Seguimos difundiendo los títulos aparecidos este año en nuestro medio literario. Y tenemos el poemario de Martín Zúñiga, poeta cuzqueño, radicado en Arequipa. director del proyecto poético URBANOTOPIA, que lleva un registro muy importante de autores peruanos, el que recomendamos su visita. Este día ha tenido la amabilidad de hacernos el envío de su más reciente libro, el mismo que está nominado en los Premios Luces. Leamos y disfrutemos los textos a continuación que son una muestra del poemario en mención.
Siga este pájaro
las
aves amarillan cuando pasan los perros.
pintar
eso
ponerle tréboles olores humedad
velocidad
las
aves saben cuánto los perros son traslado
¿quién eres? saludas entre las plumas
y
vibra la cuerda floja
pintarlo
en
su propio natural sin escusas sin traducciones
detenerlo
en el gesto binario que limita la
metáfora
la
acción marcada por accidentes gramaticales
soy
demasiado tarde
afuera hay
otros
movimientos que absorbe cual pozo arena
y
mete aves y perros en silencio por los sentidos
la
esquirla de una bala moviéndose
con tanta fuerza
que
pierde el color hasta destruirse.
una
metáfora sónica
y sigues tendida a mi lado
y tu corazón aún brilla en mi boca
País abierto
a Alarico,
todista
mi
país es tan pequeño que si me levanto
por
el lado izquierdo de la cama
ya
soy un extranjero. mi país
no
tiene más que una estación solo de salida
de
buses. en mi país cuando trajeron
un
cristo crucificado para la única iglesia
tuvieron
que cortarle un brazo para
que
entrara. en mi país los días
duran
la mitad. y la gente tiene
herramientas
que a la vez son una taza
un
taladro una espada un tambor una silla.
para
que la comida dure el doble
comemos
frente a los espejos.
ahora
que viajo me doy cuenta
que
solo se puede hacer bien el amor
en
mi país. cuando vino la sequía
nadie
se dio cuenta. cuando llegó
el
invierno incendiamos la iglesia
y
creamos al menos tres religiones más.
mi
país tiene la misma cantidad
de
alfabetos que de personas.
al
miedo no lo conocemos pues hemos
sembrado
tanto horror en el mundo,
que
solo le tenemos pánico a dormir
porque
en mi país nadie sabe
convertido
en qué se puede despertar.
01.
No
hay más que promesas sobre la tierra. Promesas sobre la primavera a la vuelta
de la esquina. La lluvia al caer en los sembríos quiebra la pavura, rompe las
cajas. Un eco de rabia retumba en las paredes del sur. Íbamos a construir
muchas máquinas. Promesas contra el horror contra el invierno contra la
oscuridad del pasado. Dar vida de este modo es insensible, es reproducir la
fragilidad. Íbamos a ser veloces, chongueros, dinámicos, bullangueros,
justicieros. La lluvia busca la grieta, el corazón ardiente de la roca para
extinguirlo. Sobre la tierra el hambre y el llanto. Arder sarcásticos con los
colores de la alegría. Los vehículos contra el aburrimiento se devoran unos a
otros con su retumbar insípido. No hay palabras, solo promesas. Íbamos a crecer
más que los vecinos. Eran tiempos para invertir, para llegar a ser, no para
arder. Íbamos a tener crías robustas e indemnes, y como serpientes de cobre los
caminos forrados en asfalto nos unirían. Íbamos a ser fraternos y hermosos. La
lluvia remueve la tierra, la hiere, la viola. ¿Para qué las propagandas, los
programas de la radio, las películas, las canciones y los bailes de moda? Arder
desternillados las cajas que sangran. Entrar a una habitación a oscuras y
cerrar los ojos. Al compás de la tierra en el sur se enmohecen los callejones
de la noche. Íbamos a refundar la idea de patria, pintar y embanderar cada
manzana. El horóscopo dice no se derrumbe en lamentaciones o será así hasta el
fin de sus días. ¿Pero y la tos, la sarna, el melanoma? Cartas van de un barrio
a otro, cartas con letra redonda escarlata y ordenada. Con pagarés con
contratos con promesas. Cada día los sembríos cobran fuerza, ampliamos la
frontera agraria dicen los periódicos, las máquinas se atienden solas. Las
cajas crían costras y se sellan. Arder melódicos ya no provoca la lluvia, que
va y viene todos los veranos. Esta es tierra de cactus. Arder palabras con
auténtica vida. Con vida maciza y persistente. No con imitaciones baratas de
cables, grasa y lucecitas estroboscópicas todos presos en un retablo andino
inmenso. Con campos de música y una idea vulgar e indigna, libre en el viento.
No con las sobras y las dulces promesas. Una vasta nación de paja, a las 4:00
de la mañana, vendida en una caja rotulada, arde desde el sur.
NO SIGA ESE PÁJARO
Martín Zúñiga
Paracaídas Editores
Octubre, 2017
Martín Zúñiga
Paracaídas Editores
Octubre, 2017
Martín
Zúñiga Chávez (Cusco, Perú, 1983)
Es
poeta, editor, gestor cultural y catedrático. Acaba de publicar el libro de
no-ficción No siga ese pájaro (Paracaídas,
2017). Es también autor de los libros Gavia
(2009), Pequeño estudio sobre la muerte
(2010), Cover (2011), entre otros
títulos. Su obra ha recibido importantes premios en España, México y Perú. Es
maestrista en Literatura en la especialidad de Análisis del Discurso por la
Universidad Nacional de San Agustín. Coorganiza el Festival Internacional de
Poesía de Arequipa y desde hace varios años gestiona el proyecto LAE:LEA
capítulo Perú Urbanotopia.
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