Quienes hayan asistido u oído de Los Viernes Literarios, sabe quien es Juan Benavente y de la labor que hace, desde hace casi 30 años. Pero muy pocos han podido leer sus libros. Ahora nosotros queremos difundir su poesía. Que claramente nos muestra al poeta en su esencia. Hace más de diez años atrás conocí a Juancito y nos hicimos más amigos a raíz de diversos momentos, como un recital en Villa El Salvador en la UNTELS, y leyendo mis escritos en sus Viernes Literarios. No dejemos de leer a Juancito como cariñosamente le decimos los amigos y a quién deseamos salud y fuerza para seguir con su espacio literario.
VAMOS A JUGAR AJEDREZ
Al
empezar y moviendo el peón
me
siento un alegre campeón
al jugar
una y otra vez
una
partida de ajedrez.
Conjugo
hábilmente el movimiento
natural
visión que en mí ostento
a un galopante y diestro
caballo
es
cuando con pausa pienso y callo.
Desde el
escaque un recinto de marfil
avizora
con vehemencia el alfil
en el
suave movimiento diagonal
cae con
sorpresa una pieza mortal.
Una gran
defensa, la torre
en campo abierto, veloz
corre
sin
tregua y con suma limpieza
toma
oportuna una pieza.
Una
aguerrida y erguida dama
ha
dejado hasta su fastuosa calma
y por su
valor en la batalla
a mil
pasos por doquier estalla.
Por
último su majestad, el rey
cuida su
poder en su propia ley
inquieto
enroque un jaque en el festín
vida es
el inicio y jaque mate el fin.
Juan Benavente / Lima, 1990
MUJER
Abrazando el Día Internacional de la Mujer.
Nos enseñaron,
ver en ti
una piedra
tallada en su esencia
una imagen
caprichosa y volátil
un diamante de
placeres
una escultura
cincelada,
con supuestos
finos sentimientos
sin derechos ni
pensamientos
total, la primera experiencia
de orquídeas y
alhajas de oropel.
De cuando en vez un destello
hecho neón,
desvistió al desierto
y de repente se desprendió el oasis
para guardar un
espacio histórico,
la inmolación de
heroínas
a corazón
abierto, enfrentaron
al abuso, a la
fuerza y la estupidez
la dantesca e
infame decisión
cometida sin
virtud ni piedad.
Tus entrañas
claman libertad,
Tu urgente e
innata libertad.
Mujer, una voz y
señal ausente
aún… en estos
sinuosos tiempos
atrapada sin
diáfanas respuestas
¿sexo débil?
en el tablero
misterioso de la vida
en general una
pieza de ajedrez
utilizada
burdamente al azar
con o sin tu
consentimiento.
Sin embargo…
eres flor
encendida sin tiempo
sin sosiego, sin
aspaviento.
Son tus manos
tiernas, lozanas, eternas
porfiadas
sojuzgan al destino del adiós.
Aún sostienes tu
raíz encadenada
un eslabón de
soterrada prisionera
ensayas a diario
una sonrisa de maniquí
a pesar de la
bellaca pareja hostil
retomas en
apariencia, azarosos días.
Sólo en el candil
de tus recuerdos
los primeros
episodios, cuando…
Venus, musa, beldad, inspiración
musitaron a tus
oídos… después qué.
Acaso en vano el
sacrificio universal
hasta cuándo…
hasta cuándo
esa pesada lápida
que oprime día a día
hasta cuándo…
hasta cuándo
el letal silencio
del Himno de la Alegría
por obsidiana y
piedra azul en el crepúsculo
bajo el peso de
la simbiosis coloquial
la justicia no
tiene sexo
te invoco, juntos
a caminar y ofrecer
la luz etérea en
medio de este laberinto
lacerante rambla
que aún falta recorrer.
Juan Benavente / Lima, 1998
S.O.S. HUMANIDAD
No sé…
tal vez morir una
vez
puede ser
natural, ingénito
pero, por qué
morir todos los días
sin dignidad, sin
melodía
ni la cercana
esperanza.
