Benjamín David Huiza Cruz es una joven voz proveniente de la Selva de nuestro país, desde el Manu, en la región Madre de Dios. Nos presenta su primera plaqueta de poesía "Punto y coma" del 2017, para que el lector pueda conocerlo y disfrutarla. Abajo os dejaremos a los interesados un enlace dónde contactarse al poeta, quien está obsequiando el pdf de su primera publicación para que el lector pueda disfrutar de la lectura, como adelanto a ello, os dejamos con estos poemas desde el libro en mención.
https://www.facebook.com/benjamin.huisa
RETAMAS
Te he buscado en
cada flor amarilla del campo,
En la libertad
fraguada de las plantas
Porque tienes un
suave parecido a las retamas
Plantada en mi
camino,
impregnando tu
aroma a mí pecho.
Tu fragancia
infinita, como el sentir de un pueblo.
Y te he tomado
en mis manos, como agua de manantial
para llevarte a
mis labios, y sentir el calor de tu cuerpo;
y he sentido
cada pena tuya,
y me he vuelto más triste.
PUNTO Y COMA
He llegado hasta
aquí con medio sol en el bolsillo
con sabor al ultimo vaso de ron que me
recuerda a tus labios
en una
turbulenta esquina sentado frente a anuncios luminosos,
con el viento que golpea en la cara, siempre
en la cara.
Este piso me
recuerda la vereda de tu casa, fría y dura,
hostil, de recuerdos tenues, al olor de tu
perfume
a media madrugada.
Y entonces me doy cuenta que la lluvia de
abril
será siempre tu
recuerdo;
que el frío de mayo será siempre tu recuerdo;
pero los vientos
de agosto que arrastran las calaminas oxidadas
no serán siempre tu recuerdo;
mi estómago
partido por cincuenta céntimos
y un corazón hambriento no serán más tu
recuerdo.
o tal vez si
Pero no todo
permanece presente, casi nada permanece presente;
el te amo que escribí en una etiqueta de vino
que nunca leíste
así como esas
noches atrapados entre luces,
o el dibujo de tu silueta sobre un papel
higiénico,
el poema que te
leí mientras dormías,
las horas y horas frente al paradero olvidado
de tu casa.
Conocí la
avenida Tarapacá caprichosamente
aferrándome a tu presencia.
Y no quiero morir sin antes leerte
un pequeño verso de Verástegui:
“Ya no interesa
pues que una verdad sea dulce o amarga.
en estos tiempos
toda verdad es necesaria”
La vida es como
un muro meado arduamente por perros
o como una colilla de cigarro mojada por la
lluvia,
que no podré fumar.
Esta vida se
parece cada vez más a la desdicha de una
prostituta pobre,
cuarentona y con tres hijos.
Esta vida y sus
cuatro paredes que se juntan y
no sabemos cómo detener
Nadie eligió
esta vida, nadie eligió vivir desangrándose.
Ya no seremos
los de antes,
ya no seremos
dos entre un alboroto de gente
dos entre la masa que nos dice que la poesía
no existe,
que es un cuento
chino de un hombre llamado Vallejo.
Ya es media
noche, y comprendo
que nada es mejor que vivir entre pedazos;
nada, nada, siempre es la nada que nos
consuela.
Y no estamos más
en nuestro pequeño mundo,
la habitación 107 con un cuadro chueco arriba
de la cama,
y el televisor
sintonizando un canal sin nombre,
un canal que es solo nuestro
mientras me embriago de tus besos,
y construyo el
poema que jamás pude escribir:
El amor son tus
labios de vino,
pero también las canicas de vidrio que perdí
de niño
entre los libros
que leí mientras me perdía en las letras y
la infinidad de
la vida
en mi infancia
recortada entre dos paredes de sillar;
en mi cuerpo que extraña rozar y acariciar tus
muslos;
en la botella de
pisco que nunca bebimos.
El amor son tus
senos,
son tus ojos, tus labios;
el amor eres tú
cuando estas vestida, y también cuando
estas desnuda.
El poema que
habla de nosotros,
y de esa tarde
en la que nos amamos
sin límite ni
tiempo,
y regresamos
angustiosos a esa vida torturante,
a esa combi que nos lleva a la incertidumbre:
“Zamácola, rio seco, la parada, cono norte”
Y recuerdo que
el tiempo ha pasado altisonante
que la poesía no se encuentra solo en los
libros,
y que si puede
salvar a los hombres.
Y recuerdo que
he escrito y pronunciado miles y miles de veces
tu nombre,
pero no te he
dibujado en la playa, o en una lata de cerveza.
Y aun no tengo
respuestas a tus constantes preguntas
ni yo mismo puedo responderme ciertas
cuestiones de esta vida
¿Por qué mis
ojos son siempre ojos y no son dos velas
sobre el ataúd de mi cuerpo?
¿Por qué nunca
sentimos paz sino solo justo antes de morir?
Este poema no
tiene respuestas,
Tampoco tiene un
punto final porque termina en una coma,
coma el rencor y olvídese de esta miserable
vida,Punto y Coma |
Benjamín David Huisa Cruz (Manu,
Madre de Dios. 1998)
...:"( la verdad ,... me a llegado al fondo de mi corazón.... no soy de leer poesía pero en esta ocacion me gusto .... aunque ya a pasado tantos años ... felicito a mi profe.... un capo de la poesía... <3 :"(
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