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viernes, 18 de mayo de 2018

4 POEMAS DE RODOLFO MORENO




Hablar sobre Rodolfo Moreno, es hablar de una persona que realiza muchas cosas y no solo poesía. Fotógrafo, poeta, decimista, promotor cultural y amigo. "Los jueves de poesía y narrativa" realizados en el emporio de libro Amazonas  dan fe de su labor junto a Rafael Alvarado.Sus viajes y visitas a diversos distritos donde se realizan eventos literarios y su lente fotográficos dan registro vivo de los sucesos literarios en nuestro país. Muchos poetas han sido fotografiados por el lente de este Rodolfo. Pero su poesía es menos difundida, debido a la labor de promotor. Hemos tenido la suerte de poder contar con su presencia en "Las noches literarias en Villa El Salvador" en ediciones anteriores, dónde nos repartió plaquetas de su autoría con sus poemas de largo aliento, hoy lector, compartimos 4 textos de Rodolfo Moreno quien amablemente nos ha hecho el envío de los mismos. Quedamos a la espera de un libro de Rodolfo, pues como dice su biodata, tiene en su haber algunos libros inèditos.




COMO TÚ

La mañana se despierta
bostezando aromas de abril,
se despercude las sombras
y se alumbra fresca y sensual,
se viste sencilla y leve
y viene a mi encuentro
cantando vaporosa,
fragante y niña ... como tú.

La tarde se pasea
de la mano conmigo,
se cuelga dadivosa
de mi cuello y mi sonrisa,
solea sus afectos,
peina recuerdos gratos
y saborea su ilusión,
tan ruborosa … como tú.

La noche se descuelga
de tu larga cabellera,
nos mira con la luna,
con su voz de serenata
y su edad de sueño lerdo;
nos abraza en un nudo,
nos tumba y aproxima
y todo se ilumina ... como tú.

Ya no está la mañana
con su perfume a sonrisas,
ya se marchó la tarde
con su placidez de balcón,
cerró sus ojos la noche
y nos mira una gran sombra;
quedamos los dos solos
cómo aliento fervoroso,
como brasa encendida,
como estampas de fuego;
sólo queda nuestra luz
flameando jubilosa
y alumbrando nuestra ofrenda
mojada de amor ... como tú.

¡Que caigan sobre nosotros
todas las noches del mundo
y se fundan nuestros cuerpos
en esta brasa eterna!

¡Linda y eterna … como tú!
¡Amorosamente mía … como tú !



MI MADRE


Se derrumbó la pirca sobre todos sus años
con sus huesos de piedra blanca y su piel de barro pobre;
acuden con su mortaja el polvo de los caminos,
un frío que entume el rostro de la luz y la palabra,
un nítido silencio con alas, tiempo y azote,
una rigidez de leño contumaz y virulento,
un olor a chicha enferma y anhelos descompuestos,
una música negra que desafina de llanto,
recuerdos que callan tristes besos de sol y de luna
y una oscuridad que cuelga sus sombras en mi pecho.

Se rasgó la lliclla destejiéndose toda,
hasta un montón de hilos sin nombre ni destino;
enmudece el color percudido de pena
sin que halle cobija ningún reflejo bueno,
su abrigador abrazo hoy tose un viento helado,
lánguidas hebras se tuercen ahogadas por la nada,
su cálida aureola de fervorosa niña
es hoy espina de sombra desabrigada y fiera.
Un pañuelo se quiebra empapado de sombras
cayendo de bruces para besarla de frío.

Se quebró la erguida espiga hecha de lluvia y arcilla,
con ella se peinaba el sol, con ella cantaba el río.
Se hará nervio de adobe o sonrisa del viento,
o quizás tierra joven o bocado del fuego.
Su canto de alborada, que aprendieron los zorzales,
se hizo llanto de granos y clamor de rastrojos;
la tierra fértil abriga su gravidez intacta
y reza porque la vida despierte de su sueño.
El amor de una nube con su canto de lluvia
la despertará niña para que siga cantando.

Esa pirca derrumbada hasta sus últimos huesos
es mi madre tendida sobre todos sus pasos;
esa lliclla destejida hasta perder su nombre
es mi madre ovillada sin recuerdo ni abrigo;
esa espiga quebrada hasta hacerse rastrojo
es mi madre abrazando a nuestra madre tierra.

Aquel pecho que oprime la oscuridad con sus sombras
es el mío que sufre su dolorosa partida;
aquel pañuelo triste que la besa de bruces
es mi alma que intenta retenerla todavía;
aquel grano que brota con el amor de la lluvia
es mi ilusión revivida sonriéndole a la vida.

·  Pirca : Muro
·  Lliclla : Manta sencilla y de colores oscuros, para el abrigo, para portar parvulitos y el acarreo diverso y en pequeñas cantidades : leña, granos, choclos ...
·  Raetrojos: Restos de las plantaciones que quedan en los campos después de la respectiva cosecha.




AVISEN A LOS COMPAÑEROS


Y el dolor crece entre los hombres
oprimiendo nuestras ilusiones
contra el frío puñal de las sombras
hasta hacernos barro putrefacto;
y el dolor se acuesta con nosotros,
nos aguarda sentado a la mesa,
nos lleva a llorar por los mercados
y nos abraza en lutos y adioses;
y el dolor muerde nuestros bolsillos
dibujándole un forado inmenso
por donde sin haber nacido aún,
se desbarrancan nuestras sonrisas;
pero tú, quena astillada y triste,
aún tienes verbos amorosos
donde se abriga la esperanza
de vernos desayunados todos. . .