Acaso, resultado
a
tanto esmero
tantas madrugadas
tantos libros
tantos ruegos
tantos inventos
tanto tiempo
y nada aprendimos
ni un solo paso
seguro
aquí en la propia
Tierra.
Ruanda…
has llenado de
dolor
mi ser vacío.
Ruanda, muestra
fiel del sufrimiento
de pueblos,
regiones… del orbe
donde
lacónicamente, el trabajo asegurado
consiste en
cargar los hermanos muertos
uno, varios,
muchos por todas partes
uno, varios,
muchos, la infinidad.
Ruanda, ya sin
lágrima ni quejido
invadida agonía
sin paz
una lápida sin
nombre
queda en nuestra
memoria
gritando su
dantesco silencio
en un arranque de
escándalo universal
cual hoja de
sierra
cercena cada
segundo
nuestros sentidos
de hojalata
solo eso…
vergüenza que
invade
el hecho de ser
Humano
perdido en la
endémica impotencia,
la angustia, la
nostalgia y la desazón
locura construida
de inimaginable penumbra
que asola
que trastorna
que golpea
que castiga
que duele
en la yema de
cada uno de los dedos
la muerte infame
y cruel;
innecesaria,
morbosa, insultante,
símbolo de
inteligencia ausente.
¡Ah! ¡hombres del
mundo uníos!
No dejemos danzar
libre a la barbarie
y ver privar la
vida con iniquidad
como un fatuo
perdón que se regala
a la indiferencia
de enfurecida oscuridad.
¡Oh! ¡gobiernos
del mundo uníos!
Sin preámbulo ni
estúpido protocolo
quebremos la viva
pesadilla
despertando un
pan sin fronteras
hagamos y seamos
poesía
despertándonos
¡hoy!
Mañana será tarde,
¡tardísimo!
GUERRA
Guerra es el
paladín de la destrucción
la eliminación
del hombre por el hombre
feroz odio que
aplasta al amor
fuerza que
doblega a la razón.
Guerra es la
agresión de la oscuridad
también del hueso
y carne sin sesos
nos obliga a
nadar en el pantano
a lidiarnos entre
sanguijuelas y alimañas.
Guerra es la
cortina de humo de la cobardía,
demencia e
intolerancia de los poderosos
quienes
indiferentes ultiman deseos y
ven caer a tus
hijos como hojas de otoño.
Guerra, festín de
los traficantes de armas
extraña felicidad
de los mercenarios
que brindan con
la sangre entre los dedos
los sucios
millones ocultos en Suiza.
Guerra…
guerra es la paz
en el campo de concentración
la inocencia bajo
el yugo de la barbarie
la exclusiva
estupidez de confundir el Poder
con el barato
canje de hijos por petróleo
obsesión preñada
de insaciable sed de fuego
suscriben sendas
campañas de ilusiones
y azuzan,
valiéndose de la virginidad mental
irrumpen
fervientes ante el estigma: Heroicidad
acaso, suelo y
sueño que jamás pisarán
porque así
demanda el ángulo letal de la pesadilla
perdido en el
laberinto de la miseria sin respuestas
las ideas
calcinadas por el gigantesco hongo
símbolo de la
herencia civilizada en agonía;
solo la
desconfianza soportó desde mucho antes
como púas que
adornan las fronteras de la Libertad.
Guerra…
¡Ah… guerra!
es la antesala
del adiós a la Tierra
y en estos
tiempos del último milenio
solo las cenizas
y la nebulosa cantarán victoria
bajo la sentencia
de muerte de los tímpanos
de hombres que
solo aprendieron a matarse mejor.
DIVINA BOHEMIA
Cuántos versos...
como ríos
tormentosos han vibrado
en las riberas a quedarse
cuales estampillas
del recital que
mitigan leales auroras.
Así es la vida a
veces insoluta
o mágicas
experiencias de cristal
pues mudas quedan
muchas en suspenso
en el cofre de la
imaginación eterna;
al desnudo del
destino indiscreto
de variada voces
que pasean su presencia,
¡Salud Chino
Félix! una muestra de ensueños
desvanece al compás
cruel del tiempo
a la vez se
disipa sin misericordia
la purulenta
oscuridad del rincón
donde brilla a
latigazos los destellos
como azotes de
versos insomnes.
