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sábado, 24 de febrero de 2018

5 POEMAS DE GINO ROLDÁN GRIEVE






El día de hoy ofrecemos a vosotros lectores, unos poemas de Gino Roldán Grieve, antiguo integrante de "El Club de la Serpiente", grupo que fuera integrado por David Jiménez, Frank Turlis, Henry Miranda, Manuel Vargas, Raúl Solís, Rubén Landeo, Wilver Moreno y el propio Roldán.  Muchos de ellos con publicaciones en su haber y siguiendo la ruta de la poesía. Roldán ahora en solitario, continúa su camino por las letras, teniendo ya una publicación en su haber. Disfrutemos de los poemas que el autor muy amablemente nos comparte este día. 

CELEBRACIÓN 



Sea celebrado el prestigio ausente de las cosas.
Sea despojado el velo del hábito y la mesura cotidiana.

                                             Florezca el resplandor de una imagen primera,
la superficie de un Objeto –breve e inconstante en su desolación-.
Sea percibida la textura de un aroma efímero, la sustancia de un sabor
ya olvidado por la mandíbula y el paladar.

Sea la luz, su líquida incandescencia en torno nuestro.

Que vierta su tinta de calamar luminoso sobre la cosas,
su exuberancia, la costra abierta del mundo – mas antes
la palabra era plana y el poder de su invocación preciso: el fruto se percibía fruto, la boca se sentía boca, el dedo apuntaba sin mayor vacilación al sol.

Sea celebrado el prestigio ausente de las cosas.
La lengua floreciente sobre una costra
             La raíz que da origen a todo
Y significa a cuanto nos rodea  -astros, nimbos, materia residual-
El sustrato en el cual yace difuso e impasible el concepto, la gramática anterior a toda definición y permanece

Vierta sobre nosotros el sueño, sus pálidas arenas.

Que el silencio se asiente en torno nuestro. Se  nombre al árbol, la raíz y la hoja; que lento desmenuce el tronco y abra sus astillas.

Sus vigas dispersas brillen en medio de la descomposición

Sea celebrada la ebriedad propicia de un mar antiguo
Y sus líquenes consagrados a un majestuoso movimiento

Muestre el Objeto su esplendor primero, el fuego originario en que ha sido labrado. El Objeto totalmente desprendido del ser –el reposo del aire en una idea-

Y el tiempo ahíto que devora lo profuso e intangible de su esencia.

  
CARPE  DIEM


La claridad del cielo como una espada de agua
Un sol ebrio, algo sonriente
El horizonte que extendiendo su panza fértil, sus convexidades y esplendores de hembra.
Oh campos brillantes, esmalte de luz
Un caballo reluciente como una navaja que se desplaza y va deshojando sus desbocados cabellos minerales.
Hermoso en la desigualdad de sus destellos
La muchacha que vestida de crisantemos danza sobre un radiante paraguas.
Y nos dice “Ven”
Extenderse libre sobre el lomo de un paquidermo.
Plácido entre las celestes esferas.
Oh, el carbono que cristaliza, la rotación de un ojo, la letanía de las constelaciones.
Mientras te llevo como un medallón sobre mi pecho.
Un trozo de nube que va perdiendo su color y densidad…



ABSALÓN (de luminosa cresta)


A este árbol han quedado prendidos tus cabellos
Y tu incipiente corona ha rodado sobre la hierba
Roble de generosas raíces, hombre de párpados abiertos
No se halló en estas tierras, figura más imponente
Absalón,
                 El estertor de un cuerno
Ya no ha de anunciar la victoria antes presentida
Ni tu mano alzada contra el cielo
Cual peso terrible en la sangre y ceniza dispersa en las cabezas
Oh, príncipe de un linaje venturoso
¿Qué ha sido del viento que ennoblecía tu cabellera,
De tu carroza trepidante, tu voz pródiga en resonancias?
¿Qué ha sido de tu cuerpo, yerto ya, cubierto de raíces,
Tu sombra, su tajo brillante entre la niebla?
No era tu sino el de la tragedia
Mas ahora te precipitas incesante, agitando las crines,
Absalón, implacable el viento, el vértigo, las horas,
Ahíto ya de esplendores, limpias todas las máculas
Rodando como una roca sobre la pendiente
                                                         Absalón, Absalón,
No has de perderte bajo el espesor de tus párpados,
El choque de bronces, las sombras crujientes de las ramas.