Y el odio de Dios baja directo
a sumarse al odio del capital
hasta enturbiar nuestras miradas
en una luz de mudas cavernas;
y el sudor agobiado de sombras
ya no fecunda nuestros pasos
pero atolla nuestra voluntad
y ahoga nuestros anhelos;
y la salud está enferma
de sociedad y desarrollo
y agoniza en el canto tísico
de ríos bosques y parvulitos;
pero tu jilguero amoroso,
cantarás socialista y fraterno
para aumentar las sombras con tu luz
y el cadáver no siga muriendo. . .

Avisen a los compañeros
de los tugurios y barriadas,
de los poblados desteñidos
y las punas olvidadas;
que vengan con su dolor a cuestas
y una inmensa cuchara
para probar por pedacitos
el corazón del hermano;
pues al tercer día de su jueves
Vallejo fue resucitado
como oloroso pan tierno,
como abrigadora luz blanca
y catecismo insurrecto.

La lluvia y los caminos
y los funerarios jueves
fueron testigos de su dolor
esencial y solidario.
Ningún palo, ninguna soga
pudo quemar la nueva luz
que como bálsamo embellecido
irradiaba aquella herida.

¡Hostia de barro entristecido!
¡madero alumbrado de llagas!
¡fuente de luz adolorida!
¡Cesar Vallejo Mendoza!
¡hermano mayor… roja bandera!

Por las Marías que se van,
por todas las Ritas andinas,
 por todos los Pedro Rojas,
por la liberación del pan. . .
contra la salud enferma,
contra los golpes del capital,
contra el odio de Dios. . .
hay hermanos humanos mucho. . .
. . .muchísimo por hacer.



CHOCLO DE TU MAIZAL


Y ahora que será de él
que se hizo polvo tu voz,
que enmudeció tu mirada
y ya no cantan tus pies.
Ahora que tus manos
no sostienen ni la luz
y a tu sonrisa de niño
lo trago la oscuridad.
¿Hallará noble hospicio
cómo fue tu corazón
o vagará desterrado
esperando tu retorno?

Ya no tiene tu sonrisa
para envolver su bondad
ni tu leve carcajada
para espantar las sombras.
Tus menudos pasos
cautelaron su niñez
y tu mirada de padre
engordó sus ilusiones,
al mando de tu voz
desfilaba agradecido
del tibio beso del sol
y del abrazo de la lluvia.
Lo cultivaste libre,
amante de la vida
y con el firme anhelo
de brindarse a los demás . . .

¿Qué será de sus choclos
que cargaba orgulloso,
que besabas con tu canto
y peinabas amoroso?
¿Alguien lavará sus rostros
con sus lágrimas y sudor?
¿Habrá quién brinde su sangre
por evitarles algún mal?

En el umbral norteño
de mi Chimbote natal,
dando el rostro a los andes,
en los dominios del Santa
y en el pecho de San Carlos
este maizal enlutado
de tísicas mazorcas,
de hirsutos cabellos,
vestido de rastrojos,
ceniciento y fuera de sí,
llora sobre tu recuerdo,
te reclama a gritos
y con sus choclos a cuestas
te dedica una oración.
Él sabe que ya no vendrás
al trote de tu asno
repartiendo sonrisas
y engriendo a sus crías;
que ya no estarás puntual
con tus raciones de fe
para cada mazorca,
cada grano y cabello
y que ya no pintarás
con tu alegre optimismo
el verde esperanza
que alumbraba su pecho.
Y estas negras certezas
confirmadas por tu ausencia,
el triste rumor del Santa
y el mudo trajín del viento
mataron su brioso verdor,
su jugoso corazón,
su elevada presencia
y sus sueños de chicha.
¡yo soy llanto de este maizal!
arrugado y reseco
me desgrano de pena
sin fuerzas ni sosiego.

¿Qué viento me traerá
el polvo de tu cariño?
¿Qué lluvia me cantará
con el huayno de tu voz?
¿Qué molle me acogerá
con tu amable sonrisa?
¿Qué tizón encendido
me abrazará con tu fervor?
¿Qué río me contará
nuestra gloriosa historia?
¿Qué puquial retratará
tu infinita bondad?
¿Cuál de mis ponchos flameará
 sencillo y noble como tú?

Te siento tan lejos
y te sufro tan cerca
que, además de un sobrino
alumbrado por tu ejemplo,
soy también un triste choclo
de tu maizal enlutado.


RODOLFO MORENO (Tambo Real, Santa, Ancash; 29 de julio de 1953) Poeta y decimista, autodidacta y tardío. Estudió Psicología en la UNMSM. Participa en la conducción del espacio Literario Cultural " JUEVES DE POESÍA Y NARRATIVA ". Por la publicación del primer número de su plaqueta " Sudor de barro " para verso libre, mereció ser distinguido como hijo predilecto, por el Consejo Provincial de Sihuas, Ancash, lugar de origen de sus ancestros; también publica la plaqueta " De lluvia, cieno y madera " para Décima espinela.  Sus décimas y poesías han sido publicadas en " La manzana mordida ", revista que edita el poeta Carlos Zúñiga y en " Acta herediana " revista de la Universidad Peruana Cayetano Heredia ". Tiene dos libros de poesía y uno de décimas inéditos. Ejerce la fotografía.


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