Quedaba entonces
cumplir con el rito cada viernes
ojos y oídos
acentuados a una controlada respiración
al compás del
latido la espera con ansias
ahí los atildados
versos son los que animan
y ocurre en cada
estrofa las miradas aguzadas
al ritmo del
poema muchas veces ins urgente
dando a la cabeza
el perfil del movimiento.
¡Salud! ¡Salud
Chino Chino!
Es el último
poema de la noche
advierte
reculando a libro abierto,
el vate con
entusiasmo epopéyico
lanza un sonoro chasquido
con la voz
resbala suave la
imagen en un vaivén
confiable laberinto
de la noble solidez
y la inspiración
que ha jugado su misterio.
Una vez más
compruebo que el fondo
no tiene
superficie ante la impertérrita forma
cálido suspiro
ajeno de movimiento zigzagueante
exhala un tardío
saludo interesado en el confín
del viejo estilo
surrealista que brilla en la penumbra
como injusta ave
de rapiña incrustada en la nostalgia
y pretender dar a
conocer la nuca del espíritu
como un flácido
viento que se desliza inerte
acompañado de un
solo camino ajeno
que clama el
laberinto eterno, inmortal, infinito
reminiscencia
abismal de la suelta inspiración
¡Salud Queirolo!
Son los enigmas
que se ocultan en la muralla
del ayer cuando
recorre encendidas aspiraciones
sosegadas de
noches con lunas ocultas
detrás de sus
propias sombras plateadas
donde el silencio
cobra vida y mastica ilusiones
y muere la
impaciencia a la diestra de un trago
muchas veces
pidiendo perdón al ¡salud!.
Pobre de aquel
que aún no duerme su resplandor
que consagre y
escuche paciente la voz suelta
melodía tácita de
las cuerdas de cualquier guitarra
al compás del río
caudaloso un arrojo de murmullo
traerá solo
recuerdos encendidos de pasión
que volatizan el
licor por los ojos y las sienes.
Luego se presenta
fulgurante como sello de oro
quiebra una
sinrazón para retornar en el afán
de un viento azul
invadido en su canto que ama
un sinsabor
crepuscular auténtico de siempre
como una luz que
se arrincona dentro de su haz
pleitesía
esperanza como una flor más audaz
pues la espina
violenta precisa una acción
mucho más de lo
que hay en esa oscura noche cruel
buscando el
infierno en la tragedia o la tragedia
en la gloria
apretada en la cúspide del fracaso
o la victoria de
una tranquila madrugada
alrededor de
un caldo de gallina o auroral cebiche.
¡Salud con
Todos!
Lima, 1996
CORRUPCIÓN
Es la amorfa
tragedia de siempre
donde la muerte
languidece moribunda
ciega ante tanta
crueldad como apóstol de maldad
cubre los
sinsabores que sacuden malos vientos
de rayos y
relámpagos de asuetos ajenos
caen directamente
en el epicentro de la conciencia
incinerando
esperanzas de briosos pensamientos
clamor de
justicia y aspaviento en la mirada nebulosa
una vana espera
que se anida en telarañas por doquier
en la hipócrita
sonrisa ensayada de funcionario
pues ofrece
galante sencilla intención de sensaciones
contaminadas idas
y venidas plasmadas desde antes
como un vaivén de
inverosímiles justificaciones
ha permitido la
multiplicación de caminos obstruidos,
cerrados,
entreabiertos, heterogéneos y tormentosos
donde las heridas
respiran la frescura del dolor inclinado
en la sombra como
una sorda palabra que implora piedad
en el seno
huérfano y quebrada soledad de la honestidad.