SOBRE LA CRÍTICA Y SU FUNCIÓN

1.

He ahí el texto, su maroma indescifrable.

Para cumplir con nuestra labor en primer lugar se habrá de tener cierta disposición: se habrá de despejar las nubes y el humo de nuestra frente
                                                                          El cuerpo habrá de sentirse ligero como si le hubieran brotado un par de alas
O como si se encontrara inmerso en aguas.

Se habrá de ajustar también nuestro lente de aumento
-       la visión habrá de ser clara y precisa como un girasol-
No hemos de sorprendernos tampoco si en nuestro horizonte aparece una manada de bisontes o surge un castillo brotando en medio de la espuma.

Y por un momento todo habrá de ser extrañamente blanco.

He ahí el texto.
Su encabalgamiento como un potro desbocado
Su parábola atravesando un cielo hexagonal.

Se habrá de recomendar también la mesura
No conviene distanciarse mucho de la letra, su textura escarlata.
-       la palabra habrá de sentirse, aunque sea un poco, en el tímpano o en la médula –
Tampoco es recomendable la absorción del sujeto por el texto.
-esto implicaría nuestra desaparición-

De esta labor, finalmente, no está excluido el divertimento.




2.

Todo texto es un objeto de deseo
Una mejilla atravesada por una flecha.
Una arquitectura que pretende ser luminosa.
En el brillan como escarcha sobre un fruto nuestros humores y exhalaciones.
Todo texto es una letanía
Una mujer que de a pocos nos va mostrando su desnudez.
Un desplazarse libre sobre campos artificiales…


POEMA INTEGRAL (Horazeriana)

Hoy ha muerto Róger Cáceres Quispe
Y solo hay un cielo que le es indiferente
Y unas nubes –que también le son indiferentes.
Roger Adalberto Cáceres Quispe
Sexo masculino, 42 años,  de oficio
Profesor de escuela, soltero aún
-y para siempre y de aquí a la eternidad-
Compañero sideral de su madre.
Pero nadie comenta sobre la tiranía del destino
-o sus ojos chinos bebiendo ron en las plazas-
Ni sobre este u otro acontecimiento digno de mención
-Sí, de la situación en Siria o en Oriente tampoco se habla-
Porque en la televisión es solo una mención en un breve reportaje
Y en los periódicos una nota al pie de Locales
Un dato estadístico más, al fin y al cabo.
Porque a nadie le interesa la muerte
De un profesor de escuela
De un hombre soltero, de 42 años
Arrollado por un auto durante la noche
Porque a nadie le interesa saber sobre
Un cuerpo cubierto por bolsas negras
Un par de zapatos manchados por el barro
Un viejo maletín olvidado en medio de la pista
Porque esta ciudad a veces te devora
Sobre todo si tu apellido no pesa
Tu presencia no pesa, tu billetera no pesa
Porque a nadie le interesa saber la muerte
De un profesor de escuela
De un hombre soltero, de 42 años
A nadie salvo a su madre
Que aún lo espera con la cena lista y una taza de té
Pues ella conocía el universo que en él habitaba
Los soles y geranios que coronaban sus rincones
Las historias de proyectos inconclusos, de amores no correspondidos
La historia mínima que para ella era todo
La planta que durante años fue regada
Pero que finalmente creció enferma
Hoy ha muerto Róger Cáceres Quispe
Y solo hay un cielo que le es indiferente
Y un asiento vacío al lado de su madre
Un hombre menos, una cifra en negativo
Un dato estadístico más, al fin y al cabo.




Gino Roldán Grieve (Trujillo, 1983) Licenciado en Literatura por la UNMSM. Perteneció al grupo poético El Club de la Serpiente con quienes publicó el libro grupal Club de la Serpiente. Muestra poética (Hipocampo editores, 2007). Ha sido incluido en algunas antologías de poesía y reseñas suyas aparecen en algunos medios físicos y electrónicos. Ha publicado el poemario Apostrophe.

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