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jueves, 9 de abril de 2020

5 POEMAS DE KATHERINE ESTRADA AGUIRRE




La poesía tiene muchas representantes mujeres, quienes van dejando evidencia física y visual de sus trabajos poéticos, Aquí desde esta plataforma estamos felices de poder presentar a Katherine Estrada Aguirre, poeta con una trayectoria y reconocimiento, participando en festivales a nivel nacional, quien además dirige la editorial "Tribal" haciendo ediciones realmente bien cuidadas que han llevado sus libros a diversas partes del país y fuera de las fronteras nuestras. Dejamos un ramo de versos de Katherine para que nuestros lectores continúen conociendo a los autores peruanos. Sobretodo lo que actualmente se viene escribiendo en las letras peruanas. 




Alegoría intrínseca

Soy vida, mientras seduzca a la muerte,
soy viento, mientras que mi fuerza
cause temblores en las entrañas de otro ser.

No intenten saludarme,
he visto su pasado arrastrarse por mi puerta
unidos de los talones por cadenas blandas.
Coagulantes me esquivaron.

Observándolos me soñé sobre un trono granate,
guiada por ángeles y amada por sabios,
¡oh no!
he claudicado ante el amor desconocido.

Hoy las Furias me arrastran a los suplicios de su infierno,
me reencuentro en su vehemencia, sin juzgar,
no soy hija de la eterna noche,
pero me temen,
ellas saben que muy pronto despertaré.


La Cantuta

Garúan las ánimas sobre una conciencia
sórdida y circular,
fratricida, tirano, bestial.

Sus detalles, eran diez,
terminaron bajo la tierra que los procreó,
grises, calcinados, imborrables.

Mancillaron lo vespertino
de sus criterios,
caminando en fila india,
tejieron fragmentos quejumbrosos
sobre los talones de una novela negra
que alguna vez los marcó.
Lágrimas humanas, hermanos míos.

Hoy persisten en la belleza de nuestra flor nacional,
y en su impunidad, la culpa.


Peruanitos

Me reciben pequeños,
pero ninguno corresponde a mi fascinación,
no me miran porque aún no se ha fecundado
el odio en sus tiernos lados,
sólo me repasan recelosos
desde la arena abonada por el sendero de sus padres,
sobre los desperdicios que hoy los alimenta.

Creen que los insultaré
y estiran la mano,
lo he visto a menudo.
Ahora soy yo la que no los puede mirar,
pero calma, no hay porqué llorar.

¡Corran niños!, aún hay tiempo,
huyan hacia las dunas de su imaginación,
allí donde el amor a la patria te da esperanza...
¿y es que no la conocen?,
entonces, sí hay porqué llorar chiquitos,
no por ustedes,
son nuestras entropías
las que han surcado sus manitas.

Mejor vengan aquí,
y brinquen bajo la sombra del rescate,
cierren sus ojitos,
y acaríciense con tanto amor
que despierten vuestros sueños.

¡Achachay!,
sí, ya sé que duele,
pero los sanará…
¿en serio la ven?
les presento a mi reina pobreza,
la de mi niñez.
Ahora respiren y conozcan la felicidad.
¿............................................?
Entonces, ¿tenemos que sonreír?
¡Claro! ¡eso es! rían, carcajeen,
se los suplico angelitos,
y con su bello estruendo exterminen,
para empezar,
los tentáculos de los actos agazapados
y el veneno de las risitas telúricas.
Háganlo guagüitas,
por cada sueño enmohecido,
por cada ronquido serpenteante
de oscuros y espesos pechos.
Rían así, y sobre todo, mírense.


Mi Astro

Siempre asocié el aleteo con el inicio del vuelo de los pájaros,
y el silencio con la contemplación,
“la luna y la tierra giran sobre su propio eje”
y tú, mi Astro, girabas y girabas y girabas,
frente a mis ojos, sobre mis nervios,
ante mi espanto.
Te arrastrabas de tanto en tanto
- ¡ignore su llanto! -
hacia las paredes colorinches, los dibujos famosos,
los castillos de cartón,
aquel Micky Mouse sonriente dándonos la bienvenida.
Y empecé a ver a través de tus ojos:
muros insoslayables, personajes de terror,
centros de interrogatorios, metodología estándar,
los ´nunca podrá, nunca podrá, nunca podrá´.
Y empecé a girar sobre mi propio eje.


El universo de Kevin

El mar atrae mi silencio,
sospecho que ahí se alojan mis más grandes amigos,
aquellos que me hacen cosquillas
cuando solo yo los veo,
y esculpen mis morisquetas cada mañana,
mientras escucho una radio de recuerdos.

Aquí no veo más sombras,
estoy de pie 
en la orilla del mundo, 
del que una vez escuché
que era “ancho y ajeno”.

Me retiro las prendas que eligió mi madre
esta mañana,
siempre de algodón y sin etiquetas,
observo la luna iluminando mis huellas en la arena,
ya no hay más ruido,
solo el rugir de las olas 
que me entienden e hipnotizan.

Sé que he llegado al hogar de millones de peces,
de todos los tamaños y colores,
los vi con mi papá en la tv un domingo,
mientras mi familia me preparaba abrazos,
que siempre me hacen saltar,
y amarlos tanto.

Hoy que salí tras Él,
imitando sus pasos,
tomé un bus repleto de ánimas resignadas
con la vida que les había tocado.

Reí, salté, grité, fui humano,
me rechazaron hasta llegar a esta playa
donde he encontrado 
una dádiva para mis pies,
y un refugio para mis oídos.

¡Adiós, ciudad! 
te he dejado de respirar,
ahora soy una estrella
que logró ver el rostro de Dios,
quien entiende el universo de mis sentidos
y me dice fuerte y claro:
“hijo mío, perdónalos porque no saben lo que hacen”.



Katherine Estrada Aguirre / Lima

Comunicadora Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Editora, poeta y gestora cultural. ​Dirige desde el año 2012 Perú Tambo Editores bajo su sello Tribal. Organiza el Festival de Poesía de Lima (Desde el 2012 hasta la actualidad). Presentó su primer poemario Intrarrevolución en la FIL Cusco 2016. Ha sido invitada a diferentes festivales nacionales, y ha participado como editora en ferias del Perú y el extranjero.

3 comentarios:

  1. Palabras que te traspasan el alma, hace volar tu imaginación y alimenta tu mente.
    ¡BRAVO!

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  2. Palabras que traspasan tu alma, hacen volar tu imaginación y alimentan tu mente.
    ¡BRAVO!

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  3. Todos los poemas de Katherine son extraordinarios pero mi favorito es El Universo de Kevin. Excelente!

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