Ruines seres e
indolentes moran en este tercer planeta
confundido entre
la candidez y la violencia sin perdón
donde la abnegada
bondad de rodillas ante la vileza
ensimismada
oprime galopante desde el usurpado poder
donde ellos
cuentan a niños abandonados
como ovejas para
conciliar el sueño de la omisión
ocasionando la
prostitución infantil de todo tipo
salvajes y groseros aplauden vía soterrados
discursos
escondiendo al
monstruo bajo el sobaco de la vergüenza.
Este es mi
país… una joya cual pétalo con propio brillo
carcomido por el abuso y los
vicios gangrenan de muerte
ante el vaivén
endémico de enfermedad continua
sin embargo miras
esperanzado e incólume
entre tus orondas
piedras, ríos, valles y quebradas.
En cada esquina
siempre abominable tu grandeza
soporta
estoicamente la desgracia y nos deja sin aliento
la indiferencia
del tiempo apretando al más pobre
bailando al
compás de la putrefacción multiplicada
ante porfiados
ojos de convivir con gusanos
como células
transformadas en número de nicho común
una impresión
incomprendida de propio sufrimiento
transportado a la
dimensión desnuda del ocaso
de quienes han
preferido ultrajar los principios y
viven orondos
de la política y no viven la política
la han
mercenarizado por mezquinos intereses
dicen poseer
suerte divina y agradecen en sus iglesias
piden perdón al
azar de los cuatro vientos
al sentenciar la
inocencia condenándola al sufrimiento.
Llegó la hora de la voz del pan
ausente
que sacude al
hombre inmisericorde y sabe
que en nombre de la
Libertad y la Justicia
se orinaron en su
propio juramento los otorongos
turbios narcos,
lobbystas, proxenetas, violadores,
corrupción
enquistada inquilina de todos los palacios
convive abrazando
y coqueteando sin aspaviento
los bandidos se
congratulan golpeándose el pecho
y continúan
pisando honores de inocentes por doquier.
Pero ignoran la
fuerza del pueblo cuando aviva
su presencia en
las calles cuales ríos limpiarán
los lodos de pus
que dejaron los innombrables
y será el grito
del sol ese canto armonioso
cuyo pentagrama
de cadenas quebradas
toca rescatar el
honor de la tierra para sus hijos.
abrazando el
grito del glorioso final de la dignidad
aunque el tiempo
nos olvide o la luna renuncie a la noche
y solo para
enterrar la farsante historia y sus héroes
y refundar la
República hacia el Bicentenario.
Juan Benavente / Lima, mayo 2013
Juan Benavente, (Ticlio) Estudió Sociología, Cine y TV. Poeta
y narrador, docente, editor y dirige Viernes Literarios desde 1991. En 1983.-
Obtuvo el Primer Premio en el concurso literario CIED/SEMAP con la obra “Dilema
de Pancho”. 1986.- Premio de Novela “Manuel Scorza” con la obra “Chancalín”.
1989.- Mención Honrosa en el concurso literario “Saúl Cantoral” de la Casa Sur
con la obra “Más Allá del Fin”. 1989.- Mención Honrosa en el concurso literario
de la Asoc. Amigos de los Animales con la obra “Cuarenticuatrito”. Ha publicado
en Narrativa: “Una Lágrima Ahogada”
(1987), “Cuarenticuatrito y otros Cuentos” (1992), “Más Allá del Fin” (1994),
“Júbilo” (2012), “El Alcalde de Pumarunto” (2013), “Chancalín” (2018),
Colección de narrativa breve “40 cuentos” (2019). En Poesía: “Poemas I” (1979), “…Y el Hombre” 1ra. edición 1993, 2da.
edición 2000. “Gris” (2005). “La Divina Tertulia” (2012), “Moradanuestra”
(2015). En Dramaturgia: “Entre
Sombras y Oropeles” (1998). “Domingo de Mayo” (2007). “Los Heraldos Negros de
Vallejo” (2002). Ensayo: Publicación
colectiva “Problemática Laboral de Centromín Perú” (1984) “Alternativa a la
problemática del Comercio Informal” (1990) “Barras Bravas o Cobardes” (2010).
Ha participado en calidad de jurado en diversos concursos literarios. Su Poesía
y narrativa se encuentran publicadas en revistas y medios de la especialidad.
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