Con ustedes el Premio Poeta Joven del Perú, a leer.
—casi sin proponérselo, dos almas
caligrafiadas
comparten sus visiones de ruptura y
acercamiento espiritual—
podrías ser tú misma quien se ha dibujado
con el cabello desordenado y las mejillas
inaprensibles.
la historia comienza
con una anciana
que despierta al oír un
murmullo de cristales retando la noche.
siente que el techo le
va a caer encima,
pero no puede hacer
nada para liberarse.
comienza a gritar y
nadie le presta atención.
luego cambia de
personaje:
se va a la perspectiva
de la nieta.
ella también ha
despertado al oír los lamentos de la mujer
que yace en la cama
contigua
(esta parece sacudirse
en una especie de concierto extraño).
entonces, la niña
percibe el ruido de un cauce
y nota que su cama está
rodeada de agua.
esta suerte de sinfonía
líquida
se mezcla con los
quejidos de la anciana.
casi al instante, la
pequeña (hecha un ovillo tembloroso)
ve que el techo
comienza a caerse a pedazos
y tampoco puede hacer
nada para evitarlo.
quiere gritar, pero no
tiene boca,
y siente que miles de
manos salidas de la cama
la aprietan, la
asfixian, le quieren sacar los ojos.
en la oscuridad,
recuerda a su abuela despierta.
solo a ella.
aún se encuentra
preparando el final.
antielegía a césar moro
porque eres un reloj sin manecillas
un bello loto sobre los pantanos.
PIEDAD BONNETT
la vida escandalosa de
césar moro
fue tan escandalosa
como la vida monástica de los moribundos lectores de poesía.
él amó con un amor sin
género posible.
él amó a la vía láctea y
sus fluidos.
él amó las escorias
impuestas a su cuerpo, a su idioma, a su deseo.
es indudable que llevó
una vida escandalosa y desangrada
entre los pasadizos de
su memoria de hilos dorados.
indudablemente bebió
también de la enfermedad mental más perniciosa
y optó por limarse las
uñas, sometido a una dulce espera en la que decidió mutar de nombre
y dibujar las cartas
que habrían de convertirse en su temprana radiografía.
deberíamos leer tan
solo una línea de su poética,
aspirarla y devorar sus
bordes, como las bestias de la noche que nacen a sorbos
y buscan en el
pentagrama hilado por las estrellas
un símbolo que los
acerque al manantial soñado.
deberíamos llevar vidas
escandalosas para nosotros mismos,
sin autofotos ni ropas
coloridas que invadan nuestra cada vez menos perfecta soledad.
bien valdría la pena
extraviarse en aquel bosque de palabras.
antielegía a fiódor dostoievski
recoger la vida vacía
y caminar esperando que lentamente se llene,
si es posible, otra vez, como antes,
de sueños desconocidos y deseos invisibles.
LUIS CERNUDA
te encerraron en una
pocilga
a orillas de un lago
congelado de petersburgo.
se trataba de una
cárcel de blancura extrema,
despojada de toda
reminiscencia humana
o cualquier color que
recordara las mejillas
de un recién nacido.
en aquel entonces tu
alma
ya llevaba su subsuelo.
te lo habían hecho
notar
los antiguos inquilinos
de la casa de los muertos,
quienes solían
despedirse
entregándote un trozo
de papel
con una proclama o un
verso de nieve derretida.
transcurridas algunas
noches,
fuiste arrojado a un
huerto pelado
en el que junto a otras
comadrejas
serías fusilado sin
contemplaciones.
pero alguna especie de
magia tuvo que intervenir:
los soldados optaron
por desviar la mirada
y dejaron en manos de
polina suslova
el futuro de tu andar
subterráneo.
ella regentó más tarde
los pequeños universos
que construiste con
piezas de cera,
y se instaló como un
hematoma
en tus delirios
poéticos.
polina fue más
lacerante
que el frío de siberia,
que los largos segundos
junto a las comadrejas
asustadas,
que el giro inclemente
del azar tornasolado de
luces y fichas.
quizás hubiera sido
preferible
sentir miedo,
y dejar que el tórax
fusilado
cayera pesadamente a
tierra.
pero tu alma y tu
destino
ya llevaban su
subsuelo.
tal es el misterio de
la escritura.
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¡como si no fuéramos todos unos
suicidados de la sociedad!
ANTONIN ARTAUD
/
no somos nosotros los suicidas /
/
es la sociedad la que nos suicida /
/
la que se levanta greñuda y azarosa /
/
a preparar el café matutino para echárnoslo en la cara /
/
la que se cambia de medias /
/
y nos ahorca con el nailon del desamor /
/
la que germina bichos en nuestra cabellera /
/
y divulga el aroma del carbón apagado /
/
ella nos suicida con sus espejos de esmog /
/
con sus dientes de carne y gallinazos /
/
ella nos enferma / nos aniquila / nos seduce con su canto de sirena /
/
deberíamos culparla de contaminar a nuestras familias /
/
de exterminar el cielo de noviembre /
/
solo queremos salir a caminar /
/
sin automóviles ni sicarios apostados en las esquinas /
/
su mirada turbia nos vigila /
/
sedienta y carente de memoria /
/
repetitiva hasta el cansancio /
/
sería ideal pintar grafitis /
/
para burlarnos de sus entrañas /
/
para convertir un trozo de esta urbe de tecnología melancólica /
/
en un espacio multicolor de pesares y emociones /
/
ella nos quiere suicidar /
/
pues démosle la contra /
/
y seamos nosotros los suicidas /
/
por primera vez en toda la historia /
A
ALAN VEGA JÁCOME
Roy Alfonso Vega Jácome (Lima,
1988) destacó en esta edición del concurso “El Poeta Joven del Perú”, por su
poemario Etapas del espíritu / Runas
grabadas en la piel. En tanto,Stephany Calderón (Lima) (El péndulo de la locura), Gian Pierre Codarlupo (Piura) (Búsqueda en otro recinto),Donathy
Collazos (Arequipa)(Caleidoscopio),
Regina Garrido(Lima) (La casa vacía)
y María Belén Milla (Lima) (Amplitud del
mito) obtuvieron sendas menciones honrosas, por la calidad de sus
creaciones.
El poeta Roy Vegaestudió Literatura en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Su poemario Rumores
de un arpa retorciéndose en la hoguera (Dedo Crítico, 2014) obtuvo una
mención honrosa en el VII Concurso Nacional de Poesía “José Watanabe Varas
2011”, organizado por la Asociación Peruano Japonesa. En el 2015, su poemario Muestra de arte disecado (Ediciones
Copé, 2016) lo hizo ganar el Premio Copé de Plata de la XVII Bienal de Poesía,
otorgado por Petroperú.
Asimismo, algunos de sus textos han sido recogidos en las
antologías Ese puerto existe. Muestra
poética (2011) y Versos en el aire V
(España, 2016), así como en las revistas Lucerna
(2013), Bitácora de Vuelos (México,
2016) e Ínsula Barataria (2017).
Actualmente se desempeña como corrector de estilo, redactor cultural y librero.
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