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viernes, 3 de abril de 2020

"SIEMBRA DE ESPIRALES" DE NAVALE QUIROZ






Hace más de 10 años atrás apareció la colección PIEDRA/SANGRE, dónde un ramillete de jóvenes autores publicaron sus poemas. Entre las valiosas e interesantes voces que se dejaron leer en dicha colección, estuvo Navale Quiroz, joven apurimeña que ha desarrollado su literatura en Ica, dónde además muchas voces en los últimos años se han ido alzando para deleite nuestro. Navale joven figura literaria nuevamente nos deja un libro, de una edición limpísima y bien cuidada a través dela editorial Alastor, el libro en mención es "Siembra de espirales". Desde ese libro, os dejamos unos poemas, para que usted, lector, disfrute de los versos.





YO ERA UNA NEBULOSA, desvanecida, lejana
un cielo disuelto, confinado a respirar estrellas sin luz.

Un buen día de noche, llegaste halcón de plumas de viento
como una supernova incandescente
me abrasaste, rayo, flecha, sino
tu simple roce me mató
y como la carta de la muerte del tarot
también renací.

Estiras los dedos de fuego y me haces
mientras me tocas barro y estrellas, mariposa y flor
dragón en batalla
corre el río y riega mis venas
bendito dolor que me levanta de este mal sueño
bendito sueño el de la vida
abres el universo y floto
esparzo mi nueva luz y la contraes una y otra vez mientras
me formas
plastilina de estrellas fugaces
chispas y barro
con tus manos creas mis piernas, mis muslos, mi pecho
con tus dedos delineas mi rostro
y tu lengua hace la mía
estrenas mi corazón y lo que contiene
mi sangre bebe de tu sangre blanca impoluta.

Pero acaba pronto
porque empieza a amanecer
y en unas horas habré de estar completa
deja que nazca el sol
para estar ante tus ojos

contemplándote.

TÍTERE

Dejo  mis párpados con sueño, el traje, el sombrero 
la sonrisa estirada, el baile, la fiesta, la magia

Dejo  mi centro y  sus cuatro cuerdas
las maderas cruzadas, la valija de cuero, el peluquín

Doy  las gracias
Y dejo en paz  este poema
lo dejo de pie     mirándome

enredada en el suelo.


CRÓNICAS DEL DESIERTO
A Ocucaje
1.
La arena esconde los mares
océanos durmientes de edad eterna
las plumas llevan al ave
como el silencio al viento
este no se pronuncia
sólo se oye
mientras alguien pega su oído a la caracola
para tener la memoria jurásica
de los peces que habitaron un día los desiertos
entonces salvajes
saciados de aguas imposibles
consumidos en las profundidades de sus abismos
¿Quién sabe realmente de dónde he surgido?
Si las olas han golpeado en mí
hasta hacerme una roca.

2.
Como esta falda de desierto
se tiende sobre las piedras
así este sueño
yace sobre mí.
La conciencia
es una playa a la que aún no llego
he acampado bajo este huarango
me he dormido con los grillos cantantes
y sueño suave color marino
el celeste de la tela inmensa
espeja un pez o simplemente
alguien que busca el mar
en la humedad de sus labios.

TETRAPOIESIS

TIERRA
Quizá no baste tu aliento para dar vida
ni la musa para justificar la poesía
como un alfarero escritor
creyéndose el poema de barro
que cae
y se hace polvo
dícese un dios
que no es y que sí.

AGUA
La palabra asciende de alguna parte
transparente y resbaladiza
flota en las riveras
un pescador la ve y la ignora
un niño la encuentra y juega
sólo el poeta la recoge
y se la lleva al hombro
como una gran pesca.

AIRE
El profeta calla sus visiones
coloca los pájaros ciegos en la osamenta
enjaulados sueñan los aires.
hasta que un día no muy lejano
éste al fin se duerme
en el sueño abre la jaula
las aves despiertan vuelan sus plumas
escrito el poema en el firmamento.

FUEGO
Un pensamiento extraviado de dios
desciende como un rayo de luz
cometa encendido cae sin ley de gravedad
sobre la mano del que escribe
entonces se incendia el papel
y arde el poema.

VENIMOS DEL OCÉANO

Tengo un acuario, me levanto temprano
para ver nadar a su único pez dorado,
para acariciarlo lo veo sacudirse y le apunto
con el dedo como señalando al sol.
Todos los días crece y sacude su rostro en el vidrio
que nos separa,
Yo, una completa imperfecta y él aún perfecto
incompleto; levanta su nado desde el fondo
hasta hacerme una mueca.
Los dos nos sabemos en nuestras peceras.
Él me alimenta
mientras rocío migajas de pan sobre el agua.




Navale Quiroz Cano (Apurimac-1980) Comunicadora social, Catedrática, Poeta, Cantante y Coach. Egresada de la maestría en Comunicación Social,  y el Doctorado en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Entre sus publicaciones están Algo de cierto, antología de poesía iqueña (2007) Lustra-Editores, Nohombre, Colección Piedra/Sangre (2008) Lustra-Editores y Ondinas-El espíritu del agua (2011) Ushuaia ediciones – España, Antología de Poesía Peruana, selección Martín Horta de la Biblioteca Abraham Valdelomar (2017), Antología de Poesía iqueña, selección Cesar Panduro Astorga de la Biblioteca Abraham Valdelomar (2017), Siembra de espirales (2019) Alastor Editores. Además sus textos han sido publicados en revistas nacionales e internacionales como España y México.

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