y vuelvo al árbol de lo prohibido.
RUBEN QUIROZ
Un arco de tierra atraviesa a mi padre
Y eleva su barriga al lila
Un mato de vellos como símbolo patrio
y sus huesos que avisan de la vuelta
Del temor
De la pérdida
(ahora mi madre clama su descanso, su calcio, su peso
ahora extrae los restos de la luz
y mientras se alimentaba de insectos
ha olvidado la plegaria)
La sílice no evidencia el vientre
Solo a mi viejo con su tripa negra
En la corteza del planeta
HECTOR ÑAUPARI
OESTE
¿Puedes enumerar las cosas sedientas y febriles que contienen tu alma?
Sostenlas levemente como lo harías con la feble corola de la rosa o con las eclipses sílabas que componen tu nombre.
Si lo haces, dales la insurrecta forma del poema, la vertebrada columna de la escultura el pálido jazmín de la pintura las notas irredentas de la melodía.
Pero no tengas miedo si descubres que ellas existen se encienden, se rebelan marchan como una gran muchedumbre hacia ti.
No temas si toman la sudorosa forma de un caballo, el potro salvaje de la noche, o la del tigre de bengala que alguna vez fue ejércitos.
Y cabalga, cabalga en ellas hacia el oasis de tu corazón, sigue la ruta súbita de tus arterias, refléjate en los ojos de la fiera, para que llegues insomne al jardín recóndito de tus sueños.
¿Puedes enumerar las cosas sedientas y febriles que contienen tu alma?
Sostenlas levemente como lo harías con la feble corola de la rosa o con las eclipses sílabas que componen tu nombre.
Si lo haces, dales la insurrecta forma del poema, la vertebrada columna de la escultura el pálido jazmín de la pintura las notas irredentas de la melodía.
Pero no tengas miedo si descubres que ellas existen se encienden, se rebelan marchan como una gran muchedumbre hacia ti.
No temas si toman la sudorosa forma de un caballo, el potro salvaje de la noche, o la del tigre de bengala que alguna vez fue ejércitos.
Y cabalga, cabalga en ellas hacia el oasis de tu corazón, sigue la ruta súbita de tus arterias, refléjate en los ojos de la fiera, para que llegues insomne al jardín recóndito de tus sueños.
JOSÉ PANCORVO
L
Cuando te vas, y aún no cesa el ruido
de tu rara canción que aún no entiendo
y mi propia canción aun no suspendo
en este bosque intenso, oscurecido;
cuando te canto aún y ya te has ido
si es que te puedes ir donde estoy viendo;
cuando te canto aún, y no comprendo
porqué en tus paraísos me he perdido:
cuando te vas, en fin, sin más salida,
por tu lugar secreto retornando,
eternidad, enséñame tu vida,
enséñame por dónde estas entrando
que ya sobre tus huellas y callando,
sólo puedo inspirarme con tu ida.
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